“Maradona dejará de ser un nombre propio para ser un adjetivo”, dice el periodista Ernesto Cherquis Bialo. “El que murió fue un jugador de fútbol, que le deja lugar ahora al segundo Gardel. Argentina tiene un nuevo mito. Dejará de ser el mejor jugador de su tiempo, para ser el mejor jugador de siempre”, dice el biógrafo, a pocas horas de la desaparición física de Diego Maradona. Cherquis Bialo refuerza su hipótesis: “Como en el caso de Gardel habrá gente que discutirá la nacionalidad de Maradona. Habrá jóvenes que dirán que era napolitano, que jugó en la Argentina circunstancialmente y habrá mil historias míticas alrededor del jugador de todos, que dejará de ser argentino, aunque siempre esté en las fotos con la camiseta de la selección nacional, porque se lo apropiarán todos, porque muchos considerarán que también es de ellos”.
En este testimonio audiovisual, Cherquis Bialo recorre su relación con Diego en algunas anécdotas, explica qué fue y qué será Maradona e insiste en una figura que marca el final anunciado del capitán argentino. La soledad y el aisalamiento en su último cumpleaños, el 30 de octubre pasado, es para el periodista la clave en la depresión de Maradona .
Ernesto Cherquis Bialo vio debutar a Diego en Argentinos Juniors el 20 de octubre de 1976 y a partir de allí, el periodista que dirigió la revista El Gráfico acompañó al jugador en distintas etapas de su vida. Vivió con él la euforia de los hinchas del Napoli, pero también la etapa de la rehabilitación en Cuba; La gloria del campeonato mundial del 86 y sus etapas de caídas por las adicciones. En los últimos años, Cherquis Bialo ya no tenía contacto directo con el 10, pero en sus columnas seguía enviándole mensajes al jugador que descubrió aquella tarde en la cancha de Argentinos Juniors.
El 8 de noviembre pasado, hace menos de tres semanas, el periodista tituló su columna dominical en Infobae con un desgarrador llamado de atención, luego de lo que viera en malas condiciones en el homenaje durante el cumpleaños que le organizaron en La Plata el 30 de octubre cuando se reiniciaba el fútbol tras la cuarentena. Escribió Cherquis Bialo: “Diego querido, Dios no avisa la última oportunidad, siquiera a otro dios...”. Desde el comienzo de la nota se reflejaba la soledad en la que estaba el mayor ídolo deportivo de la Argentina, aunque estuviera rodeado de gente: “Hace ocho días, cuando celebraba su cumpleaños 60, Maradona sintió la soledad que es algo diferente a estar solo. Las personas que estaban junto a él manifestando su afecto, las que brindaban desenfrenadamente hasta producir el chispeante divague de la beodez, las que lo besaban y abrazaban, no estaban en la memoria de su corazón”. Después de esos festejos vacíos, Maradona percibía su fragilidad: “Volvió a caer en una crisis de afecto pues todo cuanto reclama Diego es la devolución de una pared afectiva: se sentía solo”.
En ese artículo de Infobae también se contaba el bloqueo alrededor del ex jugador: “El exagerado aislamiento que tal grupo de negocios ha llevado a cabo con Diego provocará un inevitable replanteo de la situación. Resulta imposible para cualquiera hablar por teléfono con Diego o que un cordón de guardaespaldas impida que alguien querido llegue hasta él”
Al final de su columna, aparecida 17 días antes del triste final del Diez, Cherquis hacía un llamado a quienes podrían romper ese círculo que mantenía en soledad al jugador de fútbol más querido en el mundo: “Muchachos de Argentinos, de Boca, de la Selección: ex compañeros o técnicos, dirigentes o amigos, vayan a verlo, mírenlo a los ojos, tómenle las manos, díganle lo que sienten, repitan lo que expresan por radio o televisión. Hagan que Diego no sea una figura lejana, abstracta, inalcanzable, no lo dejen solo.
Dios no le dice a sus hijos cual es la última oportunidad; ni siquiera a otro dios.”
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