Corrían 32 minutos del primer tiempo en el estadio Mario Alberto Kempes, cuando Ramón Ábila se tocó el aductor derecho, hizo un gesto de molestia y se sentó en el césped, para aguardar el cambio. Enseguida, Miguel Ángel Russo, director técnico de Boca, se acercó al banco de suplentes y pidió que Franco Soldano realizara un calentamiento express. Fue la señal del final del partido para Wanchope.
El delantero, de 31 años, se volvió a lesionar en la visita del Xeneize ante Talleres, en un nuevo capítulo de la racha de problemas físicos que lo persiguen desde su arribo a la ribera, y que no le han permitido logran continuidad, más allá de que ha conseguido edificar buenos momentos. Justo en su provincia local, había logrado ser titular y había contado con una chance para anotar, a los 21 minutos de juego, tras una pelota parada de Edwin Cardona al corazón del área que buscó impactar mediante una pirueta.
La última lesión de Walchope se había dado a principios de noviembre, luego de que le anotara un gol a Lanús por la actual Copa de la Liga Profesional. Antes, se había desgarrado en septiembre, cuando Boca ya desandaba su camino en la fase de grupos de la Copa Libertadores. Ábila arribó al Xeneize en 2017 y en ese instante acarreaba una ruptura fibrilar. Desde entonces, acumula una decena de problemas físicos de este tipo. El más emblemático: el que sufrió en la previa de la Superfinal de la Copa Libertadores 2018 frente a River. De todos modos, arriesgó, y en el campo de juego se notó que no estaba 100% apto.
Precisamente, el miércoles Boca debe enfrentar en la Bombonera a Inter de Porto Alegre por el duelo de vuelta de los octavos de final del certamen continental más importante. En Brasil cosechó una victoria por 1-0. Y para tamaño compromiso, Ábila es duda. Encima, en las últimas horas, el conjunto auriazul cedió a préstamo a Walter Bou, un potencial reemplazante, a Defensa y Justicia.
“Salió por precaución. Tienen la orden de que, ante cualquier sensación, deben pedir el cambio, estamos en momentos decisivos. Estamos tranquilos, vamos a ver mañana cómo está”, señaló el entrenador Miguel Ángel Russo.
Luego del triunfo de la semana pasada frente a Newell’s como local, Ábila había abierto su corazón, contando la tragedia familiar que le tocó vivir en 2020: “La verdad es que quería comentar otra cosa porque vengo golpeado desde hace varios meses. La pandemia me quitó a mi hermano. Tuve la mala suerte que se quitara la vida en mi casa, por una depresión que nunca nos avisó y que nosotros nunca nos enteramos que tenía”.
“No se dan una idea la tristeza que se siente que en un llamado a otro te digan que un hermano se quitó la vida en tu propia casa. Se ha vuelto muy triste mi casa, yo obviamente estoy ahí para ayudarlos y a apoyarlos”, había comentado, con la voz quebrada.
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