Galileo, el caballo que ganó trascendencia mundial por tener un valor superior al de Lionel Messi y Cristiano Ronaldo juntos, hace tiempo que es un fenómeno del elevage mundial. Sus hijos y sus nietos han recibido los genes de la excelencia. Tienen, en su mayoría, la misma estirpe de campeón. No todos los grandes caballos han sido brillantes padrillos. Pero comparar a Galileo con dos superestrellas del fútbol en términos económicos ha sido muy acertado.
Argentina, por su parte, es una potencia como productora de sangre pura de carrera. Argentina ha tenido caballos muy codiciados que han sido comprados en sumas millonarias en dólares. Cinco ejemplos de cracks totales: Yatasto, Forli, Mat Boy, Gentlemen, Team.
A Yatasto lo crió el haras Las Ortigas. El hijo del fundador Ignacio Correas fue amigo personal del actor francés Omar Shariff. Varias veces la estrella estuvo en la tribuna oficial del hipódromo de Palermo. Cerca suyo estaba el filósofo y escritor español Fernando Savater y, un poco más apartados, los técnicos Coco Basile y Chiche Sosa.
Argentina es potencia en el mundo del turf desde la explosión de la actividad. Pocos saben que a principios del siglo XIX, cuando todo estaba comenzando en cuanto a la creación de los primeros criaderos, el haras Ojo de Agua le compró a un criador inglés a Cyllene. Este caballo había servido yeguas en Inglaterra. ¿Qué pasó? Esos caballos comenzaron a ganar las principales carreras del Reino Unido. La Reina, quien es la presidenta del Jockey Club británico, preguntó dónde estaba Cyllene. “En Argentina” le contestaron. De inmediato llegó un emisario al haras Ojo del Agua. Tenía en sus manos un cheque en blanco para llevarse a Cyllene. La señora Victorica Roca, dueña del haras, tomó el cheque y escribió “Not for Sale”. No se vende. Increíble.
Michael Jackson estuvo a punto de comprar al mencionado Mat Boy y luego desistió. ¿Más historias? Hace algo más de una década el señor Alberto Hansen, quien poco y nada sabía de caballos, compró en un remate a un potrillo con pinta de Pony. Lo pagó 1000 pesos. Se trataba de Ultrasonido, que había sido criado por Correas. Y fue el crack del año y se vendió a Estados Unidos en un millón de dólares.
Southern Halo diría, sin sonrojarme, tiene poco que envidiarle a Galileo. La gran diferencia es el lugar que le tocó en suerte para desarrollarse. Es difícil tasarlo porque no recibió ofertas de compra, sin embargo, no es errado aseverar que su cotización puro ascender a entre 30 y 50 millones de dólares. Entre otros logros, dio 58 ganadores de grandes premios de Grupo 1. Se puede hablar maravillas de su campaña.
Hubo un hijo suyo, Team, un verdadero crack que integra el Olimpo de las estrellas de todos los tiempos. De Estados Unidos llegó el entrenador Ron Mc Anally con la expresa tarea de comprarlo. Ofertó 3 millones de dólares. Los propietarios del stud Las Telas no lo quisieron vender. Team siguió ganando hasta que sufrió una grave enfermedad llamada infosura, una especie de cáncer en los vasos, y debió ser sacrificado.
Sí, Galileo es atracción, pero los caballos argentinos están en el firmamento junto a las grandes luminarias. Si el mismísimo Diego Maradona tuvo caballos y de los buenos. Tuvo a Diegol, ganador de Grupo 1 en el hipódromo de La Plata. Y tuvo a Midri, con el que ganó en el hipódromo de San Isidro y posó junto a su padre, a su ex esposa Claudia Villafañe y el jockey Jorge Valdivieso.
¿No estarán juntos Gardel y Leguisamo en algún lugar del espacio emocionándose con Galileo pero también con Team y Southern Halo?
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