Dicen que Diego desde el cielo gritó: “Al árbitro se le escapó la tortuga, Messi”

El delantero del Barcelona protagonizó uno de los homenajes más conmovedores a Maradona, pero el juez Mateu Lahoz aplicó el reglamento y lo amonestó. ¿Se puede anteponer el espíritu del juego en una ocasión tan sensible? Sí, se puede

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El delantero del Barcelona protagonizó uno de los homenajes más conmovedores a Maradona, pero el juez Mateu Lahoz aplicó el reglamento y lo amonestó. ¿Se puede anteponer el espíritu del juego en una ocasión tan sensible? Sí, se puede

Se jugaban 73 minutos en el Camp Nou, Lionel Messi logró convertir el cuarto gol para el Barcelona en la victoria frente al Osasuna, por la Liga de España, cuando ocurren dos hechos para resaltar. El primero terrenal, humano, el homenaje al gran mago: Lionel miró hacia el cielo como buscando a Diego Maradona y lo recordó en el festejo con una camiseta que ambos quieren mucho. Se sacó la blaugrana y tenía debajo la 10 de Newell’s. Con las manos tiró un beso hacia el cielo, y el árbitro Mateu Lahoz, sin sentido común, lo amonestó.

¿Y el otro hecho? Fue celestial… Dicen los que conocieron a Maradona, que seguro no dejó de gruñir al ver la escena. Y que se lo escuchó decirle al colegiado, cuando le mostraba el cartón amarillo al 10: “Maestro, se le escapó la tortuga”.

El juez amonestó al 10 del Barcelona porque lo consideró como una actitud antideportiva; un despropósito no porque el reglamento no lo asista, sino por no recordar que se encuadra en el espíritu del juego. Las reglas tienen un asterisco no escrito pero emblemático: se trataba de otro homenaje al más grande del mundo. Por ejemplo, tampoco hay una regla que contemple la posibilidad de frenar el encuentro al minuto 10 para un aplauso de 60 segundos; sin embargo, sobraron los casos en los que se contempló dicha posibilidad para rememorar la huella de Maradona.

Esa amarilla seguramente será un mal recuerdo, apenas registrada para la contabilidad. En la historia quedará grabado el homenaje y no el nombre del juez. Habrá que ver, además, si la Liga decide aplicar la multa determinada para estos casos, que asciende a 3.000 euros.

Disfruté del placer de correr junto a la magia de Diego como árbitro en un campo de juego. El principal clamor, cuando sentía que le habían cometido una falta, era: “Maestro, cobre una para nosotros”.

El momento de la amarilla y la mirada de ESPN
El momento de la amarilla y la mirada de ESPN

Siempre tuvo un respeto hacia los árbitros dentro y fuera del campo; ese era el concepto que ofició como común denominador en el mundillo arbitral. Cuando Maradona tuvo su paso como director técnico de nuestra Selección, además, pude compartir varios momentos con él en el predio de Ezeiza como Director de Arbitraje. Siempre junto con su fiel toscano y después de su siesta, me invitaba a que le contara “cosas” del reglamento, tal como las denominaba. Y luego se iba dirigir su práctica de la tarde con los jugadores. Un día nos quiso homenajear y me dijo: “Maestro, los invito a un desafío dentro del campo de juego, junto con la que no se mancha”.

Bienvenidos los reconocimientos como el de Messi. Y bienvenidos los árbitros que comprenden el espíritu del juego y la marca que dejó Diego en el deporte más popular del mundo.

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