Días dorados. Así se llama la saga que la Confederación Argentina armó, durante este nueva semana de aniversario, para revivir la medalla de oro de la mítica Generación Dorada en Atenas 2004. Cada día, paso a paso, desde el durísimo cruce de cuartos de final con Grecia hasta la consagración ante Italia, de la que este viernes justamente se cumplen 16 años.
Una producción especial en la que siete de los 12 jugadores del plantel recuerdan cómo lograron la que se considera tal vez la mayor hazaña de la historia del deporte argentino. Con la mente y el corazón, Pepe Sánchez, Carlos Delfino, Andrés Nocioni, Fabricio Oberto, Rubén Wolkowyski, Leo Gutiérrez y Gabriel Fernández repasan las estrategias, los sentimientos, los juramentos y las experiencias de aquel camino dorado, dejando claro por qué aquel seleccionado es probablemente el mejor de la historia del deporte nacional.
La producción especial va desde cómo los soldados de Rubén Magnano encaminaron unos Juegos que no habían comenzado tan bien hasta la importancia capital de una gesta que cambió el paradigma del básquet mundial, pasando por cómo superaron los momentos complejos y cómo hicieron para eliminar a Estados Unidos, el rey del básquet mundial.
Hay que recordar que, dos años antes, la selección argentina les había quitado el invicto de 58 partidos y 10 años a los NBA durante el Mundial de Indianápolis y en Atenas repitió la épica, dejando de rodillas a un imperio deportivo que, a partir de ahí, nunca más dejó escapar el oro olímpico. La saga también emociona, porque los jugadores abren su corazón para dejar sensaciones y nos muestran porque aquel equipo traspasó la pantalla y se convirtió en un conjunto mítico, del pueblo. Porque ganó, claro, pero sobre todo porque los hizo con valores que inspiraron a millones.
El camino a la histórica dorada. La revancha para Argentina llegó en el primer partido de la fase de grupos de los Juegos Olímpicos. Frente a Serbia y Montenegro -la ex Yugoslavia-, Ginóbili anotó aquel doble agónico tirándose en palomita para la victoria 83-82. En el segundo juego del Grupo A, el conjunto de Magnano cayó 87-76 ante España, pero en la tercera jornada del básquet masculino olímpico se recuperó con un contundente 82-57 frente a China. Después de sufrir para vencer a Nueva Zelanda (98-94), el cierre de la zona fue con una caída, por la mínima, ante el seleccionado italiano por 76-75.
Con récord de tres victorias y dos derrotas, Argentina finalizó en el tercer puesto, detrás de españoles e italianos, por lo que el cruce de cuartos de final fue frente a los locales. Cuando parecía que Grecia iba a eliminar a la Selección, la grandiosa aparición de Hermann desde el banco revitalizó al equipo, que se quedó con el triunfo por 69-64. Ya en las semifinales, Ginóbili se puso la capa de héroe, anotó 29 puntos, y el equipo de Magnano dominó a la versión del Dream Team que viajó a la capital griega con dos consagrados como Tim Duncan y el mejor anotador de la liga, Allen Inverson, más dos novatos que luego harían historia en la NBA como Lebron James y Dwyane Wade. Estados Unidos no pudo con los argentinos, que festejaron el 89-81 que les dio el boleto a la final de los Juegos Olímpicos.
En la definición, a pesar que Italia marcó el ritmo del juego en la primera mitad, en la segunda parte apareció el corazón de la Generación Dorada para lograr una hazaña inolvidable que quedará marcada a fuego en la historia del deporte argentino.
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