Las invaluables reliquias que Maradona le dejó al Beto Márcico y su recuerdo: “No se puede explicar lo que se sentía cambiarse en el vestuario con él”

El ex compañero del Diez en la selección argentina y Boca muestra las perlitas que intercambió con él y cuenta detalles de su amistad

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Reliquias del baúl de recuerdos del Beto Márcico: las destacadas que pertenecieron a Diego Armando Maradona más la última edición especial de Gimnasia La Plata
Reliquias del baúl de recuerdos del Beto Márcico: las destacadas que pertenecieron a Diego Armando Maradona más la última edición especial de Gimnasia La Plata

El Campeonato Metropolitano de 1981 tuvo a dos joyas Categoría 60 que daban sus primeros pasos en el fútbol argentino y pronto emigrarían a Europa. Por un lado, Diego Armando Maradona, que ya tenía varios años en la máxima divisional (debutó en Argentinos Juniors en el 76) y por el otro a Alberto Márcico, que había gozado de su estreno la temporada anterior (1980) en Ferro Carril Oeste. El Boca de Maradona y el Ferro de Márcico pelearon cabeza a cabeza en aquel torneo que vio consagrarse a los de la Ribera. En aquella época se registró su primer encuentro, como rivales, antes de que coincidieran en la selección argentina.

“Boca dependía mucho de él y de Brindisi y terminó ganando aquel campeonato. Después a Diego lo conocí bien durante las Eliminatorias para México 86, que se jugaban todas juntas (en poco más de un mes). Estuvimos casi tres meses concentrados preparándonos”, le recordó a Infobae el Beto, que finalmente no fue convocado por Carlos Salvador Bilardo para participar en la Copa del Mundo.

Maradona estaba forjando su liderazgo con la Albiceleste pero en el vestuario había otros nombres con mucha personalidad, como los de Daniel Passarella, Enzo Trossero y Oscar Ruggeri: “Era un lujo tenerlo en nuestro hábitat. Se comportaba como uno más y era muy servicial con todos sus compañeros. No se puede explicar lo que se sentía cambiarse al lado de Diego en el vestuario. Era una cosa de locos. Era tener al as de espadas. Y en el otro vestuario seguro pensaban lo mismo. Nos daba una seguridad enorme”.

Márcico tiene guardadas bajo llave en Francia dos camisetas de la Selección que el Pelusa le entregó en mano en ese entonces (una es la del famoso partido contra Perú en el que recibió la marca personal de Luis Reyna). En el mismo baúl de colección archivó también una de Michel Platini, Enzo Francescoli y Yannick Stopyra. Pero al margen de esas perlitas, el Beto sacó a relucir para esta entrevista las dos que intercambió con Maradona cuando se enfrentaron en cancha a nivel clubes: una del Napoli de Italia y otra de Newell’s, idéntica a la que Lionel Messi mostró en su homenaje.

La número 10 de Newell's idéntica a la que mostró Messi en su festejo con Barcelona y la del Napoli que cambió con Maradona en Francia
La número 10 de Newell's idéntica a la que mostró Messi en su festejo con Barcelona y la del Napoli que cambió con Maradona en Francia

En la cima futbolística por su conquista con Argentina en tierras aztecas, Maradona volvió a Nápoles categorizado como “Dios terrenal”. No solamente por los locales sino por el mundo del fútbol en general. El azar determinó que el Toulouse de Márcico y Alberto Tarantini fuera el primer adversario del Napoli en la primera ronda de la Copa UEFA 1986/1987, con un Diego que recién había alzado la Copa del Mundo. Hubo tiempo para la chicana entre los argentinos en el estadio San Paolo (ahora rebautizado con su nombre) aunque en la revancha apretaron los dientes por una clasificación que quedaría en manos de los franceses con el penal errado por el Diez en la definición.

“Nos encontramos en la primera llave de la Copa UEFA. Nos juntamos con el Conejo y antes del partido en Italia nos cargamos. En Francia, un poquito menos. Me acuerdo que en Toulouse se agotaron las entradas un mes y medio antes del partido de ida. Nunca vi en mi vida una cancha tan repleta y con tanta euforia para un partido como el San Paolo aquella vez. Parecía que se prendía fuego el estadio”, describió al mismo tiempo que, pese a que marcó que esa no fue la mejor versión del cuadro italiano, enumeró apellidos notables como los de Carnevale, Ferrara y De Napoli.

Ambos se impusieron 1-0 en condición de local. Márcico se hizo notar: armó la jugada del gol de los suyos en la revancha y luego convirtió desde los 12 pasos en la definición. A más de 30 años de aquel cruce, contó un secreto: “Le dijimos a nuestro arquero (Philippe Bergeroo) que en el penal de Diego, que podía definir el partido, no se moviera. Era una técnica que la mayoría de los jugadores que pateábamos penales teníamos. Si apenas se movía, se la iba a poner al otro palo. Se quedó parado, la pelota pegó en el palo, le dio en el muslo y se fue. Ahí pasamos de ronda”.

