Los detalles desconocidos de las tres catástrofes deportivas de la selección argentina en Bolivia

Del escándalo en Eliminatorias por el corte en el rostro de Julio Cruz a la olvidable Copa América del 97 y el doloroso 6-1 en contra con Maradona como entrenador

Guardar
Incidentes Bolivia-Argentina (Eliminatorias en 1997)

Argentina es claro dominador en el historial de partidos ante Bolivia pero los del altiplano, a pesar de haber registrado un puñado de triunfos, dejaron marcas indelebles con los mismos. La Albiceleste padeció la altura de La Paz en diversas ocasiones y hubo tres capítulos en suelo boliviano que resultan olvidables. Uno de ellos sin tener al seleccionado verde como rival directo aunque sí como anfitrión.

CORTE A JULIO CRUZ Y ESCÁNDALO (ELIMINATORIAS FRANCIA 98)

Arrancaba la segunda ronda de la clasificatoria para la Copa del Mundo y Daniel Passarella quiso anticiparse a la jugada: concentró a la mayoría del plantel de la Selección durante casi 20 días en La Quiaca (Jujuy) con la idea de asentarlo para la presentación en el estadio Hernando Siles. El clima por parte de los locales contra el entrenador nacional estaba lejos de ser el mejor: el Kaiser había hecho público su descontento por tener que disputar compromisos en esas condiciones climáticas y sus declaraciones no fueron bien recibidas. Incluso suspendió una conferencia de prensa previa al match por un ambiente de hostilidad notable representado en las incisivas preguntas del periodismo local.

Días antes, sin saber que a la postre Jamaica sería su rival en el Grupo H del Mundial, Américo Rubén Gallego y Alejandro Sabella (ayudantes de Passarella) observaron en vivo un amistoso entre Bolivia y los jamaiquinos con goleada 6-0 a favor de los anfitriones. Cuentan que Pachorra no soportó el viaje en auto con una ruta que superaba la altura de las nubes al punto tal que sufrió una descompostura de camino al duelo de exhibición. Un detalle que reforzó el pensamiento del cuerpo técnico: “es imposible jugar a casi 4.000 metros sobre el nivel del mar”.

El escándalo protagonizado por Bolivia
El escándalo protagonizado por Bolivia y Argentina por las Eliminatorias de Francia 98

Más allá del clima adverso planteado por parte de la prensa boliviana el contingente albiceleste no tuvo inconvenientes en el traslado hacia la cancha. Passarella se inclinó por un once sin Ariel Ortega y Juan Sebastián Verón, que se habían sumado en los últimos días provenientes de Europa, y tuvieron minutos en la segunda parte. Argentina formó con Nacho González; Nelson Vivas, Roberto Sensini, Pablo Paz y Juan Pablo Sorín; Hernán Díaz, Gustavo Zapata y Diego Cagna; Pipo Gorosito; el Chelo Delgado y Julio Cruz. El Jardinero sería protagonista de ese partido y no por incidir en el resultado.

Marco Sandy rompió el cero con un cabezazo al minuto 8 y Gorosito igualó sobre el cierre del primer tiempo de penal, tras una clara infracción sobre Hernán Díaz dentro del área. En el complemento el argentino nacionalizado Fernando Ochaizpur adelantó otra vez a los bolivianos, previo a las rojas para Nelson Vivas y Gustavo Zapata. Esta última simbolizó la eclosión del bochorno. El volante argentino trató de arrastrar expulsado consigo a algún adversario cuando Nacho González le propinó un cabezazo al delantero Víctor Hugo Angola por el que sería suspendido tres partidos.

Daniel Passarella, protagonista de dos
Daniel Passarella, protagonista de dos olvidables experiencias argentinas en Bolivia (Shutterstock)

En un intento por reanudar rápido la acción, Cruz se acercó al banco de suplentes de Bolivia para agarrar una pelota y cruzó insultos con algunos locales que estaban apostados en ese sector. El chofer del micro boliviano, de apellido Trujillo (algunas crónicas de la época lo nombran como Juan Manuel y otras como José Manuel), le propinó un puñetazo en el pómulo derecho sin mediar palabra. La batahola no se hizo esperar: empujones, trompadas y agravios verbales por doquier. La Policía con sus escudos, los argentinos envueltos en ira e impotencia forcejeando y los anfitriones dispuestos a no ceder. En medio de la gresca se pergeñó un plan para sacar provecho de la agresión a Cruz. El DT, acompañado de Cagna y el médico del seleccionado Luis Seveso, trasladó al delantero de 22 años al vestuario visitante.

Julio Humberto Grondona, que no había podido estar presente en esa cita porque acababa de someterse a una intervención quirúrgica, seguía la acción en vivo por televisión. Llamó por celular a cuanto emisario compatriota tenía en su agenda telefónica. El jefe de prensa Eduardo Bongiovanni, el coordinador de selecciones nacionales Salvador D`Antonio, el presidente de River David Pintado y el de Gimnasia de Jujuy Raúl Ulloa, quienes estaban a cargo de la delegación. Don Julio fue taxativo: “¡Que terminen el partido en la cancha!”.

El hombre fuerte de la FIFA sabía que por un escándalo similar en el año 89 Chile había sido suspendido y privado de disputar los Mundiales del 90 y 94 tras una investigación de la que él había formado parte. En un partido contra Brasil, el arquero chileno Roberto Rojas se cortó la frente a sí mismo para simular que una bengala arrojada por el público brasileño lo había lastimado y el elenco trasandino abandonó el cotejo. Luego fue severamente castigado.

Passarella, Pablo Rotchen y Diego
Passarella, Pablo Rotchen y Diego Cagna sostienen a Julio Cruz y se meten al túnel que conectaba el campo de juego con el vestuario visitante (REUTERS/Jose Gomez)

En el ingreso al túnel que conectaba con los vestidores se hizo un embudo humano. Las autoridades bolivianas querían llevarse preso al kinesiólogo Hernán Arsenian y hubo que acudir al embajador argentino, presente en el estadio, para gestionar su liberación. Mientras tanto las puertas del vestuario visitante se sellaron. Adentro el cuerpo médico argentino asistía a un Julio Cruz que había salido tendido del campo de juego. Créase o no, el árbitro brasileño Sidrack Marinho Dos Santos ordenó que el partido finalizara y el tanteador no se movió: fue 2-1 para Bolivia.

De repente Passarella ordenó la habilitación del ingreso al camarín para los fotógrafos y periodistas que cubrían el evento. Cruz estaba recostado sobre una camilla con la camiseta ensangrentada mientras lo atendían los médicos. Lucía un corte en... ¡su pómulo izquierdo! (el opuesto al que había recibido la trompada). El detalle no tardó en salir a la luz y el bochorno tomó aún mayor dimensión.

¿Las conclusiones que los protagonistas jamás se atrevieron a confesar? Cruz, que sí había sido víctima de la agresión física del chofer boliviano, fue cortado adrede en el vestuario visitante con la intención de que su sangre generara un impacto visual a través de los medios y que así la Selección sacara tajada deportiva y disciplinaria. Al destaparse la olla de la evidente autolesión, en el cuerpo técnico nacional adujeron que el futbolista había perdido la estabilidad en su traslado en una camilla de chapa que lo terminó lastimando debajo del ojo izquierdo.

Para Grondona todo pasó. Argentina no recibió sanción y siguió jugando normalmente la eliminatoria en la que finalizó en la primera posición.

REGRESO A UN MAL RECUERDO (COPA AMÉRICA 97)

Apenas 60 días más tarde de aquel escándalo en La Paz, Argentina retornó a Bolivia para disputar la Copa América 97. Esta vez no se enfrentaría con el dueño de casa ni actuaría en la altura de la capital sino que recalaría en Cochabamba, donde se enfrentó con Ecuador, Paraguay y Chile por el Grupo A de la competencia.

Passarella había aclarado públicamente que la que había formado no era una Selección B aunque el diario del lunes lo contradiría: apenas seis jugadores de los que llevó a Bolivia fueron convocados para la Copa del Mundo (Lechuga Roa, Nelson Vivas, Mauricio Pineda, Sergio Berti, Marcelo Gallardo y Marcelo Delgado). Prescindió de esta cita de los europeos Gabriel Batistuta, Hernán Crespo, Ariel Ortega, el Piojo López, Roberto Ayala y el Cholo Simeone, entre otros.

Los organizadores hicieron un intento por mudar a Argentina de sede para ubicarla otra vez en La Paz. Enterado de esta situación, Passarella advirtió que estaría dispuesto a marcharse si eso sucedía y finalmente confirmaron a Cochabamba. Brasil, vigente campeón mundial, ganaba con comodidad el Grupo C mientras Bolivia hacía lo propio en el B.

Resumen Argentina-Perú Copa América 1997

El DT albiceleste decidió darle la numeración a sus citados por orden alfabético. Así Nacho González atajó con la número 10 que hasta hacía muy poco le había pertenecido a Diego Armando Maradona, enemigo público del Kaiser. El volante Christian Bassedas usó la N° 1.

Antes del debut frente a Ecuador (empate 0-0) Roberto Monserrat sufrió una insólita lesión: era víctima de una clásica manteada en un entrenamiento y recibió un puntapié en el isquiotibial derecho que lo desgarró. Sin chances de tener acción le pidió a Passarella volver a Buenos Aires para recuperarse en River, pero el técnico, enfrentado con Ramón Díaz, se negó.

El clima distaba de ser el ideal y el alojamiento no estaba ni cerca de ser adjetivado como lujoso. Para colmo en el estadio Félix Capriles donde Argentina jugó sus primeros tres cotejos no había agua caliente y los jugadores se retiraban vestidos en micro para bañarse recién en el hotel.

