El noble gesto de De la Cruz con el cuerpo técnico después de convertir el gol de la victoria para River frente a Atlético Paranaense

El uruguayo había tenido una actitud destemplada con Gallardo y Matías Biscay en el duelo de ida en Brasil

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El gol de River ante Atlético Paranaense

Hace 7 días, la imagen sorprendió en el partido de ida por los octavos de final de la Copa Libertadores, en Curitiba. Marcelo Gallardo decidió reemplazar a Nicolás de la Cruz luego del gol con el que Atlético Paranaense se puso en ventaja frente a River: en su lugar ingresó Jorge Carrascal. Y el uruguayo, ofuscado por la decisión, ignoró al Muñeco cuando pasó a su lado camino al banco de suplentes y se sacó de encima a Matías Biscay, ayudante de campo, quien intentó calmarlo.

Pues bien, el mediocampista ofensivo, de 23 años, convirtió el gol de la victoria del Millonario frente a Paranaense en el estadio Libertadores de América. El charrúa se hizo cargo de la ejecución del penal, su remate dio en el palo, rebotó en el arquero Bento, la gran figura del partido, y volvió a su botín, para que marcara la diferencia definitiva, que confirmó el pasaje de River a los cuartos de final de la Copa.

Pero su conquista además representó la oportunidad ideal para la redención. Una vez que apretó el puño y se saludó con los compañeros, De la Cruz se acercó al banco de suplentes, saludó a Gallardo y especialmente a Biscay, a modo de disculpas por aquel gesto impropio para un plantel del Muñeco. Vale recordar que el director técnico respaldó y apostó por el enlace cuando le llovían las críticas. Y con el tiempo se asentó y se convirtió en uno de los irreemplazables en la formación.

El momento del saludo de De la Cruz con Gallardo. Luego lo repitió con Biscay (REUTERS/Juan Mabromata)
El momento del saludo de De la Cruz con Gallardo. Luego lo repitió con Biscay (REUTERS/Juan Mabromata)

Así, no sólo dejó atrás aquella mala actitud, sino que además envió una señal puertas adentro y afuera: en River se mantienen todos concentrados detrás del objetivo de volver a llegar a la final de la Copa Libertadores, hito que repitió en las últimas dos ediciones (ganó en 2018 y en 2019 cayó en la definición frente a Flamengo en Lima).

De la Cruz fue uno de los puntales detrás de la generación de un sinfín de situaciones de riesgo para River. Incluso tuvo una chance clarísima, de frente al arquero, que le achicó los espacios y evitó su conquista. Con el ingreso de Carrascal, encontró el socio ideal y juntos compusieron varias acciones de alto nivel. Luego, fue reemplazado a los 88 minutos por Leonardo Ponzio, en el momento en el que River intentó cerrar el encuentro, algo que consiguió.

El uruguayo había tenido una actitud destemplada con Gallardo y Matías Biscay en el duelo de ida en Brasil

“El objetivo era pasar de fase costara lo que costara, nos costó mucho, fue una llave muy sufrida, pero por suerte pudimos cumplir el objetivo. Pasaron situaciones en el juego que a veces se van oponiendo a tu idea, los rivales juegan, el arquero hoy tuvo una buena actuación. Como el partido de ida, pecamos en la definición, pero en líneas generales se hizo un buen partido”, analizó el uruguayo.

En la próxima instancia, River jugará ante Nacional o Independiente del Valle, a partir del 9 de diciembre. Y De la Cruz volverá a ser una de las cartas de triunfo, ya concluido el capítulo de su ataque de furia en Brasil.

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