Entrenadoras de fútbol en Argentina: prejuicios, el drama de las “DT-Pulpo” y un proyecto de cupo para terminar con las desigualdades

La dirección técnica es un área en el que aún las mujeres están muy postergadas. Qué piensan las que eligieron esta profesión, con qué barreras se han encontrado y cuáles son sus sueños

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Las entrenadoras de fútbol pelean contra los prejuicios y la falta de oportunidades (Shutterstock.com)
Las entrenadoras de fútbol pelean contra los prejuicios y la falta de oportunidades (Shutterstock.com)

Poco a poco, las mujeres comienzan a abrirse camino en el mundo del fútbol. Sin embargo, hay algunos espacios en los que las resistencias siguen siendo grandes y uno de ellos es el campo de la dirección técnica. Aún en los torneos femeninos es difícil ver a entrenadoras al frente de los equipos. Los prejuicios, la discriminación y la falta de oportunidades son algunos de los factores que bloquean el acceso de las DT a este tipo de trabajos. Aún así, son varias las que se animan a romper el molde y abrir el camino para que las nuevas generaciones sigan sus pasos.

Durante el último campeonato de la primera división femenina -que no pudo terminar por la pandemia de coronavirus- solo cuatro clubes tuvieron entrenadoras mujeres. Roxana Vallejos en Rosario Central, Karina Medrano en Lanús, Tatiana Monroy en Excursionistas y Juliana Román Lozano en dupla con Enriqueta Tato en Huracán fueron las únicas DT que pusieron su nombre entre los 17 equipos que tiene el certamen. En tanto que la selección argentina mayor nunca ha tenido una mujer en la conducción.

Aún cuando los obstáculos son muchos, las jugadoras no se rinden y muchas sueñan con emprender su camino como entrenadoras. “La carrera me enseñó que de la raya para afuera es otra cosa. Por más que como jugadora una haya tenido una gran trayectoria y haya conseguido muchos logros, es distinto estar del otro lado. Por ejemplo, en el manejo del grupo. Una puede tener muchos conocimientos, pero conducir un equipo no es fácil”, evalúa Belén Potassa, una histórica de la selección argentina que actualmente juega en el Córdoba de la segunda división de España.

Belén Potassa es una referente histórica de la selección argentina y tiene el título de directora técnica de fútbol
Belén Potassa es una referente histórica de la selección argentina y tiene el título de directora técnica de fútbol

La delantera de 32 años hizo la carrera de directora técnica hace casi diez años, mientras jugaba en Boca. Estudió en una sede de ATFA en San Jorge, una ciudad cercana a su pueblo natal de Cañada Rosquín (Santa Fe). En su curso eran todos varones y solo había dos mujeres, pero ella fue la única que lo terminó. El título lo ha estrenado en un equipo femenino de la liga local de su pueblo y dando clases en una escuelita de fútbol mixto en España. Sostiene que haberse recibido le da una herramienta para el “segundo tiempo”, como le llama al momento del retiro.

De todos modos, la ex UAI Urquiza y Fundación Albacete cree que aún persisten los prejuicios hacia las mujeres entrenadoras. “Si bien se empezaron a abrir caminos y se comenzó a dar lugar a las mujeres en los clubes creo que es más por un tema político y por las exigencias de tener una figura femenina, no porque confíen en que una mujer pueda lograr cosas”, consideró Potassa, quien tuvo dos técnicas en su carrera (Marcela Lesich en Boca y Paula Navarro en Santiago Morning de Chile) y cuyo mayor sueño una vez que termine su carrera como jugadora es poder estar al frente de la selección argentina.

La cordobesa Daniela Díaz, en tanto, es una de las mayores exponentes de la dirección técnica en la actualidad. Ella es una referente para las de su generación ya que tiene solo 30 años y desde 2019 está al frente de Belgrano, equipo al que sacó campeón en la última Liga provincial. Como jugadora, tuvo pasos exitosos por Racing de Córdoba, Boca, UAI Urquiza y el conjunto Pirata. En esos clubes ganó títulos y fue a dos Copas Libertadores. Sin embargo, las lesiones la obligaron a retirarse de manera prematura. Fue en ese momento, a los 27 años, cuando comenzó su aventura del otro lado de la línea de cal: primero como preparadora física en Racing de su provincia, y más tarde como DT de Belgrano.

Daniela Díaz está al frente de Belgrano desde 2019 y fue campeona de la Liga Cordobesa (Foto: Belgrano)
Daniela Díaz está al frente de Belgrano desde 2019 y fue campeona de la Liga Cordobesa (Foto: Belgrano)

“En el fútbol se cree que si no jugaste a determinado nivel no estás apta para enseñar, pero la historia muestra que hay grandes entrenadores que no han sido grandes jugadores. Hoy el fútbol femenino sigue algunas lógicas malas del masculino y tenemos que cambiar eso. Además, hay muchos prejuicios: por ser mujeres parece que el fútbol no es para nosotras”, sostuvo Díaz, que es una de las dos entrenadoras que hay en toda la Liga Cordobesa, un certamen en el que participan casi 20 equipos.