Las emblemáticas camisetas que usó Maradona y hoy pertenecen a la colección personal del Beto Márcico
Las emblemáticas camisetas que usó Maradona y hoy pertenecen a la colección personal del Beto Márcico

Correntino, de la misma tierra que Don Diego (Maradona padre), terminaron de sellar su amistad en el semestre en el que compartieron plantel en el año 95 en Boca. Márcico había regresado del fútbol europeo y cumplió el sueño de jugar en la Ribera en el 92. Al año siguiente, Maradona firmó en Newell’s y se midieron en la Bombonera por la fecha 12 del Apertura 93, con triunfo por 2-0 para el dueño de casa (goles del Beto Acosta y Manteca Martínez). “Explotaba la cancha ese día. El equipo de Newell’s era muy bueno pero Boca hizo un gran partido, jugamos una barbaridad. Diego fue el más aplaudido por la gente por escándalo. Nos encontramos directamente en el partido y cuando terminó cambiamos la camiseta. Él se llevó la mía número 10 de Boca”, detalló.

El reencuentro en el Xeneize le dejó un sabor agridulce al Beto Mágico, ya que disfrutó del día a día con su compinche pero optó por alejarse para disfrutar la recta final de su carrera dentro de la cancha. Con Maradona en el plantel iba a quedar relegado y optó por sumarse al Gimnasia y Esgrima La Plata del Viejo Griguol: “En esa época estábamos más grandes y fuimos muy cercanos. Había compañeros de mucha personalidad también. Él aportaba lo suyo, su experiencia y la seguridad que daba tenerlo en el vestuario. Es cierto que me condicionó su presencia, aunque me dijo que quería que me quedara. Le expliqué que yo necesitaba terminar mi carrera jugando y que con él iba a ser suplente. Me habían dicho que íbamos a jugar juntos, pero no pasó y preferí irme”.

EL ÚLTIMO ADIÓS EN LA PLATA

El sábado pasado, previo al encuentro entre el Lobo y Huracán por la Copa Diego Maradona, Márcico posó en el trono del Diez
El sábado pasado, previo al encuentro entre el Lobo y Huracán por la Copa Diego Maradona, Márcico posó en el trono del Diez

El sábado pasado en el Bosque platense, Gimnasia y Esgrima La Plata organizó un eventó donde le dio el último adiós a Diego Armando Maradona. Y Alberto Márcico fue uno de los invitados especiales. Se exhibió el sillón desde donde dirigía los partidos, hubo imágenes alrededor de toda la cancha y también participaron sus hijas Dalma y Gianinna. “Fue muy lindo el agasajo, muy emotivo”, mencionó quien se llevó una camiseta con la 10 del Lobo y el nombre de Maradona.

Con las hijas apenas hubo un sentido pésame: “Me acerqué para eso, creo que era suficiente. Están pasando momentos durísimos por la desaparición de su papá, pero también por lo que se habla y se va a seguir hablando”. El último contacto con él había sido por recado telefónico, justo cuando el Diez se hizo cargo de Gimnasia. “Le dije que había caído en el mejor club como para empezar a dirigir en el fútbol argentino. La gente es muy pasional y defiende enormemente a los jugadores y técnicos. Al otro día me agradeció el mensaje”, dijo.

Mucho se habló de que en el último tiempo no era Maradona el que utilizaba su teléfono celular. Márcico no llegó a cerciorarse de eso, pero habló del temperamento de su ex compañero: “Sus estados de humor no eran nada fáciles tampoco. Sin ninguna duda que Diego tenía un carácter y a medida que te vas haciendo mayor, el carácter se hace menos tolerante. Creo que él tenía un carácter difícil”.

El Beto se sacó una foto con un mural de Maradona en los alrededores de la cancha de Gimnasia
El Beto se sacó una foto con un mural de Maradona en los alrededores de la cancha de Gimnasia

En estado de alerta quedó el Beto cuando lo vio por última vez en cancha de Gimnasia con un estado físico limitado: “Ese día uno se preocupó por Maradona. Lo ayudaban dos personas a caminar. Lamento mucho que lo hayan expuesto de esa manera. Lo hicieron caminar 50 metros, lo podrían haber hecho de otra forma. Diego se operó de la rodilla y tenía que estar mejor para caminar, pero no era el caso. Estaba cuidado y no se lo vio bien al bajarse el barbijo. La gente que lo llevaba trataba de que no se fuera de costado. A los 4 ó 5 días lo operaron de la cabeza... Uno no iba a imaginar su muerte, pero honestamente yo creí que no iba a trabajar más en el fútbol”. Y concluyó: “Decían que tenía que seguir dirigiendo porque se sentía feliz, pero ya no tenía fuerzas para seguir. Pensé que los últimos días iba a estar cuidándose junto a la familia y no volviendo al fútbol”.

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