Restan un par de meses para que cumpla su primer año como dirigente de Boca pero ya pueden sacarse algunas conclusiones acerca del trabajo de Juan Román Riquelme de la línea de cal para afuera. La incógnita alrededor del ídolo que le dio un espaldarazo a Jorge Amor Ameal en las elecciones de diciembre de 2019 pasaba por sus nuevas funciones como directivo. Desapareció por completo de los flashes (tiene decidido no brindar testimonio hasta al menos el año próximo) y trabajó en silencio, en las sombras, delegando parte de sus tareas al resto de los integrantes del Consejo de Fútbol.
Román les encomendó a sus laderos que tomaran las riendas de las negociaciones de menor calibre y aparecieran en los medios siempre y cuando fuera necesario aclarar algo. De movida, el vicepresidente segundo tuvo que lidiar con el alejamiento de Alexis Mac Allister, con el que se contactó durante su estadía en Colombia por la participación con la Selección Sub 23 en el Preolímpico. El conflicto entre las partes fue inevitable y pese a que en un principio el ex Argentinos Juniors aseguró que pretendía continuar en Boca, el Brighton hizo fuerza y se lo llevó seis meses antes. Riquelme solo habló en el ex Argentinos Juniors en privado y fue Marcelo Delgado el que afrontó los micrófonos para aportar la postura de la directiva.
En paralelo, el Consejo que eligió a Miguel Ángel Russo como reemplazante de Gustavo Alfaro, cerró al peruano Carlos Zambrano y Guillermo Pol Fernández como nuevas caras en su primer mercado. Además retuvo a Leonardo Jara, quien regresó de su préstamo en la MLS, por pedido del DT. El plan fue y será sumar futbolistas con nivel de selección, por eso Riquelme le endulzó el oído al chileno Mauricio Isla, al que tentó desde principios de 2020 sin éxito, ya que el trasandino firmó con el Flamengo de Brasil tras su paso por el fútbol turco.
Hasta acá no se registraron erogaciones significantes que comprometieran las arcas del club, hubo una lista de prioridades y jugadores prescindibles pero al mismo tiempo uno de los enfoques principales fue la renovación de contratos y estabilidad del plantel profesional.
· REFUERZOS A BAJO COSTO
En lo que va de su gestión Boca sumó a Carlos Zambrano, Javier García y Diego González (todos con el pase en su poder); Pol Fernández, Edwin Cardona (préstamos con opción de compra); Jara, Agustín Rossi, Gonzalo Maroni y Walter Bou (volvieron de sus cesiones). Con el objetivo de no superpoblar al plantel y dejar lugares disponibles para los juveniles que emergen, coordinó el arribo de caras nuevas que no atentaran contra la economía del club en tiempos de pandemia y crisis nacional y mundial.
Hoy por hoy no habrá novedades por nuevas incorporaciones y en el cuerpo técnico y dirigencia existe unanimidad: competirán en la Libertadores y torneo local con lo que hay a disposición a menos que surja una posibilidad fértil. Sí asoma un viejo conocido que puede ser importante de cara al futuro: Cristian Pavón. El Consejo y cuerpo técnico tienen muy en cuenta la chance de contar con el cordobés que dejará Los Angeles Galaxy de la MLS para reincorporarse a fin de año. Y en caso de no aparecer una oferta importante, pasará a ser patrimonio de la plantilla. Russo se refirió a él en la última conferencia de prensa.
· LAS TRATATIVAS QUE NO FUNCIONARON
Esta comisión directiva heredó irregularidades de todo tipo, según denunció en las últimas semanas, pero también una negociación abierta con Paolo Guerrero. La del peruano fue quizás la primera tratativa de Riquelme como dirigente. El centrodelantero del Inter de Porto Alegre que hoy se recupera de una lesión de ligamentos de rodilla y por eso no enfrentará a Boca por los octavos de final de la Libertadores mostró interés en mudarse a la Ribera pero las diferencias insalvables por la cotización del dólar en su contrato hicieron imposible la operación.
Hubo dos futbolistas que pertenecían al Xeneize y se escaparon por la puerta de atrás: Nahuel Molina y Junior Alonso. Con el lateral derecho hubo múltiples conversaciones por la actualización de los números de su contrato pero jamás acuerdo. Russo lo pretendía en el plantel pero el desacuerdo derivó en su marginación. Se marchó en condición de libre al Udinese de Italia. Por el central paraguayo Boca estaba decidido a hacer uso de la opción de compra fijada en 3 millones de euros por el Lille francés; no obstante el guaraní alegó cuestiones personales para decir adiós y optó por el oneroso salario que le ofreció Atlético Mineiro.
Los dos extranjeros por los que Boca hizo fuerza en el último mercado fueron el chileno Mauricio Isla, debilidad de Riquelme, y el colombiano William Tesillo, titular y con contrato vigente en el León mexicano, que le puso un candado a la puerta de salida. Fueron operaciones imposibles.
