Días después de su cumpleaños N° 60, Diego Maradona fue internado en el sanatorio Ipensa de La Plata para realizarse una serie de chequeos, tras consensuar la decisión con Leopoldo Luque, su médico personal, y luego de una conversación-discusión con Matías Morla, su apoderado, quien no lo veía bien desde hacía varios días. Al director técnico de Gimnasia no estaba de buen estado de ánimo, comía poco (lo que derivó en un cuadro de anemia y de deshidratación) y mostraba signos de ansiedad.
El ex capitán de la Selección había atravesado una semana dura, dado que había estado aislado luego de haber tenido contacto estrecho con un cuadro sospechoso de coronavirus. El viernes, en la previa de Gimnasia-Patronato se realizó en el “Bosque” un homenaje a Maradona, que incluyó fuegos artificiales, placas y saludos, entre otros, de Claudio “Chiqui” Tapia y Marcelo Tinelli. Pero la imagen que quedó en la retina de todos, tanto de los presentes como de los televidentes, era la de un Maradona frágil, con dificultades para caminar y hablar.
Según pudo averiguar Infobae, Morla, al advertir los síntomas descriptos le recomendó no concurrir al partido de Gimnasia, pero el Diez insistió en no faltar al homenaje. Y tomó una dosis superior de la medicación prescripta para su cuadro.
Leopoldo Luque dio declaraciones en la puerta del sanatorio y explicó las causas de la internación. “Está mal psicológicamente y repercute en el cuerpo, se alimenta mal, te cambia todo. Es el factor principal que lleva a que sea internado”, enfatizó, y explicó que el tiempo de permanencia en la clínica dependerá del propio astro y de su médico.
“La cantidad de días que esté acá es algo que tengo que trabajar yo, Diego está bien, de alta se va cuando quiera. Mi idea es tenerlo a lo mejor tres días para ajustar tratamientos y ver la evolución. No hay nada de urgencia”, agregó.
“Diego perdió peso porque venía entrenando. Lo vi triste, eso nos llevó a internarlo de común acuerdo. Diego es una persona de ciclos, a veces está muy bien y de a ratos no tan bien. No me gustaba el momento en el que estaba. Traerlo acá lo ayuda”, insistió con el concepto. Además, remarcó que poca gente tendrá acceso a verlo ante los peligros que propone el coronavirus: “Por el tema de la pandemia va a estar con la mejor cantidad de gente posible”.
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LAS PRINCIPALES DEFINICIONES DEL MÉDICO DE MARADONA
¿Cómo es tratar a Diego?
“Con él nada es fácil, hasta me ha dicho que no me quería ver. Lo veo como un paciente al que me gustaría que esté mejor. Convivir con otros pacientes es mucho más fácil, porque cumplen con lo que les decís. Es una persona de edad, con muchas presiones en su vida, cumplió 60 años y hay que ayudarlo. Es difícil ser Maradona".
¿Cómo hizo para convencerlo de que se internara?
“No está internado porque lo traje yo; está acá porque quiso venir. No lo vi como me gustaría verlo y como sé que él puede estar. Yo le dije: ‘Che, Diego, vamos a una clínica, tenés que estar mejor’. Me dijo: ‘Dejame de hinchar’. Hasta que dijo: ‘Bueno, vamos’. Es un chequeo general. Hay que estar tranquilos, Diego está bien, pero puede estar mucho mejor. Es una propuesta terapéutica que aceptó”.
La preocupación de Diego antes de internarse: el próximo partido de Gimnasia ante Vélez del domingo
“Le dije de venir acá y me dijo: ‘Tengo que dirigir el domingo’. Y le respondí: ‘Vení conmigo que no vas a dirigir, vas a jugar’”.
¿Por qué creyó necesario internarlo?
“Lo veía Maradona como cuando está malo, no habla, no acepta ayuda. Yo soy el médico, no el papá de él. Hay veces que hay que invadir un poco más y este era el momento. No estamos hablando de una adicción ni de que se descompensó. Es tratar de mejorarle aspectos clínicos que van a repercutirle en todo el cuerpo. No hay otra búsqueda".
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