Contundente comunicado de Neymar contra el racismo tras su expulsión en el clásico: “Soy negro y estoy orgulloso”

El futbolista del PSG reconoció que no estuvo bien al haber recurrido a la violencia, pero apuntó contra los árbitros: “Pedimos ayuda y nos ignoraron”

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Agresión de Neymar en el clásico de Francia y expulsión

Este fin de semana el fútbol francés vivió uno de sus clásicos más bochornosos de los últimos años cuando en el duelo entre el París Saint-Germain (PSG) y el Olympique de Marsella hubo cinco expulsados y una batalla en el campo entre futbolistas que recorrió el mundo. Uno de los detonantes del conflicto fue el cruce que protagonizaron Neymar y Álvaro González, luego de que el brasileño acusara al español de llamarlo “mono hijo de puta”, en la primera mitad.

Este lunes, mientras se aguarda por conocer las sanciones que recibirán los jugadores, el delantero del conjunto parisino emitió un fuerte comunicado en sus redes sociales a través del cual se disculpó por su accionar, pero insistió en que no puede haber lugar para el racismo en un partido de fútbol ni en ninguna otra parte.

Los prejuicios y la intolerancia son inaceptables. Soy negro, hijo de negro, nieto y bisnieto de negro. Estoy orgulloso y no me veo diferente a nadie. Ayer quería que los responsables del juego (árbitro, asistentes) se posicionaran con imparcialidad y entendieran que no debe existir esa actitud prejuiciosa”.

En este marco, el ex Barcelona apuntó directamente contra los jueces, quienes según él no atendieron sus reclamos: “Reflexionando y viendo tanta repercusión por lo sucedido, me entristece el sentimiento de odio que podemos provocar cuando en el fragor del momento nos rebelamos. ¿Debería haberlo ignorado? Aún no lo sé... Hoy, con la cabeza fría, digo que sí, pero en su debido tiempo mis compañeros y yo pedimos ayuda a los árbitros y nos ignoraron. ¡Este es el punto!”.

El momento en el que Neymar acusa de racista a Álvaro González

Neymar, quien no utilizó el nombre de González en ningún momento, admitió que su reacción no fue adecuada y que por lo tanto aceptará el castigo que la Ligue 1 le de por haberle pegado un golpe a su rival. A su vez, se mantuvo firme en su versión de los hechos: “Ayer perdí en el juego y me faltó sabiduría... Estar en el centro de esta situación o ignorar un acto racista no ayudará, lo sé. Pero pacificar este movimiento “antirracismo” es nuestra obligación para que los menos privilegiados reciban naturalmente su defensa. Nos volveremos a encontrar y será a mi manera, jugando al fútbol... ¡Quédate en paz! ¡Quédate en paz! Sabes lo que dijiste... ¡Sé lo que hice! ¡Más amor por el mundo!”.

Este mismo lunes, el PSG emitió un escrito en apoyo a su futbolista y pidió a lasa autoridades que castiguen al jugador del Olympique de Marsella por su insulto racista: "El club cuenta con la comisión de disciplina de la LFP para investigar y poner luz sobre estos hechos”.

Los miembros de la comisión independiente están encargados de determinar el número de partidos de suspensión para Neymar, Layvin Kurzawa y Leandro Paredes, del PSG, y Darío Benedetto y Jordan Amavi, del Marsella, todos expulsados en el descuento tras una batalla multitudinaria.

Según el baremo disciplinario de la Federación Francesa de Fútbol (FFF) utilizado como referencia por la Ligue 1, un jugador culpable de un “acto de brutalidad/golpe” puede recibir hasta siete partidos de suspensión si el hecho ocurre fuera de una acción de juego, sin desembocar en una lesión. La decisión de la comisión es esperada el miércoles por la noche, cuando el PSG se enfrente al Metz en partido atrasado de la primera jornada de la Ligue 1 francesa.

Por su parte, el español González desmintió ayer en su cuenta de Instagram la versión de Neymar y este lunes su club lo apoyó públicamente: “No es racista. Nos lo ha demostrado con su comportamiento a diario desde su llegada al club, así como ya lo han testimoniado sus compañeros de equipo”.

El comunicado completo de Neymar:

Ayer me rebelé, me castigaron con tarjeta roja porque le pegué a alguien que me ofendió. Pensé que no podía marcharme sin hacer algo porque me di cuenta que los responsables no harían nada, no se darían cuenta o lo ignorarían. Durante el partido, quise dar la respuesta como siempre: jugando al fútbol. Los hechos demuestran que no lo logré, me rebelé.

En nuestro deporte, las agresiones, los insultos, las malas palabras son parte del juego. No puedes ser cariñoso en la disputa. Entiendo esto. Es parte del juego. Pero los prejuicios y la intolerancia son inaceptables. Soy negro, hijo de negro, nieto y bisnieto de negro. Estoy orgulloso y no me veo diferente a nadie. Ayer quería que los responsables del juego (árbitro, asistentes) se posicionaran con imparcialidad y entendieran que no debe existir esa actitud prejuiciosa.

Reflexionando y viendo tanta repercusión por lo sucedido, me entristece el sentimiento de odio que podemos provocar cuando en el fragor del momento nos rebelamos. ¿Debería haberlo ignorado? Aún no lo sé... Hoy, con la cabeza fría, digo que sí, pero en su debido tiempo mis compañeros y yo pedimos ayuda a los árbitros y nos ignoraron. ¡Este es el punto!

Quienes estamos involucrados en el entretenimiento necesitamos reflexionar. Una acción provocó una reacción y llegó a donde llegó. Acepto mi castigo porque debería haber seguido el camino del fair play. Espero, en cambio, que el zaguero (Álvaro González) también sea sancionado.

El racismo existe, pero tenemos que detenerlo. ¡No más, suficiente! El tipo era un tonto, yo también lo era por haberle pegado... Aún hoy tengo el privilegio de mantener la cabeza en alto, pero todos debemos reflexionar que no todos los negros y los blancos pueden estar en la misma condición. El daño del enfrentamiento puede ser desastroso para ambos bandos, sean negros o blancos. No quiero y no podemos mezclar las cosas. No hay elección en el color de piel. Ante Dios todos somos iguales.

Ayer perdí en el juego y me faltó sabiduría... Estar en el centro de esta situación o ignorar un acto racista no ayudará, lo sé. Pero pacificar este movimiento “antirracismo” es nuestra obligación para que los menos privilegiados reciban naturalmente su defensa. Nos volveremos a encontrar y será a mi manera, jugando al fútbol... ¡Quédate en paz! ¡Quédate en paz! Sabes lo que dijiste... ¡Sé lo que hice! ¡Más amor por el mundo!

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