Las limitaciones que generó la crisis financiera global por la pandemia imposibilitó la contratación de algún refuerzo de jerarquía deseado por Riquelme, que entonces optó por aguardar a opciones potables que surgieran hasta el cierre del mercado. Fue así que Boca estuvo cerca de sumar a Silvio Romero y Fabricio Bustos, cuando Independiente buscó a Iván Marcone. La tratativa nunca estuvo cerca de arribar a buen puerto pese a lo mediática que se tornó. La última ficha que figuró en el radar -antes de la concreción del Pulpito González- fue Damián Batallini, de Argentinos Juniors, quien finalmente fue transferido al fútbol mexicano.
· LOS PRESCINDIBLES
En permanente contacto, Riquelme y Russo elaboraron una nómina con nombres que no iban a tener consideración total. Marcos Díaz fue vital para reemplazar al lesionado Andrada en los primeros duelos oficiales del segundo ciclo del entrenador en el club, pero Román ya pensaba en un hombre de su confianza para cubrir su baja tras la finalización de contrato en junio: Javier García. Ahora el santafesino firmó en Talleres de Córdoba y será rival directo.
Marcelo Weigandt había tenido protagonismo con Alfaro pero quedó relegado ante la presencia de Buffarini y el retorno de Jara, por eso se fue a préstamo a Gimnasia La Plata. Bebelo Reynoso no contó con los minutos deseados y, si bien el técnico ponderó sus condiciones, creyeron que el mejor camino era emigrar a la MLS en la que fue la única venta que efectuó Boca con sus nuevas autoridades. Lo mismo ocurrió con Jan Hurtado, cedido a préstamo al fútbol brasileño (Bragantino) para encontrar los minutos que no consiguió con Russo a cargo.
Y quizás el nombre más importante fue el de Iván Marcone, que perdió la titularidad con Jorman Campuzano cuando fue presentado Russo y coqueteó con Independiente en los últimos meses. En su horizonte apareció Elche de España y Riquelme le dio vía libre para que experimente por primera vez en Europa. Algunos juveniles que volvieron de sus cesiones, como Mateo Retegui (pasó a Talleres), tuvieron un efecto rebote y salieron otra vez del club.
· RENOVACIÓN DE CONTRATOS Y MEJORAS SALARIALES
En plena pandemia, Miguel Ángel Russo fue muy claro con Riquelme: le pidió expresamente que les renovaran los contratos a Carlos Tevez, Mauro Zárate y Franco Soldano. Fueron tres negociaciones complicadas que demandaron su tiempo. El primero en dar el sí fue el ex Vélez, mientras que con el Apache existió un cortocircuito por declaraciones públicas del jugador y parte del Consejo (Bermúdez y Cascini). Riquelme levantó el teléfono y liquidó el trámite: hubo tregua y hay Carlitos hasta 2021.
En lo que va del año Román y compañía también se enfocaron en prolongar y mejorar las condiciones de los vínculos de algunos referentes como Carlos Izquierdoz y Buffarini, quien rechazó la propuesta en primera instancia y todavía no puso el gancho por una diferencia en la extensión del contrato (hoy no hay diálogo con su agente y ya buscan alternativas en ese sector). En agenda figuran otros apellidos de peso y una de las cuestiones que tendrá que resolver de acá a diciembre es la renovación del préstamo o hacer uso de la opción de compra (tasada en 7 millones de dólares) de Pol Fernández. Una vez que el volante solucione una deuda con Cruz Azul, se avanzará en esta cuestión.
· REVALORIZACIÓN DEL PATRIMONIO Y FIRMAS CON PROYECCIÓN
En Boca buscan hacer valer los activos a como dé lugar. Utilizar a los futbolistas que pertenecen a la institución y, en caso de desprenderse de alguno en calidad de cedido, extender su contrato para que luego del préstamo no quede en libertad. En tanto la prolongación de los vínculos se realizaron a mediano o largo plazo, contemplando la participación de Boca en la actual edición de la Libertadores y de 2021.
Con Riquelme a la cabeza, la directiva de Boca tendrá el gran desafío de hacerse sentir en el mercado internacional después de una gestión de Daniel Angelici que, con sus defectos, vendió por cifras enormes al exterior. Entre las transferencias millonarias figuran las de Leonardo Balerdi (USD 18.000.000 al Borussia Dortmund), Jonathan Calleri (USD 12.000.000 a un grupo empresario que lo depositó en Europa), Carlos Tevez (USD 11.000.000 al Shanghai Shenhua chino), Lisandro Magallán (USD 10.000.000 al Ajax) y Rodrigo Bentancur (USD 10.000.000 más múltiples variables a la Juventus).
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