Había transcurrido más de una hora de la videoconferencia en la que Gustavo Alfaro fue presentado formalmente como nuevo entrenador de la Selección de Ecuador, cuando uno de los periodistas acreditados para la charla en Zoom lo consultó por su reciente paso por Boca y las sensaciones que lo rodearán por debutar con el Tri en la mismísima Bombonera y frente a Argentina en octubre próximo.
Ante el cuestionamiento, Alfaro dijo: “Mi salida de Boca se dio porque se metió la política del país ahí y jugó en la política interna también. Si de pronto no hubiese habido elecciones en Boca tal vez lo estaría dirigiendo en este momento. No se pudo dar por una cuestión de elecciones y porque yo ya lo había dicho antes: si se iban Angelici o Nico Burdisso, nobleza obliga, uno tiene que ser consecuente con la gente que lo llevó a un determinado lugar”.
Lechuga tomó las riendas del Xeneize para reemplazar a Guillermo Barros Schelotto tras la final de Libertadores perdida en Madrid. En eso también ahondó: “Sé en las condiciones que me tocó tomar a Boca, quizás después de la derrota más dura de su historia, de perder una final de Copa con su rival más enconado. Después de un proceso muy largo de Guillermo y Gustavo al frente de Boca a lo mejor muchos jugadores ya sentían que su tiempo en el club había terminado. De los 14 jugadores más importantes se fueron 10”.
Y prosiguió: “Había que rearmar un equipo con una obligación de ganar permanentemente. Un equipo que estaba a 12 puntos de la punta y de pronto transformarlo, hacerlo competitivo de nuevo y ponerlo de pie. Sacamos el 70% de los puntos y llegamos a las semifinales de la Copa Libertadores”.
Probablemente la eliminación en las semis de la Copa hayan marcado el destino de Alfaro, en una serie en la que River se impuso 2-0 en Núñez y Boca ganó 1-0 en la Bombonera: “Ganamos el clásico con River y por un gol de diferencia nosotros quedamos al margen, con sanciones de VAR controvertidas”.
Para concluir con su descargo sobre su última experiencia como técnico, Alfaro expresó: “Dejamos a un equipo en la punta de un campeonato y preparado para ganar lo que en definitiva se terminó ganando. Más allá de las opiniones que puedan llegar a vertir, porque siempre el fútbol es opinable y uno lo ve de cualquier manera, el que estuvo ahí adentro sabe el trabajo que se hizo en Boca”.
El destino quiso que el rafaelino de 58 años regrese a la Bombonera con su siguiente equipo: el combinado nacional ecuatoriano. “Volver a esa cancha para mí es muy fuerte porque viví cosas muy intensas. Transitar ese túnel y pisar esa cancha jugando una Copa Libertadores y un clásico con River son emociones que son muy difíciles de describir pero son inigualables”, mencionó al respecto.
Pero el DT aclaró que cambió su chip hace mucho tiempo cuando se convirtió en profesional: “Hoy lo voy a volver a hacer contra la selección argentina. Si uno quiere mantenerse en esta profesión debe matar la pasión, vaya paradoja, en un deporte esencialmente pasional. Si uno no mata la pasión no puede sobrevivir en este ámbito. Yo a la selección argentina la miraba siempre con un sentido objetivo de analista de fútbol y no tanto con la pasionalidad de un argentino, como lo vive un argentino común y corriente”.
¿Qué le genera tener que ser el primer escollo de la Albiceleste camino a Qatar 2022? “Obviamente es una doble responsabilidad para mí. Es enfrentar a Argentina en un debut de Eliminatorias y debut mío de entrenador de selecciones. Hacia eso me prepararé en todo aspecto, emocional, futbolística y tácticamente para llegar a ese partido como une ecuatoriano más tratando de que en esos 90 minutos Ecuador haga bien las cosas y se pueda quedar con el triunfo”.
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