Sin demasiadas luces, la Albiceleste se impuso 2-0 sobre el final ante Chile (goles de Berti y Gallardo) y tuvo que trasladarse a Sucre por el empate en la última jornada ante un Paraguay que estuvo cerca de ganar por el tanto de penal de José Luis Chilavert (Gallardo, por la misma vía, igualó en el minuto 90). En lugar de permanecer en Cochabamba y enfrentar a México en cuartos de final, Argentina terminó segundo en la zona y viajó a Sucre para actuar contra Perú.

Gallardo y Passarella en Copa América 97

El 21 de junio del 97 en el estadio Olímpico Patria casi 10 mil personas fueron testigos de la eliminación del equipo de Daniel Passarella. Eddy Carazas y Martín Hidalgo adelantaron a los incaicos y Gallardo dilapidó una pena máxima. El Muñeco se desquitaría en el complemento y acortaría la brecha desde los 12 pasos. Tras convertir el 1-2 forcejeó con un rival y recibió la segunda tarjeta amarilla. Eduardo Berizzo protestó y también vio la roja. Antes del final Gustavo Zapata, quien había sido expulsado por las Eliminatorias contra Bolivia, se volvió a ir a las duchas. Passarella, notoriamente disconforme con el trabajo de sus dirigidos, ensayó tres variantes en el entretiempo y luego del partido declaró: “Si tenía un cuarto cambio, quizás lo hacía”.

En la siguiente ronda Perú encajó 7 goles contra Brasil, que le ganaría la final a Bolivia en el estadio Hernando Siles de La Paz. La experiencia fue traumática para varios integrantes del plantel argentino. El Diablo Monserrat así describió aquella Copa América en diálogo con Infobae: “Borré de mi cabeza ese torneo, ni me acuerdo cómo salieron los partidos”.

FATÍDICA GOLEADA CON MARADONA DT (ELIMINATORIAS SUDÁFRICA 2010)

Un año antes, cuando aspiraba pero aún no imaginaba que sería seleccionador argentino, Maradona declaró tras jugar un amistoso a beneficio (invitado por Evo Morales) en la altura de La Paz: “Le hemos demostrado a la FIFA que se puede correr en esta cancha. Yo, en nombre de todos los argentinos, les decimos que no le tenemos miedo a la altura”. Diego no sabría lo que el destino le tenía planeado.

Una de las derrotas más
Una de las derrotas más dolorosas de la selección argentina: 6-1 contra Bolivia en La Paz en 2009 (Foto Baires)

El Diez acababa de tomar las riendas de la Selección y llegó agrandado a territorio boliviano por el 4-0 a favor contra Venezuela en su estreno. La estrategia consistió en mantener la base del equipo titular y plantear tres modificaciones para oxigenar: Martín Demichelis, Emiliano Papa y Lucho González. De antemano Argentina cometió un error al aceptar el horario de 15:30 propuesto por Bolivia puesto que cuanto más temprano menos humedad y más se hace sentir la altura.

Los anfitriones apenas habían conseguido dos victorias en 11 partidos en lo que iba de eliminatoria y la motivación pasaba más por la jerarquía del oponente de turno y el hecho de enfrentar al equipo liderado futbolísticamente por Lionel Messi y dirigido por Maradona. Eso sí, el plantel boliviano tuvo un incentivo económico prometido por Evo Morales: le daría entre 1.000 y 2.000 dólares a cada integrante por cada gol que marcara diferencia ante Argentina en el tanteador.

William Ramallo, ayudante de campo, se encargó de la gestión y repartija del premio. El ex presidente boliviano jamás imaginó que tendría que desembolsar alrededor de 200 mil dólares por la histórica diferencia de cinco goles entre uno y otro conjunto.

Sin aire: la imagen de
Sin aire: la imagen de Mascherano buscando oxígeno en medio del partido lo dice todo (Foto Baires)

El ex delantero del combinado del altiplano que formó parte del Mundial 1994 le contó a Infobae sobre Messi: “Estaba shockeado, ausente, sin tener idea de lo que estaba sucediendo. El jugador que ya ha jugado en la altura tiene la ventaja fisiológica de acordarse de lo que va a sufrir, pero esta era su primera vez y no tenía idea. Seguramente el 6-1 le habrá generado un trauma del que no se olvidará nunca”.

Fue una tarde negra para la Selección: Joaquín Botero fue la figura y anotó un hattrick que dio forma a la goleada por los tantos de Marcelo Moreno Martins, Alex Da Rosa y Didi Torrico. Lucho González había igualado transitoriamente y Ángel Di María fue expulsado en la visita minutos después de haber sustituido a Maxi Rodríguez. Los jugadores bolivianos revelaron tras el encuentro que los argentinos pedían piedad adentro de la cancha.

La mancha perdurará junto a otras catastróficas goleadas sufridas por la Albiceleste como el 1-6 ante Checoslovaquia en el Mundial de Suecia 1958, el 0-5 con Colombia por las Eliminatorias de Estados Unidos 1994 y el último 1-6 sufrido ante España en un amistoso disputado previo al Mundial de Rusia 2018.

SEGUÍ LEYENDO:

Guardar