Este fin de semana se confirmó la muerte de Victor Luna, uno de los fisicoculturistas ícono de Brasil, quien tenía coronavirus y sufrió un infarto el pasado miércoles, producto de las graves consecuencias que le generó el covid-19 en su organismo. El atleta de 37 años no presentaba ningún tipo de antecedente que hiciera suponer este desenlace, según señalaron algunos medios.
Big Boy, como era popularmente conocido, comenzó a dedicase al culturismo a los 20 años y desde entonces logró forjar un cuerpo increíble, debido a una exigente rutina y régimen de comida que solía compartir en las redes sociales. Su dedicación y esfuerzo lo llevaron a la cima del campeonato de Río de Janeiro, su ciudad natal, en 2010 y su máximo logro fue el subcampeonato del Arnold Classic South America en 2014.
El brasileño llegó a pesar 145 kilos y medía 1,81 centímetros, cifras por las cuales se había ganado ese apodo. Además, su popularidad inspiró a otros fisicoculturistas como Thiago Santisteban, Eduardo Correa, Fernando Maradona, entre otros. “Hoy tengo una triste noticia. Ha fallecido un amigo, siempre sonriendo y motivándome. Te extrañaré. Mi primer amigo de Brasil”, escribió en sus redes sociales Brandon Curry, una de las máximas estrellas a nivel mundial de esta disciplina y además campeón de Míster Olympia en 2019.
Victor Luna solía ser muy activo en sus redes sociales, en donde publicaba imágenes y videos de sus rutinas, las cuales acompañaba con frases inspiradoras. “Piensa en mí lo que quieras, pero no digas lo que no sabes”, fue lo último que escribió en Instagram, en donde ostentaba más de 25 mil seguidores.
La pandemia del coronaviurs ya ha matado a más de 1,300 millones de personas en todo el planeta y Brasil es uno de los tres países con más casos del mundo, con más de 6 millones acumulados, solamente por debajo de India (9,1 millones) y los Estados Unidos (12,4 millones). En cuanto decesos, el país sudamericano lleva ya más de 169 mil, segundo en el ranking mundial.
En julio, el fisicoculturista estadounidense Charlie Aragón, había detallado en una entrevista con la periodista Stephanie Innes para el Azcentral, cómo fue su experiencia tras recuperarse del covid-19, durante la cual llegó a perder hasta 27 kilos. “Una vez que obtuve un resultado positivo, me dijeron que me pusiera en cuarentena y, si empeorara, que llame al 911. Todavía estaba tomando el ibuprofeno y usando mi inhalador, pero fue extremadamente difícil caminar de la cama al baño. Incluso cepillarme los dientes. Se sentía como si me estuviera quedando sin aliento. ¡Hombre! se sentía como si estuviera haciendo cardio”, afirmó.
Finalmente, el 2 de abril terminó ingresando al University Medical Center Phoenix en donde permaneció durante 20 días, los más difíciles de su vida. Uno de los momentos más críticos fue cuando desarrolló sepsis: “Tuvo un episodio de sepsis y eso no es infrecuente. Especialmente cuando el paciente está en el respirador. Su riesgo de neumonía asociada al respirador aumenta. Solo estando en la UCI, con múltiples catéteres en su cuerpo, los pacientes también corren el riesgo de que esos catéteres se infecten”, consideró la doctora que lo atendió Jennifer O’Hea.
El peor día de Aragón dentro del hospital fue el 6 de abril, dos días después de haber sido entubado: “Estuvo muy mal ese día. Estaba en el respirador y recibía oxígeno máximo, por lo que recibía el 100% del respirador, realmente estaba obteniendo tanto apoyo del respirador como podíamos darle”, explicó O’Hea. Afortunadamente, poco a poco comenzó a mejorar y logró volver a respirar sin ayuda de una máquina: “Una vez que estuve en la sala de recuperación, no pude pararme por más de unos segundos antes de comenzar a quedarme sin aliento. Me temblaban las rodillas y sentía que me iba a caer”. Finalmente, el hombre de 35 años reflexionó: “Esto es mucho peor que la gripe ... tuve neumonía. Tenía sepsis, insuficiencia respiratoria”.
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