Ruggeri contó por qué no puede hablar con Maradona e hizo una profunda reflexión: “Me gustaría que le digan que no a algunas cosas”

El Cabezón abrió su corazón, expresó su deseo sobre la recuperación del ídolo y contó las complicaciones que tuvo para charlar por teléfono en el último tiempo. “Cuando yo leo un mensaje me doy cuenta que contesta alguien de ahí”, contó

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Oscar Ruggeri habló de su relación con Maradona

A corazón abierto. Así se expresó Oscar Ruggeri sobre su amigo y ex compañero de la selección argentina. Diego Armando Maradona vive sus horas más difíciles tras ser operado de un hematoma subdural en la cabeza y la preocupación en torno a su salud es cada vez más grande tras la internación que se desarrolló el último lunes. El Cabezón, que aclaró que no pudo comunicarse con el Diez en el último tiempo, realizó un largo descargo después de las últimas noticias que se conocieron en torno al actual DT de Gimnasia.

Me gustaría que las personas que estén le digan que no a algunas cosas, que pongan los huevos y le digan que no. Es difícil lo que estoy pidiendo, porque el que le dice que no, seguramente se va a ir, pero ya estamos con una edad en la que nos tenemos que serenar. Estoy hablando como amigo. Todo sí, sí, sí, no es normal en la vida. Yo vuelvo a mi casa y no me dicen todo que sí”, señaló el ex defensor de Argentina sobre Maradona.

Ruggeri hizo especial hincapié en la rígida relación que mantiene con algunas de sus hijas, especialmente con Dalma y Gianinna. “Por eso para mí está triste... ¿Sabés lo que era cuando venían las hijas? Era felicidad pura. Ojalá ellas encabecen todo lo que tienen que hacer, porque tienen otros hermanos reconocidos por Diego. Pero ojalá que sea feliz”, reflexionó en el programa 90 Minutos (ESPN), donde es panelista.

El ex futbolista de 58 años contó también que durante el último tiempo tuvo problemas para comunicarse con Diego y planteó cómo es el vínculo actualmente: “No tengo el teléfono directo, porque tuve diez teléfonos. Había veces que yo hablaba, hace años. Le mandaba un mensaje y me respondía al toque. Hoy Diego no está con el teléfono. La agenda está explotada: ‘Diego nuevo, Diego este, Diego este...’ No te contesta. O te manda el mensaje y yo sé que no es de él. Lo conozco tanto que sé los mensajes que me mandaría. Cuando yo leo un mensaje me doy cuenta. Contesta alguien, me doy cuenta. Contesta alguien de ahí. A mí me habla de una manera que no le va a hablar a ustedes”.

“Cada vez que estamos le digo ‘Armando, qué haces Armando’, y se caga de risa. Nos hablamos de una manera por todas las cosas que hemos vivido. No es fácil llegar. Y uno no quiere, la verdad, armar quilombo. Imaginate que voy a la casa, si él está levantado ahí, pega el grito y paso. Pero imaginate que caemos tres o cuatro, golpeas la puerta y te dicen ‘hoy no’. Le tenemos que dar un bife al que dice hoy no”, explicó el motivo por el cual no insistió en acercarse durante los últimos tiempos.

Ruggeri, más allá del tiempo que compartió con Maradona en la selección argentina y en Boca, estuvo cerca del Diez cuando él estuvo a cargo de la Selección en el Mundial 2010. Si bien no fue oficialmente un ayudante, siempre mantuvo diálogos y reuniones en ese proceso. Actualmente se entera del estado de su amigo por intermedio de su abogado, Matías Morla: “Yo hablo con Matías Morla. Él me va diciendo. Él me va diciendo a mí cómo está, cómo viene, cómo lo están haciendo, pero bueno...”.

“Ahora no lo veo, qué se yo, este año nos habíamos organizado cuando empezó con los chicos del 86 queríamos ir en una combi y le íbamos a caer de sorpresa en un entrenamiento sin decirle a nadie. Dijimos nos tenemos que juntar, estábamos organizando y nos agarró esto de la pandemia. Yo si voy a la casa no me detiene ninguno de los que está ahí. Yo entro. Como entré, por ejemplo, cuando él vivía en Nordelta. Me metí y fui. Estuve charlando, nos cagamos de risa un rato, nos contamos anécdotas y después me fui”, detalló sobre su vínculo con el histórico capitán que fue operado el martes por la noche en la Clínica Olivos.

