Luego de permanecer dos semanas confinado tras contraer coronavirus, Oscar Ruggeri volvió al programa 90 minutos de fútbol (ESPN), donde es panelista. El ex defensor, quien había tomado medidas una semana antes de que el Gobierno Nacional decretara el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio, se contagió a través de un contacto estrecho. Y narró su experiencia, cargada de autocrítica.
“Estoy enojado conmigo mismo porque me descuidé. Con nadie, eh, cada uno tiene que ser responsable de lo suyo. Me descuidé ese viernes que salí de acá, 15 minutos. Salí y me junté con alguien, al pedo. Necesitaba que me pongan el Zoom, tenía que hacer un Zoom y no sabía cómo hacerlo. Vinieron a ponerme el Zoom y ahí... 15 minutos me saqué el barbijo. Yo fui un caso de privilegio. La verdad, estuve en mi casa, no tuve fiebre. Pero te aislás, me quedé en una habitación solo. Conté los pasos. La habitación tiene uno, dos, tres, cuatro, cinco pasos. Uno, dos, tres, cuatro para el otro lado y chocaba con la pared. El bañito tenía uno, dos tres pasos, por uno, dos”, describió el campeón del mundo, de 58 años, que pasó el mal trago en su casa.
La producción del programa le dedicó al Cabezón una curiosa bienvenida. Sebastián Vignolo, conductor del ciclo, lo recibió con alcohol en gel, apareciendo desde detrás del decorado, provocándole un susto. Luego, figuras de nivel internacional, como el Pibe Valderrama, Gary Lineker, Ricardo La Volpe y Fernando Hierro, e integrantes de su entorno, como su mamá, uno de sus nietos y una de sus hijas, le dedicaron sentidas palabras que lo hicieron emocionar.
“Estando aislado, me chocaba contra la pared. Te ponen la comida ahí y te dicen, ‘¡está la comida!; la perra estaba mejor que yo, comía con todos en la mesa”, continuó su relato. “Es bravo, eh, sobre todo a la noche. Uno en algún momento por ahí podía pensar ‘ojalá que si me llega a tocar, que sea leve, así me lo saco de encima’. Y fue leve, en mi caso, eh, pero no se lo recomiendo a nadie. Me agarró dolor de espaldas dos veces y me levantaba, me tiraba al suelo, elongaba... Al colchón ese a la madrugada lo daba vuelta por el dolor de espalda, decía: ‘Tiene que estar vencido’”, añadió.
“A la tele le faltaban canales, tenía cuatro o cinco nada más, miraba canal del campo, me sé todo, qué se siembra, todo”, aportó un dato humorístico. Pero luego volvió al tono autocrítico y a recorrer los momentos más duros del trance.
“Estoy enojado conmigo porque fui responsable, me cuidé y me cuidé, y por una distracción... Adentro. Por eso le digo a la gente que no se descuide. Yo tenía miedo por mi familia, que se empezaran a agarrar ellos. Tenía esa carga. Mi mamá sabía, lo mal que estaba mi vieja... Ahora recuperó la vida. Porque cuando le dijeron que yo era positivo, ¿vos qué pensás? Adentro, internado, chau”, apuntó el impacto de la noticia en su círculo familiar.
Al concluir su discurso se enfocó en los momentos más duros de su convalecencia: la noche. “Las ganas de venir al programa que tenía... Hice todo lo que tenía que hacer, me iba de acá, llegaba a mi casa, me bañaba, ponía la ropa a lavar. Y me pasó igual. A la noche tenía miedo de morirme, pasa cuando no tenés sueño. Vivís con la panza revuelta porque no tenés olfato, gusto, nada. Comés porque tenés que comer”, concluyó su relato.
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