El destino quiso que dos de los clubes más amados por Diego Armando Maradona tuvieran que enfrentarse en el fin de semana posterior a la muerte del gran ídolo del fútbol mundial. Este domingo, Boca Juniors y Newell’s se vieron las caras por la quinta fecha de la Copa de la Liga Profesional -rebautizada en las últimas horas en honor al Diez- y la previa de la victoria del Xeneize por 2-0 estuvo cargada de homenajes al campeón del mundo en México 1986.
Dalma Maradona, la hija mayor del Diez, llegó al estadio en compañía de su esposo unos minutos antes del pitazo inicial y se sentó en el palco que era propiedad de su padre. Desde allí sigue las alternativas del encuentro. Boca marcó el 1-0 a los 11 minutos a través de un gol de Edwin Cardona e inmediatamente todos los jugadores corrieron hacia su ubicación, colocaron una camiseta de Maradona en el césped y le dedicaron el gol con un cerrado aplauso. La joven rompió en llanto.
Ya en unas horas antes del encuentro, las calles del barrio de La Boca comenzaron a palpitar la ceremonia de recuerdo del Diez. Un numeroso grupo de hinchas se convocó a las puertas de la Bombonera con bombos y trompetas para rendir sus propios honores al astro nacido en Villa Fiorito. Con camisetas, banderas y posters con el rostro de Maradona, encontraron la manera de hacer su propio acto ante la imposibilidad de ingresar a la cancha por las medida que dispone jugar los partidos a puertas cerradas por las pandemia de coronavirus.
Antes de que los equipos de Boca y Newell’s ingresaran a la cancha, los auxiliares de la entidad de la ribera colocaron una lona en el centro del campo de juego con la cara de Maradona y la leyenda “Diego eterno”. Este adorno se sumó a las banderas con la figura del Diez que ya engalanaban las tribunas. Además, el plantel Xeneize saltó al campo de juego con una camiseta muy especial con un parche con la imagen de Diego vestido con la casaca del 81′, junto al año 1960 y el símbolo del infinito.
Había gran expectativa respecto de qué podría ocurrir una vez que los protagonistas del juego salieran al césped de la Bombonera. De acuerdo a lo dispuesto por la Liga Profesional para todos los partidos de la fecha, los futbolistas vistieron camisetas de la selección argentina con el apellido de Maradona y el dorsal 10 en la espalda, y una silueta de una imagen típica de Pelusa en el frente.
Maxi Rodríguez, capitán de Newell’s, llevaba en sus manos la casaca de la Lepra que Diego vistió en su paso por el club en la previa del Mundial de Estados Unidos 1994. Se trata de la misma prenda que hoy utilizó Lionel Messi en el homenaje personal que hizo en el partido del Barcelona y que dio la vuelta al mundo.
Luego, los futbolistas se formaron alrededor del círculo central y aplaudieron durante un minuto, mientras por los altoparlantes sonaba la canción “La mano de Dios” de Rodrigo.
Una vez que el árbitro marcó el final del primer tiempo, con el triunfo parcial por 2-0 para los locales, llegó uno de los momentos más destacados: se apagaron todas las luces de la Bombonera y solo quedaron prendidas la del palco que perteneció a Maradona.
Una vez que terminó el partido, con la victoria consumada de Boca por 2-0, los jugadores del conjunto de Russo se reunieron en el centro de la cancha y caminaron todos juntos hacia el sector en el que se encontraba Dalma. Una vez más le brindaron un cerrado aplauso en reconocimiento a su padre y la joven respondió con un sentido “Gracias” entre lágrimas.
Diego Maradona, fallecido el pasado miércoles a los 60 años, es considerado uno de los más grandes ídolos de la historia de Boca, club al que llegó en 1981 procedente de Argentinos Juniors (ese ciclo duró solo un año) y al que volvió en 1995 para quedarse hasta el final de su carrera en 1997. En Newell’s, en tanto, jugó un puñado de partidos -pero dejó una profunda huella- en 1993.
MÁS SOBRE ESTE TEMA: