Hugo Maradona no pudo despedirse de su hermano como lo hubiera deseado. Al vivir en Italia, no logró tomarse un vuelo a tiempo para estar en el velatorio y el entierro del Diez. De todos modos, el Turco, de 52 años, estuvo presente a su manera: envío una corona de flores al velatorio y prometió que en su próximo viaje a la Argentina visitará la tumba en el cementerio de Bella Vista.
“Fue todo muy apresurado y no me gustó, pero yo no decido. Eso le da de comer a los detractores de mi hermano para que hablen, ¿para qué? Si la gente lo quería despedir tranquila”, dijo sobre la organización de la masiva despedida de quien era entrenador de Gimnasia La Plata. El Turco contó a Radio La Red que desde el Gobierno le ofrecieron un vuelo para venir a la Argentina, pero los tiempos no le dieron para llegar.
La forma en la que el Turco se enteró de la noticia de su hermano fue por demás insólita: “Me fui a comprar cigarrillos y el que vende me dice ‘condoglianze’ (’condolencias’, en italiano). Le dije gracias, pero no entendía qué me estaba diciendo. Le pagué y me fui. En el coche sonó el teléfono y mi hija desde Miami me preguntó dónde estaba. Le pregunté qué pasó y ella empezó a llorar. Me dijo que estacione porque tenía que darme una noticia. Le pregunté si estaba embarazada y me dijo ‘No, papá, murió el tío’”.
“Tiré a la mierda el volante, no sé cómo llegué a casa. Tiré el celular a la mierda. Vi a Paula mi esposa en el medio de la calle, trató de calmarme y me preguntó quién me lo contó. Se armó un quilombo acá”, relató sobre el impacto que le generó la noticia del deceso de su hermano.
El argentino de 52 años contó que la última vez que había hablado con Diego había sido el domingo asado. “Me dijo ‘Me tienen acá encerrado, yo quiero salir’ y yo le respondí que ya iba a ir a hacerle compañía”, sostuvo y recalcó que aún tiene la esperanza de que todo sea mentira: “Él hacia esos chistes de que nos dejaba y se volvía a despertar, pero ya está”.
Finalmente, el Turco -evidentemente conmocionado por el desenlace de Diego- contó cómo fue el vínculo con su hermano en los últimos años: “Yo tengo 52 años, él murió a los 60. Estuve peleado con él 22 años por boludeces, por ser calentones los dos. Chocábamos, pero era la forma de decir que nos amábamos. La primera corona que entró a la Casa Rosada. Cuando vaya a la Argentina lo voy a ir a visitar”.
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