Los encuentros definitorios de este estilo suelen ser cerrados y con pocas chances claras para quebrar el cero. Sin embargo el Paris Saint Germain dispuso de un mano a mano a favor a los 2 minutos del encuentro contra el Atalanta en el inicio del Final 8 de la Champions League en Portugal. Neymar encabezó la maniobra y su definición estuvo lejos de ser la óptima.
El brasileño descargó de aire una bola larga de Keylor Navas y encontró a Mauro Icardi cerca del círculo medio; el argentino aguantó la marca, pivoteó y le dejó el callejón central allanado para su corrida al gol. Ney avanzó con balón dominado hasta cruzar la puerta del área grande, siendo perseguido desesperadamente por cinco marcadores del elenco italiano... Cuando enfrentó a Marco Sportiello, dilapidó la ocasión.
La estrella del PSG abrió demasiado su pie derecho y ejecutó a varios metros de la valla defendida por el guardameta italiano, que achicó de buena manera para cerrarle los ángulos.
A los 18 Neymar tuvo otra buena ocasión que marró: corrió como extremo izquierdo, pisó el área mayor y envió un tiro que no terminó de ser remate al arco ni buscapié para Icardi, que quedo un par de metros atrás. El encuentro, hasta allí, todavía estaba en cero.
Ya abajo en el tanteador por el gol de Mario Pasalic, el brasileño comandó otro ataque individual fantástico. Le tiró un caño al futbolista croata y avanzó de izquierda a derecha, perfilándose para su pierna hábil a la altura de la medialuna del área, una jugada clásica de Lionel Messi (aunque el rosarino la ejecuta de derecha a izquierda para su zurda). El 10 del cuadro parisino cruzó un derechazo que salió apenas desviado, ante la revolcada de Sportiello. Fue sin dudas el hombre más activo en la primera mitad: a los 35′ ensayó un tiro libre bien direccionado pero carente de fuerza que murió en las manos del golero.
A los 41′, la última de riesgo de la etapa inicial, el brasileño aprovechó un grosero error en la salida del oponente (el holandés Hans Hateboer cedió mal hacia atrás) para quedar prácticamente mano a mano con Sportiello. Definió de zurda a cualquier parte.
En el complemento bajó un poco la intensidad pero intentó a cada momento ser incluido en el circuito de juego ofensivo de los parisinos. A falta de un cuarto de hora para el final, quebró la cintura de frente a su marcador y definió al segundo palo aunque débil, a las manos de Sportiello.
Fue sobre la hora cuando Neymar frotó la lámpara: a los 89′ recibió adentro del área y asistió (¿involuntariamente?) a su compatriota Marquinhos para el empate agónico. Y en el segundo minuto del tiempo de descuento, se dio el milagro. Ney filtró de forma quirúrgica para Mbappé, que encontró en la boca del arco al alemán Eric-Maxim Choupo-Moting, que decretó el 2-1 decisivo. El brasileño fue elegido como figura del partido por la UEFA tras la acción.
“Es una gran noche, pero muy difícil, enfrentamos a un gran equipo, que jugó muy bien toda la temporada, sabía que íbamos a tener ocasiones, jugamos muy bien, estamos contentos por haber hecho un gran partido. Ha sido un partido muy exigente”, dijo el ex Santos, todavía sobre el césped.
“Nunca pensé que nos íbamos a casa, desde que empezamos a entrenar tengo en la cabeza que me veo en la final, dimos un paso, ahora tenemos otro paso más que será complicado. Es muy difícil llegar hasta aquí, pero estoy muy, muy contento. Cuando estábamos perdiendo 1-0, sólo imaginaba qué lindo grupo tenemos, qué linda familia que hicimos, y era imposible que nos fuéramos a casa. Sólo podía imaginar que un balón iba a llegar para tener chance de ir a semifinal”, reveló.
La Burbuja de Lisboa tuvo su estreno con el cruce entre italianos y franceses en el estadio Da Luz. Ahora el PSG se las verá el martes 18 de agosto con el ganador de llave que cruzará mañana al Atlético Madrid y Leipzig.
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