La cordobesa calificó de “alarmantes” las estadísticas respecto a la inclusión de las mujeres en la dirección técnica. “No estamos incluidas en ninguna agenda”, denunció, y planteó: “De a poco se va avanzando. Muchos dicen que es cuestión de tiempo, pero hay que seguir alzando la voz, si no seguimos insistiendo vamos a perder lo poco que se logró hasta ahora. Las que tenemos la posibilidad de trabajar en clubes tenemos que hablar por todas las que están hiper-capacitadas y llenas de títulos, pero que no tienen oportunidades ni en Buenos Aires ni en el Interior”.

Ese es otro de los puntos claves: para ejercer el rol de entrenadoras, las mujeres deben contar con un gran número de credenciales que legitimen su conocimiento. Esto no ocurre necesariamente en el caso de los varones, que muchas veces por solo haber sido futbolistas son convocados para desempeñarse al frente de un plantel. En el caso de Díaz, ella es profesora de Educación Física y está desarrollando su tesis para obtener la Licenciatura. También es árbitra recibida. El curso de DT recién lo pudo comenzar hace algunos meses, cuando consiguió una beca en la escuela de César Luis Menotti.

La cordobesa describe, además, otra problemática que hoy se afronta en el fútbol femenino y que podría denominarse la de “las DT-pulpo”. Por la precariedad de las condiciones para la disciplina, aquellas entrenadoras que logran llegar a estar al frente de un equipo no solo deben ocuparse de la dirección técnica (ordenar entrenamientos, planificar partidos, analizar rivales, establecer sistemas de juego, etc), sino que también deben encargarse de otras tareas como pelear los horarios de entrenamientos en las canchas, conseguir viáticos y ropa para sus jugadoras, gestionar los transportes para ir a jugar y reclamar por mejorar las condiciones de trabajo propias y de sus dirigidas.

Belgrano tiene un cuerpo técnico 100% femenino: a Díaz la acompaña Daniela Arias como preparadora física
Belgrano tiene un cuerpo técnico 100% femenino: a Díaz la acompaña Daniela Arias como preparadora física

Las entrenadoras nos preguntamos cuándo nos vamos a poder sentar a trabajar de lo nuestro y nada más. Yo no sé si un ‘profe’ varón tiene que estar en toda esta ‘rosca’, que es agotadora. Pero es lo que nos toca y no podemos mirar para el costado”, planteó Díaz, cuyo cuerpo técnico es 100% femenino ya que junto a ella trabaja la preparadora física Daniela Arias.

Ante estas postergaciones que viven las mujeres en el fútbol, días atrás se dio a conocer un proyecto de Cupo Laboral para Directoras Técnicas. La encargada de armarlo y de presentarlo públicamente fue Ivana Rodríguez, que es periodista deportiva, entrenadora de fútbol e integrante de la Comisión de Género y Diversidad de Temperley. Aunque aún faltan pulir algunos detalles, la idea es que se establezca un 20% de presencia de mujeres (y otras identidades) en los cuerpos técnicos de todos los equipos de Primera División del fútbol femenino argentino.

Para redactar esta iniciativa, Rodríguez se basó en normativas que ya rigen para competiciones femeninas de Conmebol como la Copa Libertadores o la Liga de Desarrollo. A diferencia de estas resoluciones que no remiten específicamente a las áreas técnicas de los equipos, esta propuesta de cupo alcanzaría específicamente a puestos como entrenadoras, ayudantes de campo, preparadoras físicas, entrenadoras de arqueras o videoanalistas, que son espacios que hoy también están siendo ocupados por varones prácticamente en su totalidad.

La selección femenina de Brasil tiene una entrenadora mujer: la sueca Pia Sundhage. Argentina nunca ha tenido una DT (EFE)
La selección femenina de Brasil tiene una entrenadora mujer: la sueca Pia Sundhage. Argentina nunca ha tenido una DT (EFE)

“El proyecto no habla ni de mujeres ni de cupo femenino porque remite también a otras identidades”, explicó Rodríguez. Y, sobre la necesidad de establecer un mínimo de participación, señaló: “Nosotras todo el tiempo tenemos que demostrar nuestras capacidades más que otros, cuando la realidad es que las directoras técnicas estamos muy capacitadas. Todo esto apunta a la construcción de cuerpos técnicos más justos y más diversos, tiene que ver con la equidad y con la igualdad”.

El próximo paso para avanzar con este proyecto es conformar mesas de trabajo para que llegue a las ligas de todo el país. Para estos espacios no solo se convocará a directoras técnicas, sino que también participarán personas del ámbito de la comunicación y de la gestión política. En caso de que se avance con la redacción, la propuesta definitiva deberá pasar por AFA para tener validez.

