Oscar Ruggeri fue un defensor muy completo, que tuvo como característica principal la férrea marca. El Cabezón siempre demostró en todos los equipos en los que jugó que cada pelota la disputaba como si fuera la última. Así lo hizo en River Plate, Boca Juniors, San Lorenzo, Real Madrid y América de México. De este modo, en 1991 fue elegido Futbolista del año en Sudamérica y alcanzó la gloria máxima en la selección argentina con el título mundial en México 1986.
Este lunes, el ex zaguero central confesó que los insultos de cancha fueron determinantes en su carrera, que le “encantaban” porque le provocaba más ganas de salir a trabar la pelota. “De local, mi propia gente me alentó siempre. Los que me puteaban eran los rivales pero, ¿qué pasaba? A mí me encantaba. Me puteaban y me inflaban de una manera que iba a trabar con la cabeza, las dos piernas, el cuerpo. Me agarraba una energía... Eso necesitaba”, reveló en ESPN el ex zaguero central.
Los insultos para Ruggeri fueron muy importantes, por supuesto siempre refiriéndose a los rivales, ya que, como lo contó, de su propio público por lo general sintió protección de sus compañeros. “En el equipo de Boca en el 81 estaba protegido, porque tenía a Brindisi y Maradona adelante. Después, estaba protegido en River porque tenía al Beto Alonso, al Tolo Gallego, a Pumpido, de nueve Francescoli, Morresi, El Araña (Amuchástegui), después Alzamendi”.
Sin embargo, el Cabezón reconoció que hubo un insulto que le dolió y que se originó en el epílogo de su carrera. “A mí, al final que iba a las canchas me gritaban: ‘borom bom bom, borom bom bom, para Ruggeri, jubilación’. Esa no me gustó y decía ‘hijos de p...’. Pero después me di cuenta y me fui a casa. Esa me dolía. Pero yo no demostraba que me dolía”, reconoció.
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