Acostumbrados a ver cómo se relevan a todos los funcionarios cuando hay cambio de gobierno, el año pasado llamó la atención que Sergio Berni, ministro de Seguridad bonaerense, confirmara a Juan Manuel Lugones a cargo de la seguridad deportiva en la Provincia. Respaldado por los dirigentes del fútbol bonaerense y la propia AFA, Berni decidió sostenerlo al frente del Aprevide pese a su identificación total con el ministro saliente Cristian Ritondo y a que había sido un tenaz denunciante de la relación entre punteros del Frente de Todos con los barrabravas. Pero la aventura duró menos de un año: cercado por una denuncia de abuso sexual ya elevada a juicio y aún cuando clama por su inocencia, Lugones decidió esta mañana renunciar al cargo tras casi cinco años de labor. Su reemplazante sería Gustavo Gómez, licenciado proveniente de la Universidad de Quilmes y ex director de seguridad preventiva de la Policía Aeroportuaria.
El paso de Lugones por el organismo puede dividirse en dos partes. La primera etapa consistió en una lucha frontal contra los barras que generó un récord de violentos detenidos en la historia de la seguridad deportiva bonaerense y el inicio de decenas de causas judiciales donde no sólo cayeron violentos sino también directivos y hasta policías. La más resonante de todas, claro, fue la de Independiente, ya elevada a juicio oral y que tendrá en el banquillo de los acusados a toda la cúpula de la barra más el tesorero Héctor Yoyo Maldonado, el ex vicepresidente Noray Nakis y está por verse si además se suma al juicio el actual vice, Pablo Moyano.
Pero la segunda parte, que arranca este año, tuvo de entrada algunos conflictos internos hasta que en febrero estalló la bomba: fue denunciado por abuso sexual por una policía que trabajaba en el Aprevide y había sido trasladada a una comisaría. Se suponía que quedaría apartado del cargo hasta que se resolviera la cuestión, pero Berni creyó en la palabra de Lugones que todo era una conspiración y lo mantuvo. Con el fútbol paralizado por la pandemia, el jefe de la seguridad deportiva se contagió de Coronavirus y se mantuvo aislado y tras ese período de 15 días, solicitó una licencia que finalizó el domingo. En el medio, la fiscal Cecilia Corfield pidió su elevación a juicio, cosa que concedió el juez Raele. Terminada la licencia, Lugones renunció para abocarse a su defensa en los Tribunales.
En la denuncia, la mujer policía especifica lo sucedido. “Cuando empecé a trabajar con Lugones en el Aprevide, empezó a preguntarme sobre mis gustos personales, si me gustaba comer pastas o si quería trabajar en las canchas. Ante eso yo respondí que quería hacer el mismo trabajo que mis compañeros. De manera descolgada empezó a llamarme para invitarme a cenar. Con excusas, rechazaba la invitación. Al otro día me tenía que aguantar un trato distinto, con caras de enojo obviamente por mi rechazo. Un día fuimos a Mar del Plata a un operativo. Íbamos en dos camionetas. Él adelante y nosotros atrás. En un momento nos hace parar en el medio de la ruta y nos dice de sacarnos una foto en la caja de la camioneta donde viajaba él. Cuando yo quiero subir a la caja, poniendo un pie en un estribo, siento unas manos en mi cola que me empujan hacia arriba y cuando miro veo que era Lugones el que lo había hecho. En ese momento, le pregunté ‘¿qué estás haciendo?’, y él me contesta ‘disculpame, no me di cuenta’. Para todo esto mis compañeros estaban mirando y me dijeron ‘¿por qué no le diste un cachetazo?’, porque era para pegarle un cachetazo”. Tiempo después, presumiblemente por la negativa a acceder a las invitaciones de Lugones, la mujer policía fue designada en otro sector.
Ante esta situación, Lugones se presentó ante la Justicia, negó todos los hechos y dijo que tenían una relación consensuada con la mujer policía y presentó pruebas de salidas conjuntas que incluían noches de hotel en la misma habitación y fotos donde a ambos se los ve juntos y sonrientes. Manifestó que mal podía él trasladarla a otro sector porque esa función era del jefe de la Policía y aseguró que toda la maniobra fue para correrlo del lugar y quedarse con la caja de la Aprevide, que maneja mucho dinero en cuanto a los operativos policiales. “Fui el primer funcionario en devolverle plata a los clubes y cortar el circuito ilegal por el que la Policía mandaba menos efectivos de los que se habían pactado y después se repartían la plata. Esa era una práctica que además subía para arriba, así que me gané muchos enemigos. Desde la jefatura de Gabinete actual querían volver a determinadas cosas que a mí no me parecían correctas y me negué por completo. Oh casualidad al día siguiente entra esta denuncia y algunos de los testigos en mi contra son personas que estaban en esa práctica que yo corté. Hasta hay un policía sosteniendo la acusación al que yo separé tres años atrás porque trabajaba directamente para los barras y eso quedó probado. Con la denunciante tenía una relación sentimental y entregué innumerables pruebas de ello, en el juicio se va a caer toda esta operación”, asegura Lugones.
Mientras se espera Tribunal y fecha para juicio oral, Lugones decidió irse y el ministro Berni le aceptó de inmediato la renuncia y nombró al licenciado Gustavo Gómez en su lugar. Que se verá de qué manera lleva adelante ahora la lucha contra la violencia en el fútbol, que esta semana recrudeció con internas en las barras de Capital y Provincia aún cuando el fútbol se está jugando sin gente por la pandemia.
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