La familia y el círculo íntimo de Diego Maradona ya piensan en el día después de la internación. Mientras el astro, de flamantes 60 años, continúa en una habitación del sexto piso de la Clínica Olivos, reponiéndose de la operación por un hematoma subdural en el hemisferio izquierdo y en tratamiento por un cuadro de abstinencia, la llamada de atención que dio su salud puso a trabajar en conjunto a todos los actores que lo rodean, dejando de lado las diferencias, al menos en un punto: el bienestar del Diez.
“Diego está con muchas ganas de irse y estamos evaluando el alta. Será mañana o pasado, probablemente. La evolución es muy buena. Los tratamientos posteriores se discutirán en su determinado momento con la familia. La comunicación creció increíblemente, estamos todos de acuerdo con Diego y su entorno”, dijo Leopoldo Luque, médico personal del DT de Gimnasia, quien antes de dar el parte médico de la tarde estuvo reunido con Dalma, Gianinna y Jana. Serán ellas las encargadas de firmar el alta cuando se concrete; símbolo de esta nueva era en ciernes.
Fueron públicas las diferencias entre Dalma y Gianinna, las hijas que Pelusa tuvo con Claudia Villafañe, y Matías Morla, abogado del ex capitán de la Selección. Sin embargo, todos estuvieron de acuerdo en que permaneciera internado y en abordar a fondo el problema de su abstinencia (vinculado al consumo de alcohol y de ansiolíticos), a instancias de la propuesta del doctor Luque. Y ahora está abierto el diálogo entre las partes pensando en las mejores condiciones para el campeón del mundo con Argentina en México 1986.
Dalma y Gianinna plantearon que la casa en Campos de Roca, en Brandsen, les queda lejos para poder estar cerca de Diego en el resto del posoperatorio y con la idea de acompañarlo en su lucha contra la abstinencia, que requerirá de mucha atención y paciencia ante los altibajos. Morla replicó que “tienen las puertas abiertas”, pero pidió compromiso de todas las partes para que Maradona se reponga.
En consecuencia, del consenso surgió la iniciativa de que la próxima etapa de su rehabilitación la lleve adelante en una casa a designar en la zona Norte. Cuestión de que se encuentre a tiro de la Clínica Olivos, donde se desempeña el equipo multidisciplinario que lo trata. Y también de sus hijas. Jana, por su parte, varios días a la semana se quedaba a dormir en el hogar de Brandsen, por lo que está dispuesta a moverse donde le indiquen para respaldar a su papá.
“A Diego le gusta mucho el Tigre”, apuntan desde su círculo íntimo. En Nordelta supo alquilar una casa y tendría a Gianinna a unos pasos. Aparece como la opción más viable, pero todavía no hay nada cerrado. “Están buscando la nueva locación”, remarcan alrededor de Pelusa.
La determinación de que abandone el hospital en las próximas horas no tiene relación con el hecho de que en las últimas horas detectaron un caso de coronavirus en el mismo piso donde está alojado el ex enganche. Quienes lo cuidan extremaron las medidas de prevención, lo mismo que el centro médico. Luego de que su círculo íntimo y los médicos consiguieran estirar su estancia allí para asistirlo tras los episodios de confusión asociados a la abstinencia. planifican el segundo paso, no menos importante que el primero.
Diego necesitará “mucha paz. Y descansar”, según subrayan cerca del doctor Luque. Y que no discontinúe el tratamiento ni recaiga en “malos hábitos”, para que la operación y la posterior internación hayan servido para brindarle una mejor calidad de vida.
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