El duelo entre River y Nacional por el duelo de ida de los cuartos de final de la Copa Libertadores ofreció cuatro jugadas muy polémicas. La primera gran discusión se dio a los 39 minutos, cuando Matías Suárez ingresó al área con el balón dominado, apareado por Agustín Oliveros, quien apoyó una mano sobre su espalda en el intento de frenarlo. El ex Belgrano se dejó caer y el árbitro Andrés Rojas sancionó penal.
La acción fue revisada por el VAR y la determinación se sostuvo. Sin embargo, se pudo observar que se trató de una disputa normal de la pelota entre dos futbolistas y que la carga del uruguayo de ninguna manera pudo provocar la caída de Suárez.
El encargado de la ejecución fue Rafael Santos Borré, quien curiosamente pateó al medio y sin demasiada fuerza, haciendo más fácil el trabajo del guardameta Rochet, quien esperó sin moverse para desconcertar al jugador millonario. Y vaya si lo logró.
Un detalle no advertido por la autoridad colombiana: hubo invasión de un futbolista del Bolso al momento del remate desde los 12 pasos y debió haberlo hecho repetir. Por protocolo, el VAR no está obligado a avisarle de dicha infracción, salvo que sea tan grosera que, por ejemplo, impida que un jugador acceda rival al rebote.
Tras la oportunidad desperdiciada, los dirigidos por Marcelo Gallardo volvieron a insistir a través de una de sus vías de mayor desequilibrio: Suárez. A los 48 minutos, en el umbral del descanso, el atacante picó ante un balón largo sobre la derecha, hizo pasar de largo a su marcador y sacó un zurdazo firme, al primer palo, que vulneró al arquero visitante. Lo gritó, festejó River, pero el conjunto argentino se encontró con un escenario desfavorable cuando miró al juez. Rojas se quedó escuchando la deliberación de la Asistencia Arbitral por Video.
Las imágenes demostraron que el ex Pirata, que disputó la Copa América 2019 con Argentina, se hallaba con un hombro adelantado; en consecuencia, la conquista estuvo correctamente anulada.
Ya en la segunda parte, Nicolás de la Cruz entró al área, levantó la pelota y la misma dio en el brazo extendido de Laborda. Rojas no lo vio. Pero el VAR lo convocó a ver la acción en la pantalla. Y allí advirtió que amplió volumen, con su mano en posición antinatural. Montiel, esta vez, no perdonó.
Sobre el epílogo: otra situación discutida. En tiempo agregado, Matías Suárez lanzó el centro y Bruno Zuculini cabeceó al gol. El VAR estuvo varios minutos analizando la acción, para determinar si el mediocampista estaba fuera de juego. El 2-0 fue convalidado, pero se trató de una situación idéntica a la del tanto anulado al punta cordobés: Zucu tenía un hombro adelantado.
Existe una imagen, desde la perspectiva de Suárez, en la que el goleador parece habilitado. Pero allí existe un error de paralaje, la cámara no está situada en la misma línea.
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