Hace unos días, una sorpresa sacudió la cotidianidad de Diego Maradona en su nueva casa de Brandsen, en un barrio privado a la vera de la ruta 2. Se la acercó Matías Morla, su abogado. En un momento especial, después de que pasara momentos difíciles durante la cuarentena por la pandemia de coronavirus, un viejo amigo volvió a su vida con una carta de puño y letra que lo emocionó profundamente: Charly García.
Del legendario músico al legendario futbolista, con el apoderado del Diez como intermediario. Morla lo contó en un vivo de Instagram con Moria Casán e Infobae accedió al documento, cargado de sentimiento. La historia tuvo su inicio hace unas semanas, cuando el abogado tomó contacto con Charly, uno de los ídolos de Diego, más allá de que siempre mantuvieron una relación cercana a lo largo de los años; de hecho, Pelusa lo entrevistó en su programa de TV “La Noche del Diez” y tuvieron un último cara a cara en 2018, en una clínica.
Morla acordó con el músico organizar un reencuentro con Maradona apenas se disipe la crisis por el coronavirus, pero Charly no aguantó. Y, fiel a su estilo, reconstruyó el lazo con Diego. No por teléfono o apelando a la tecnología. A la vieja usanza: le escribió una carta. Escueta, pero profunda. Que cuando llegó a manos del campeón del mundo con la Selección en México 86 le produjo una gran emoción: la leyó junto a su apoderado y su círculo íntimo.
Querido amigo: yo pasé por internaciones en las que gasté dos o tres años de mi vida, en clínicas, escuchando a psicólogos que niegan a “gente diferente”. Es imposible que entiendan a “gente diferente”.
Te doy un consejo: seguirlos es una absurda estupidez y recordá que sos un genio y que todos te aman. Contá conmigo. Charly.
“Diego le agradeció y quedó con muchas ganas de volver a verlo”, cuentan cerca de Maradona. El ex Argentinos, Boca, Barcelona y Napoli vive uno de sus resurgimientos: tras haberla pasado mal por el aislamiento y la imposibilidad de trabajar, ante el empuje de Leopoldo Luque, su médico personal, se embarcó en una rutina física que su entorno bautizó “Maradona fitness”, gracias a la cual bajó más de 12 kilos, recuperó movilidad y cortó con el consumo del alcohol.
Pelusa hace 20 minutos diarios de cinta, trabaja con un kinesiólogo a bordo de la “bici espacial”, tal como la apodó, y realiza caminatas en el parque de su flamante hogar. También se anima a patear otra vez la pelota en la cancha de fútbol 5 de césped natural con la que cuenta su propiedad.
A eso le sumó otro hábito: todos los días, a alrededor de las 22.30, 23, se coloca el barbijo y sale a caminar (o a trotar suavemente) por el fondo de su casa y por las calles del barrio privado en el que reside. Diego quiere estar en forma física plena para cuando se reincorpore a los entrenamientos de Gimnasia La Plata: ya se hizo el hisopado y le dio negativo. Y aunque Pablo Del Compare, médico del plantel, le recomendó monitorear las prácticas a distancia en estos primeros días, él no quiere faltar.
Y la carta de Charly supuso un nuevo respaldo en el camino que emprendió, al punto que le arrancó una sonrisa. Y alguna lágrima furtiva.
SEGUÍ LEYENDO: