Boca se floreaba y, con un sólido rendimiento, lograba tres puntos de oro al ganarle por 2-0 a Newell’s en la Bombonera. En un clima enrarecido por la enorme emoción que dejaron los homenajes a Diego Armando Maradona, el conjunto de Miguel Angel Russo lograba un resultado que le permitía seguir firme en busca de la clasificación a la Fase Campeonato de la Copa de la Liga Profesional, recientemente rebautizada en honor al Diez.
La única “mancha” que tuvo la victoria del Xeneize fue en el comienzo de la segunda parte. A la salida de un córner, Aníbal Moreno tocó la pelota con la mano de manera insólita y el árbitro Fernando Espinoza cobró el penal para el conjunto local. Edwin Cardona, autor de los primeros dos tantos de la noche, tomó el balón para hacer cargo de la ejecución, pero Ramón Wanchope Ábila se acercó y se la quitó. No hubo mayores discusiones, sin embargo el gesto en el rostro del colombiano dejó entrever cierta molestia.
Fue así como el ex Huracán el que se hizo cargo del disparo desde los doce pasos. Acomodó la pelota, enfrentó al arquero Ramiro Macagno y tomó carrera. Wanchope pateó y la pelota salió a gran velocidad, pero se fue bastante por arriba del travesaño. Fue así como el cordobés perdió la oportunidad de marcar el 3-0 para Boca. Sus insultos al aire y la cara de fastidio graficaron el enojo por la chance que acababa de desperdiciar.
Las buenas noticias para Wanchope fueron que Newell’s ya no pudo revertir la historia, de modo que el penal errado no incidió de sobremanera en el resultado final. El 2-0 se mantuvo en el marcador y Boca sumó tres puntos fundamentales para sus aspiraciones de avanzar a la próxima instancia.
El destino quiso que dos de los clubes más amados por Diego Armando Maradona tuvieran que enfrentarse en el fin de semana posterior a la muerte del gran ídolo del fútbol mundial. Este domingo, Boca Juniors y Newell’s se vieron las caras por la quinta fecha de la Copa de la Liga Profesional -rebautizada en las últimas horas en honor al Diez- y la previa estuvo cargada de homenajes al campeón del mundo en México 1986. Con la presencia de Dalma, la hija mayor de Pelusa, en el palco, el Xeneize le regaló un triunfo a uno de sus máximos referentes de la historia.
MÁS SOBRE ESTE TEMA: