Cuando levantó su copa en la medianoche del 31 de diciembre de 2019 Diego Schwartzman nunca imaginó lo que le depararía el año siguiente en su vida y carrera deportiva. Para él fue una temporada cargada de emociones inesperadas e inolvidables. En lo personal pudo sortear el golpe que significó la pandemia del coronavirus y no solo eso, sino que registró su mejor campaña desde que es tenista profesional. Antes de que la actividad deportiva se detuviera en todos los rincones del planeta por el COVID-19, el Peque incursionó en tres torneos que lo tuvieron como protagonista.
ENERO. Después de representar a Argentina en la ATP Cup de Australia (tres derrotas y una victoria) Schwartzman pisó fuerte en el Grand Slam oceánico y llegó hasta los octavos de final, donde cayó con Novak Djokovic, quien se quedaría con el título.
FEBRERO. Por localía fue favorito en dos torneos ATP 250 que se disputaron en Argentina. Primero disputó su primera final en el Abierto de Córdoba, donde perdió con el chileno Christian Garín. Luego avanzó hasta las semifinales del Abierto de Buenos Aires, instancia en la que no pudo presentarse por un desgarro en su aductor izquierdo que lo marginó de su duelo con el portugués Joao Sousa.
MARZO. Con la pandemia decretada, a Schwartzman no le quedó otra que entrenarse de forma particular en su casa, algo completamente atípico para los tenistas que tienen las valijas armadas y viajan constantemente por todo el globo. La espera se hizo larga pero él en ningún momento se dispersó y siguió el plan de preparación física y mental. Fue una etapa agotadora pero que finalmente sirvió como base para volver mejorado al circuito.
AGOSTO. El retorno a la actividad oficial no fue el esperado: cayó en la segunda ronda del Masters 1000 de Cincinnati frente al norteamericano Reilly Opelka y, en el último día del mes, tuvo debut y despedida en el Abierto de Estados Unidos, donde besó la lona con el sudafricano nacionalizado británico Cameron Norrie.
SEPTIEMBRE. El Peque trató de despegar en el ATP 250 de Kitzbühel (Austria), donde figuró como cabeza de serie. Pero en los cuartos de final fue barrido en dos sets por el serbio Laslo Djere. Allí fue cuando se produjo un quiebre, justo antes de viajar a Italia. Con la cabeza puesta en Roland Garros, compitió a lo grande en el Masters 1000 de Roma, donde despachó al defensor del título Rafael Nadal (fue su primer triunfo ante el español) en cuartos de final y disputó el duelo decisivo por el título frente a Nole Djokovic, que se quedó otra vez con la gloria con un 7-5 y 6-3. Con la confianza por las nubes, el oriundo de Villa Crespo afrontó las primeras dos rondas del tercer Grand Slam del año con éxitos ante el serbio Miomir Kecmanovic y el italiano Lorenzo Giustino, sin dejar sets en el camino.
OCTUBRE. Su invicto en sets se extendería en los mano a mano del Abierto francés contra el eslovaco Norbert Gombos y el italiano Lorenzo Sonego. Ya en los cuartos de final batallaría ante una de las mejores raquetas del mundo como la del austriaco Dominic Thiem, al que vencería en cinco sets, con una actuación formidable. Esta vez no pudo con Rafa Nadal en semifinales pero dejó una brillante imagen en la que fue la primera semi de Grand Slam en su carrera. Los resultados lo catapultaron al Top 10 del ranking ATP, convirtiéndose en el duodécimo argentino en conseguirlo después de Guillermo Vilas, José Luis Clerc, Martín Jaite, Alberto Mancini, Mariano Puerta, Guillermo Cañas, Guillermo Coria, David Nalbandian, Gastón Gaudio, Juan Mónaco y Juan Martín Del Potro. La yapa de fin de mes fue llegar a la final del ATP 250 de Colonia 2, donde cayó con el alemán Alexander Zverev en la que sería su tercera y última final de 2020.
NOVIEMBRE. El hecho de haber quedado entre los tenistas mejores rankeados del mundo le otorgó el privilegio de asistir por primera vez al ATP Finals, siendo así el octavo deportista de su país en codearse con los grandes en el Torneo de Maestros tras las participaciones de Guillermo Vilas, José Luis Clerc, Guillermo Coria, Gastón Gaudio, Mariano Puerta, David Nalbandian y Juan Martín del Potro. Antes de afrontar la última cita del año exhibió un interesante desempeño en el Masters 1000 de París aunque no pasó de los cuartos de final contra el ruso Daniil Medvedev, al que enfrentó ayer en su último partido en un ATP Finals de Londres en el que no pudo acceder a las semifinales pero que jamás olvidará.
En las próximas semanas será momento de descanso y reposición de energías para redoblar la apuesta en 2021, donde intentará mantenerse en los primeros planos del tenis mundial. Tiempo de reflexión, corrección de detalles y análisis exhaustivo de su juego, identificando virtudes y defectos para así potenciarse. Schwartzman pretende que su actual nivel no marque el techo de su carrera.
SEGUÍ LEYENDO: