El momento del calentamiento de la selección argentina en la previa del cruce ante Paraguay por la tercera fecha de las Eliminatorias camino al Mundial de Qatar 2022 resultó auspicioso para los fanáticos albicelestes. El capitán Lionel Messi, de 33 años, mostró todo su talento con un par de remates ajustados para superar la resistencia de Franco Armani. Sin embargo, en el himno, y sobre todo después del minuto de silencio, la TV mostró al delantero del Barcelona algo incómodo, con una postura similar a cuando tenía las molestias estomacales que le producían deseos de vomitar.
Sobre todo instantes antes del pitazo inicial, se lo vio escupir repetidamente y con gestos que emulaban a las arcadas. De todos modos, con el compromiso habitual que demuestra por la casaca de Argentina, la Pulga comenzó el cotejo, que inició difícil para los conducidos por Lionel Scaloni, frente a un Paraguay que hizo ancho el campo de juego, no dejó jugar y lastimó con la búsqueda de Miguel Almirón y Ángel Romero.
Messi se ofuscó por el penal que Ángel Romero cambió por gol tras la infracción de Lucas Martínez Quarta a Miguel Almirón. “Es igual que la de allá”, le dijo al árbitro Raphael Claus, en alusión a la falta que había recibido de Junior Alonso instantes antes cerca del área adversaria. Ante la falta de juego del equipo, fue retrocediendo para hacerse de la pelota y apostar a la reacción argentina, que llegó a partir del gol de Nicolás González de cabeza.
En un encuentro en el que no estuvo fino, sobre todo en tres cuartas partes del campo de juego; sin embargo, pudo haber marcado la diferencia. De hecho, gritó una conquista tras una buena acción combinada entre Nicolás González y Lo Celso, que derivó en la definición de Messi. Sin embargo, a instancias del VAR, el juez Raphael Claus lo anuló por una falta del ex Argentinos ante Ángel Romero en el inicio de la jugada. También ejecutó un excelso tiro libre que el arquero Silva sacó por encima del travesaño.
El atacante llegó al encuentro con lo justo: acarreaba algunas molestias en un tobillo, que provocó que fuera al banco de suplentes en la goleada del Barcelona ante Betis por 5 a 2. Sin embargo, ingresó en el segundo tiempo, destrabó el desarrollo y convirtió dos conquistas.
En 2018, Messi había develado qué le generaba los deseos de vomitar, una imagen que se vio muchas veces durante los partidos. Lo vinculó a desajustes en su alimentación. "Tenía un quilombo tremendo ahí adentro. “Comía chocolate, alfajores, gaseosa... Ahora como bien: pescado, carne, ensalada, verdura... De todo, pero ordenado. De vez en cuando tomo una copa de vino”, aseguró. Para ello, se apoyó en especialistas, sobre todo en el italiano Giuliano Poser, para luego, ya habituado a los cuidados necesarios, continuar con el menú saludable en pos de mantenerse en la alta competencia.
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