Ruggeri se refirió a cómo sigue de cerca la situación de Diego

Ruggeri no tuvo dudas cuando le preguntaron si veía feliz a Maradona en el último tiempo: “Al Diego que yo conozco, no. Sí cuando está en la cancha, que iba a empezar el partido, que lo sentaban en esa silla”. Sin embargo, mostró su disconformidad por la escena que se vio el pasado viernes en la cancha de Gimnasia de La Plata, a donde acudió para vivir el homenaje por su cumpleaños 60° y luego se marchó: “No, el viernes ni hablemos. El viernes no era él. No es el Maradona compañero, amigo nuestro. Ahí no estaba bien. Ahí hubo un error grande. Exponerlo, si no estaba bien, ¿para qué? No está bien eso”.

Él es feliz cuando va a la cancha. No el viernes, pero sí cuando va a una cancha a dirigir. Ahí está feliz. ¿No se acuerdan la sonrisa que tenía en cada partido? Él quiere jugar. Por eso me da no sé qué cuando lo veo así. Hemos pasado tantas cosas, pero el tiempo pasa y te pasa factura”, aclaró. “Si vos haces una charla con Diego mano a mano, estoy seguro que no sabe la plata que tiene. Si tiene plata o no, porque este no necesita estar con plata. ¿Quién le va a cobrar a Diego? Paso por los peajes y me dicen: ‘Campeón del mundo, ¿cómo te voy a cobrar?' ¡A mí! Imaginate si pasa Diego, se va de la casilla”, aclaró.

Tras cumplir los 60 años, Diego fue diagnosticado con anemia y deshidratación, aunque lo que más preocupó al entorno fue el estado psicológico del ex futbolista. En relación a ese tema, Ruggeri reflexionó: “El Maradona que yo conocí me dicen ‘bajó los brazos’ y te digo ni en pedo. Pero te dicen, mirá que está caído, extrañando a los viejos, qué se yo... Espero que se recupere rápido así le vamos a caer. Me pone mal. Se nos fue el Tata (Brown), Cucciufo, El Doctor (Bilardo) que no está bien. Lo que quiero es que lo saquen de ahí, lo lleven tranquilo y lo recuperen bien. Que las hijas se hagan cargo, es lo mejor. Este se moría por las hijas. Ahora tiene más hijos, las hijas se llevan bien con algunos, es momento de que se junten. Me gustaría ver a Diego con su familia”.

El Cabezón reconoció que no “entiende” cómo puede ser que las hijas tengan complicaciones para poder verlo día a día: “Aparte lo que fue Diego con las hijas. Yo lo vi. Venían a la concentración las nenas y él salía a la cancha de entrenamiento con ella, se revolcaba en el piso, daba vueltas con las dos. Yo quiero felicidad y veo que la felicidad es cuando estoy con mi familia”.

Si bien le pidió mayor presencia a los integrantes del entorno, reconoció que el trato diario con el Diez no es sencillo: “Es un caso difícil. Cuando él está bien, decide muchas cosas... Muchas. Cuando se le pone algo, mirá que es picante eh. Se te planta y vos sabés que la podés pasar mal porque no para. Con nosotros no, si le caemos, se la vamos a hacer pasar bien, nos vamos a cagar de risa con las historias. Pero bueno, hay que esperar ahora que salga bien. Este chico, dentro de 40 años, va a generar lo mismo que pasa ahora. No se va a olvidar nadie. Para mí, es el tipo más conocido del mundo, más que cualquiera. Por ahí antes decías el Papa, pero no, el Papa le besa la mano a él”. Además, aseguró que si Diego estuviese bien “hoy manejaríamos el fútbol porque sería el presidente de la FIFA rodeado con diez jugadores europeos de la elite”.

Maradona y Ruggeri durante el
Maradona y Ruggeri durante el período en el que Diego fue entrenador de la Selección (Foto: NA)

Ruggeri jugó, entre otros, en River, Boca, San Lorenzo, Real Madrid y fue campeón del mundo con Argentina en el 86. Sin embargo, aclara que sólo Maradona sabe lo que es llevar el traje de ídolo que lo acompaña desde casi la adolescencia. “Si yo salgo de acá, a lo sumo me dicen de sacarme una foto. Tengo vida aparte del fútbol. Este pibe nunca tuvo vida. Nunca. Vos decís ‘cómo me gustaría ser Diego’. Sí, adentro de la cancha me encantaría ser Diego. Afuera no, la verdad que no. Es imposible. Íbamos de viaje, salíamos y él tenía que ir con cinco tipos porque la gente esta tirándose encima. Y nosotros íbamos caminando normal. ¿Cómo terminó? Quedándose en la habitación, con la custodia en la puerta y comiendo solo. Me decís ¿quéres ser Maradona? ¡Cómo no voy a querer! Como jugador de fútbol, ahí. Cuando termina, afuera, no”, explicó.

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