Bárbara Corte espera que las condiciones mejoren y que se caigan estos obstáculos para poder hacer, dentro de algún tiempo, sus primeras experiencias como directora técnica. Hoy tiene 37 años y asegura que va a jugar al fútbol “hasta que den las piernas” debido a los años de postergaciones que sufrió en el deporte. De niña, vivió en los Estados Unidos y allí comenzó a jugar fútbol mixto junto a uno de sus hermanos. Tanto se destacó en el país del Norte, que fue citada para ser parte del combinado juvenil del estado de Massachusetts. Sin embargo, su familia decidió regresar a la Argentina para asentarse en Zárate y, ya entrada la adolescencia, Bárbara se dio cuenta de que en su país no había espacios disponibles para una joven que quería jugar a la pelota. Fue así como su pasión tuvo que ponerse en pausa y recién se reflotó en 2019 cuando se sumó al plantel de Villas Unidas, equipo que milita en la Primera C, para hacer su debut en un torneo de AFA a los 36 años.

Por sus enormes condiciones, el cuerpo técnico y la dirigencia del club le propusieron a Bárbara comenzar a estudiar dirección técnica en la escuela de César Luis Menotti, entidad que está a la cabeza del proyecto del club Villas Unidas. La jugadora, que es Trabajadora Social, tiene un puesto en el Ministerio de Justicia y es madre de dos hijos, no dudó en anotarse. Desde que arrancó la cursada, su mayor interés pasa por los contenidos pedagógicos y por aportar una perspectiva de género, algo de lo que aún carecen los contenidos de la currícula.

“Creo que es muy importante para las mujeres tener mayor formación técnica y estratégica en relación al fútbol. Eso también me sirve como jugadora. Hoy la escuela está pensada estructuralmente para futbolistas hombres y los desarrollos también están basados en eso. Faltaría una vuelta de tuerca de incorporar a las mujeres, tanto en el discurso como en el análisis de lo táctico y de lo estratégico”, señaló Bárbara, que es una de las pocas mujeres anotadas en su curso (la única que participa de los foros) y que para un trabajo práctico -cuya consigna era dar una charla de inauguración para niños de 12 años- hizo una adaptación para que sea específicamente para niñas.

Bárbara Corte juega en Villas Unidas en la Primera C y estudia para ser directora técnica (Instagram)
Bárbara Corte juega en Villas Unidas en la Primera C y estudia para ser directora técnica (Instagram)

Al igual que Potassa, la capitana de Villas Unidas cree que hay instituciones que suman mujeres en ciertos puestos porque lo piensan como algo “políticamente correcto”, aunque no necesariamente crean en sus capacidades ni les den real poder de decisión. “Confío en que el gran quiebre sea que de acá a 20 años, que haya un proceso de naturalización en relación a que el deporte no tiene un género asignado. Hasta los 12 o 13 años tiene que haber fútbol mixto en todos los equipos, así lo van naturalizando de pequeños. Así se correrían un poco los prejuicios y todo se disfrutaría más”, recalcó la futbolista, que piensa al mundo del deporte -y al fútbol específicamente- como otro ámbito en el cual debe garantizarse el derecho al trabajo que tienen las mujeres.

Según un estudio que hicieron la periodista Ayelén Pujol y la antropóloga e investigadora Nemesia Hijós, hasta mediados de 2019 había solo 150 mujeres entre los 16 mil egresados y egresadas que ha tenido ATFA (Asociación de Técnicos del Fútbol Argentino) en toda su historia. Todas las consultadas para esta nota aseguraron ser la única alumna mujer o una de las pocas en sus respectivas cursadas. Muchos pueden ser los factores que lleven a las jóvenes y adultas a no sumarse a esos espacios de enseñanza: sobre todo, el hecho de que una no puede soñar con convertirse en algo que no ha visto antes.

Sin embargo, la tendencia empieza a cambiar y, más allá de las barreras, en las jóvenes hay esperanzas. Zully Díaz tiene tan solo 17 años y es la capitana de la Sub 17 de Atlanta. Ella tiene muy en claro que quiere jugar y que también quiere ser entrenadora de fútbol. “Me di cuenta de que quería estudiar para ser DT cuando entré a mi primer club. Es algo en lo quiero profundizar porque me gusta un montón y quiero seguir adelante con todo lo que tenga que ver con el fútbol”, sostuvo la futbolista.

Consultada sobre si es consciente de las dificultades que existen para insertarse en el mundo de la dirección técnica, Zully dejó un mensaje alentador: “Es difícil que una mujer sea DT. Conozco historias de mujeres que no podían dar su punto de vista o que incluso sus compañeros no les daban el lugar que les correspondía como DT y que les costó mucho. Eso pasaba porque eran mujeres y porque no es tan común verlas en ese rol. Ese es el impedimento. Pero yo creo que algo cambió: hoy hay escuelas y clubes que tienen fútbol femenino y que nos dan el lugar para hacer lo que nos gusta”.

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