Los estudios que le realizaron a Diego Armando Maradona dejaron una preocupación para el cuerpo médico que trata la salud del ex futbolista en la clínica de La Plata. Las imágenes de los exámenes mostraron que tiene un hematoma en la cabeza y es operado. La intervención la lleva a cabo su médico personal, Leopoldo Luque, que es neurocirujano. La Clínica Olivos es la entidad sanitaria en donde se lleva adelante la intervención quirúrgica.
La operación estaba pautada para las 20, pero ya en el centro médico de Zona Norte Luque convocó a otros dos especialistas para una interconsulta antes del ingreso al quirófano. En consecuencia, le realizaron nuevos estudios (incluida una resonancia magnética) y fue hisopado. Con los resultados del test de COVID-19 está habilitado a ser intervenido, algo que comenzó pasadas las 21.
La lesión se dio a raíz de un traumatismo leve, que pudo haber sufrido boxeando –actividad deportiva que practicaba–, un pelotazo o hasta cuando se cayó para atrás en el banco de Gimnasia el torneo pasado. “A partir del traumatismo se generó un derramamiento de líquido que se acumuló”, le indicaron a este medio desde el círculo íntimo del astro.
Luque se formó en la Universidad de Buenos Aires y es miembro de la Asociación Argentina de Neurocirugía y de la North American Spine Society. En septiembre pasado le habían realizado los mismos estudios a Diego (tomografía y resonancia magnética), en Ipensa, pero allí no había sido detectado ningún edema.
“Diego está lúcido, comprende y está de acuerdo con la intervención. Está muy tranquilo. Es una cirugía de rutina”, indicó el profesional que trata al ex capitán de la Selección, en la puerta del sanatorio de La Plata.
“Tiene algo parecido a lo que tuvo Cristina (Fernández de Kirchner)”, señalaron desde el entorno del campeón del mundo de 1986. Esto hace referencia a la operación a la que se sometió la ex presidenta en 2013, cuando debió pasar por el quirófano de la clínica Favaloro. En aquella situación, la operación de la entonces jefa de Estado duró alrededor de una hora y media y requirió anestesia total. Luego, debió pasar 48 horas en cuidados intensivos, hasta recibir el alta.
Horas antes de conocerse esta noticia, y antes de tener en sus manos el resultado de los últimos estudios, el doctor Luque había asegurado que el entrenador de Gimnasia de La Plata estaba con buen estado de ánimo.
“La noche la pasó bien. Está bien de ánimo. Estuvimos bromeando, estuvimos caminando dentro de la clínica. La situación está evolucionando como queríamos. Él está absolutamente consciente. Y cuando se pone tan consciente se quiere ir. Es conocido que no quiere a los médicos”, había advertido el especialista durante la mañana del martes.
Maradona cumplió 60 años el pasado viernes y asistió al estadio de Gimnasia de La Plata para recibir un homenaje antes del partido de su equipo contra Patronato. Minutos después, se marchó a su casa sin quedarse a ver el partido allí. Las imágenes generaron preocupación en todo el mundo y 48 horas más tarde su médico decidió internarlo para realizarle una serie de estudios con la intención de conocer al detalle su cuadro clínico.
El especialista a cargo de la salud del Diez detalló que ingresó a su paciente “anémico y deshidratado”, pero que eso se le estaba “corrigiendo”. Maradona durante su internación en La Plata habló con sus hijas por teléfono, vio televisión y realizó una caminata con el propio Luque por el hall del centro de salud.
El ex Argentinos, Boca y Napoli llevaba un par de semanas sumergido en un bajón anímico. Los problemas familiares, la ausencia de sus papás, Don Diego y Doña Tota, y el hecho de haberse visto obligado a mantenerse aislado toda la semana pasada por haber tenido contacto estrecho con un caso sospechoso de coronavirus (un custodio, que finalmente dio negativo el test). El pozo lo había llevado a incumplir la dieta estricta que le indicaron, necesaria para soportar el impacto de la medicación que debe tomar a diario por sus problemas de ansiedad y para conciliar el sueño.
Ayer, quienes lo acompañan en el día a día lo notaron decididamente mal. En consecuencia, entre Matías Morla y Luque lo convencieron de internarse para hacerse el chequeo general, que dio con el diagnóstico que lo llevará al quirófano.
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