Mientras el Atlético Madrid de su padre enfrentaba al Huesca por la liga española (no se perdió de mucho porque terminaron 0-0 en el estadio Wanda Metropolitano) Giovanni Simeone brindó una entrevista a Líbero (TyC Sports) en la que habló de diversos aspectos personales que lo llevaron a ser convocado por Lionel Scaloni para la selección argentina. Las enseñanzas del Cholo, los entrenamientos particulares y las exigencias diarias, sus recetas.
Ya cuando era habitué en la Sub 20 albiceleste Gio aprovechaba sus ratos libres para practicar trabajos de velocidad y reacción en un centro especializado en el rubro al que acudían árbitros e incluso deportistas de otras disciplinas. Juegos de memoria visual, control, reacción, postura y toma de decisiones en fracciones de segundo siempre adaptados al fútbol: “Ahí empecé a aprender y crecí un montón. De chico me decían que la pierna izquierda solo la tenía para caminar y ahí mejoré la pegada con la zurda”. Hasta hoy realiza tareas complementarias que lo ayudan a potenciarse.
Exhibe el obsesivo gen Simeone a flor de piel: “Me gusta aprender, crecer, estar en el detalle. Desde chico creo que lo más importante para un jugador es la cabeza. Si uno no está bien de la cabeza no llega a ningún lado. No solo la confianza, eso va en base a todo lo bueno que mejorás, el estado físico y mental”.
El delantero que tiene apenas 25 años y habla con la cabeza de uno que está por retirarse tiene una particular mirada sobre la tecnología que difiere con la de la mayoría de sus colegas de igual o menor edad: “Cada vez nos cuesta más levantarnos de la cama porque hoy en día con un teléfono hacés todo y en realidad lo que hacés con eso, el Instagram o Twitter, es perder el tiempo, eso es lo que pienso yo. La imagen que muestra el posteo de una persona no es real. Mucha gente lo está empezando a entender pero a mucha otra le cuesta entrar en este juego de querer mejorar la cabeza”. Y redondeó su argumento: “Muchos jugadores entrenan, vuelven a su casa y no saben qué hacer. Ese es el error de varios. Tenemos que ser personas también porque si estamos bien, nos sentimos bien en casa y trabajamos en los afectos, al final en el fútbol vamos a estar mejor todavía. No es solamente la pelota en el fútbol, el estado es lo que te hace crecer”.
Cuando Gio habla, por momentos se mimetiza con su padre. Y es lógico. Fue quien alumbró su camino como profesional. El punta formado en las inferiores de River pondera sus enseñanzas: “Mi viejo es una persona que va para adelante, como su frase, partido a partido. Su vida es así y a nosotros, sus hijos, nos transmitió esa forma de vivir. Día a día, mejorar, ser humilde, crecer, valorr cuando uno hace las cosas bien y, cuando uno tiene que ponerse a mejorar, ponerse a mejorar”.
Una anécdota de su infancia refleja cómo inculcó el Cholo a sus hijos el valor del esfuerzo: “Para ganarme un regalo yo tenía que ganármelo. Quería un juego de fútbol de PlayStation y tenía que sacarme una buena nota, esperar a Navidad y hacer las cosas bien. Mi papá no me daba regalos porque sí. Esos métodos te enseñan a que las cosas te las tenés que ganar. Uno así entiende que para ganarte las cosas no hace falta tener toda la plata. Algunos teniendo plata se compran lo que quieren; yo voy más por tener que ganármelo”.
Ya con la cabeza en la Selección, el mayor de los hijos del Cholo contó cómo enfocó su mente durante el lapso de cuarentena en el que no hubo fútbol: “Usé ese tiempo para mejorar y crecer. De afuera dirán ‘¿qué le pasó en la cuarentena?’ y yo me puse a mejorar. Ahí está el truco, ser constante y sobre todo, cuando estás mal, confiar más en tu línea de vida. Cuando vas bien es fácil, cerrás los ojos y la clavás en un ángulo. Cuando te va mal, empezás a dudar y ahí es el momento”.
Tras sus goles y buenas actuaciones con el Cagliari el llamado de Scaloni se concretó. “La Selección siempre es exigencia. Hay que disfrutarla pero una vez que estás, es exigencia. Estoy en un lugar que siempre quise y donde millones de personas quisieran estar. No me puedo relajar y no hablo de cuando estoy en la Selección sino cuando estoy acá también. La exigencia no empieza desde el primer entrenamiento, empieza desde el día que te llaman”, cerró.
RIVER, GALLARDO Y SUS CHANCES DE VOLVER
· “Obvio que tengo ganas de volver a River por un tema de dar lo que me dieron a mí desde chico, eso está clarísimo. Pero nunca se sabe qué va a pasar y eso me hace vivir el día a día”
· “En el momento que Gallardo arrancó como técnico de River se veía que iba a ganar y nos transmitía eso a nosotros. La exigencia era ganar constantemente, en River no se podía empatar, lo transmitió desde un principio”
· “Siempre buscaba algo para mejorar, te presionaba y gritaba aen aspecto positivo, para mejorar un pase o lo que sea. Estaba en cada detalle. Tenía esa energía de querer ganar algo”
· “Con el tiempo tuve otros técnicos y te vas dando cuenta del valor de la persona que tuve en ese tiempo en River. Es uno de los mejores que me crucé porque era ganador. Realmente te hacía creer que ibas a ganar algo y ahí está la diferencia de un técnico, el poder transmitir a los jugadores que son ganadores y hacerte creer que lo sos”
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