La reacción de Riquelme y qué dijo Bianchi en el vestuario de Boca tras perder la final contra el Bayern Múnich en la Intercontinental 2001

Ariel Carreño, integrante de aquel plantel xeneize que perdió en Japón, reveló detalles sobre el impacto de aquella derrota

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La bronca y desazón de Bianchi y Riquelme durante la entrega de medallas ante el Bayern Múnich (AFP PHOTO/Toshifumi KITAMURA)
La bronca y desazón de Bianchi y Riquelme durante la entrega de medallas ante el Bayern Múnich (AFP PHOTO/Toshifumi KITAMURA)

“Fue la experiencia más linda que viví como deportista. Fuimos muchos días antes del partido y la pasamos muy bien, disfrutamos mucho. Fui a un lugar que jamás hubiera conocido si no jugaba en Boca”. Ariel Carreño saborea el dulce recuerdo de su excursión a Japón en 2001. No había formado parte del contingente que había visitado tierra asiática el año anterior en la hazaña contra Real Madrid pero se ganó su lugar en el avión para participar en la final contra el Bayern Múnich. Pero en sus retinas no todo se grabó de color rosa: la derrota amargó un tanto aquella travesía.

El cordobés hizo un breve repaso de la previa a aquella final antes de centrarse en las reacciones de los nombres propios más importantes que el Xeneize tenía: Carlos Bianchi y Juan Román Riquelme. “Boca venía de ganarle al Real Madrid y llegaba con una confianza importante. Estaba muy fuerte como grupo”, fue su preámbulo. Y luego se centró en el análisis de la acción: “Boca podría haberlo ganado pero por errores propios que son parte del partido, no logramos capitalizar las situaciones que tuvimos cuando estábamos con 11 (fue expulsado el Chelo Delgado en el primer tiempo)”.

Hubo mucha polémica en torno al actuación del árbitro danés Kim Nielsen, quien fue excesivamente permisivo con los alemanes, tajante con Delgado por una simulación que significó su segunda amarilla, y no vio una supuesta falta en ataque en el gol de Samuel Kuffour. Sin embargo Carreño lo exculpó: “Desde la perspectiva de Sudamérica y cómo nosotros vivimos el fútbol. puede ser que haya parecido un robo, pero yo había visto el historial del árbitro y tenía que ser ese. Para mí no incidió. Podría haber expulsado a alguno por una patada o por trabar el juego, o cobrar falta en el gol de ellos, pero fueron todas jugadas muy finas”.

Riquelme sufrió una carnicería en Japón ante el Bayern Múnich (Fotobaires)
Riquelme sufrió una carnicería en Japón ante el Bayern Múnich (Fotobaires)

En lo que no tuvo ningún tipo de dudas fue en reconocer el juego brusco que sufrió Riquelme a lo largo de los 120 minutos del match. Y además le quedó grabada su reacción tras consumarse la caída: “Todos los alemanes le habían metido a él. Román estaba recaliente aunque no insultaba ni nada. Todos estábamos muy frustrados y calientes. Él se sentó en la mitad de cancha y se quedó ahí un rato largo. Fuimos varios a levantarlo y recién lo hizo después de un buen rato. Por cómo era él, expresarse como se expresó fue groso. Todavía me acuerdo cómo se quedó sentado, llorando, mirando el piso”.

Al unísono, varios futbolistas de Boca fueron en busca del danés Nielsen, que recibió empellones e insultos por doquier: “Había bronca porque si el partido salía 0-0 era muy buen resultado para nosotros. Ir a los penales contra el Bayern Múnich después de haber jugado mucho tiempo con uno menos (Delgado fue expulsado en el cierre de la primera parte) no era poco. Se había hecho un gran partido. Le caímos todos al árbitro por la ansiedad que teníamos de que terminara 0 a 0. Se comió todas las puteadas. Aunque en frío, haciendo un análisis, podríamos haberlo ganado. Yo creo que 11 contra 11 lo ganábamos”.

Ariel Carreño ingresó en el minuto 111 de la final intercontinental contra el Bayern
Ariel Carreño ingresó en el minuto 111 de la final intercontinental contra el Bayern

Carreño también puso la lupa sobre el trabajo de Bianchi. La planificación, cómo tuvo que lidiar con los imponderables durante el partido y su palabra en el vestuario.

“En el trámite a nosotros no nos sorprendió absolutamente nada de ellos. Habíamos planificado cómo podían lastimarnos y no lo hicieron porque se trabajó bien. Tuvimos chances estando 11 contra 11 y ya después con 10 fue otro partido”, remarcó. En tanto, contó un detalle no menor sobre la modificación al minuto 17 por la lesión del Negro Jorge Martínez: “El Pampa Calvo en la primera jugada tuvo una distensión en una rodilla. Eso no salió en ningún lado y fue algo que incidió en el partido, en la parte emocional”.

Continuó: “Nos defendimos bien hasta donde se pudo. Cuando entré yo, después de que nos hicieran el gol, no tuvimos chances. Yo creo que si llegábamos 11 contra 11 al alargue, los liquidábamos de contra porque yo volaba y había chicos en el banco que eran unos animales también, había mucha hambre de ganarlo. Fue muy doloroso porque vi que teníamos chances”.

Riquelme y Bianchi, juntos en Boca (Foto: NA/Carlos Brigo)
Riquelme y Bianchi, juntos en Boca (Foto: NA/Carlos Brigo)

¿Qué dijo Bianchi después del 0-1 que dejó sin bicampeonato intercontinental a Boca?Nos felicitó y nos dijo que habíamos hecho todo lo posible. Que fue un muy buen partido el que habíamos hecho con 10 hombres. Aunque igual la sensación de frustración que tuve fue muy grande, así la vivimos los argentinos a la Intercontinental, intensamente. Y más para mí, siendo un chico tan joven en mi primera experiencia de ese nivel”.

Para finalizar, Carreño contó una perlita de esa noche japonesa: “Le había pedido cambiar la camiseta a Oliver Kahn, que era como un superhéroe de Marvel para mí. Pero estaba tan caliente de haber perdido, que me olvidé. Estaba re caliente y no le pedí nada, me quedé con la mía. Después me arrepentí. Cuando me dieron la medalla, la guardé en el bolso. Ahora miro a muchos chicos que salen segundos y hacen lo mismo, pero pienso en qué groso fue y cómo no pude disfrutarlo en ese momento. Si hoy se repitiera, lo tomaría diferente. De esas cosas te das cuenta cuando madurás y estás grande. Llegar a jugar esa final fue muy groso para mí, que 4 ó 5 años antes estaba jugando en la liga cordobesa y no tenía ni chances”.

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