El golpe de Santiago Sosa a Leo Cittadini que le sacó un diente y mereció la tarjeta roja en Paranaense-River

A la salida de una pelota parada, el juvenil buscó ganar en el juego aéreo e impactó sobre el referente del elenco brasileño, que sufrió las consecuencias

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El golpe de Santiago Sosa en River - Atlético Paranaense

Sucedió en una pelota parada, a los 20 minutos del inicio del cruce entre Atlético Paranaense y River, por el duelo de ida de los octavos de final de la Copa Libertadores. Santiago Sosa se metió al área con todo ímpetu e impactó sobre Leo Cittadini, referente del dueño de casa. Y el golpe que le aplicó en su afán de llegar a cabecear le arrebató un diente y provocó una hemorragia. El árbitro colombiano Andrés Rojas debió mostrarle la tarjeta roja. Pero ni siquiera le mostraron la amarilla.

Cittadini no vio venir a Sosa, dado que se encontraba atento a la marca de Javier Pinola. El juvenil, en realidad, lo golpea en el rostro con un hombro, lo que lo dejó tendido sobre el césped, con sangre en su boca y, dicho quedó, sin una de sus piezas dentales.

¿Por qué el volante debió haber sido expulsado? La jugada se mide por la acción, la fuerza aplicada y sus consecuencias. El jugador de River va a cabecear desentendiéndose del físico del adversario. El golpe que se produce amerita se sancione con tiro libre y tarjeta roja por el uso excesivo de la fuerza.

Fue, probablemente, el primer error de varios del juez en el primer tiempo. En la primera jugada de riesgo del encuentro, favorable para los brasileños, hubo falta en la cortina. A River no le sancionaron una clara infracción a favor en el borde del área. Y permitió varios golpes sin penar.

Vale recordar que los equipos arbitrales cuentan con el respaldo de la Asistencia Arbitral por Video, que pueden llamar en el caso de un golpe que merezca una tarjeta roja. En este caso, ni el VAR ni Rojas entendieron que la arremetida debía ser sancionada, a contramano del reglamento. Cittadini luego se desquitó con Montiel en una acción en la que llegó a destiempo en un cruce y, ahí sí, vio el acrílico amarillo.

En el segundo tiempo, el árbitro se reivindicó en la expulsión de Reinaldo: fue con la pierna peligrosamente en alto y, como ya estaba amonestado, la segunda amarilla lo mandó a las duchas a los 66 minutos de juego. Y la presión visitante derivó en el 1-1 final.

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