Lo que fue una promesa y posteriormente se convirtió en advertencia, finalmente se hizo realidad cuando Ariel Suárez, el remero argentino bicampeón de los Juegos Panamericanos, volvió a entrenar después de pasar más de 145 días alejado del mundo del deporte.
Rodeado de algunas cámaras, muchos fanáticos y varios transeúntes, el atleta no tuvo palabras para explicar lo que sintió en un principio, cuando sólo alcanzó a romper en llanto tras ser consultado sobre cómo se se encontraba.
Poco más de 45 minutos después de realizar algunos trabajos con el bote y sus remos, ya más relajado, se acercó a la orilla para brindar esa entrevista que no pudo dar al comienzo.
“Es una satisfacción lo que se vive. Uno disfruta y se desconecta por completo de todo. Ese disfrute es una sensación muy linda y la volví a sentir. Me saqué un peso, una angustia enorme de estar tanto tiempo encerrado“, aseguró a las cámaras de TN.
Al mismo tiempo y tras estar parado por más de cinco meses, se permitió bromear sobre su estado físico: “Me doy cuenta lo mal que estoy físicamente, pero es una alegría estar acá”, afirmó después de estar menos de una hora dentro del río.
“La cuestión mental es fundamental. La parte mental es clave en el deportista, aún más porque con la cabeza manejás todo. Cuando un deportista está mal mentalmente, le va mal en todo”, explicó Ariel Suárez desde su bote y antes de volver a la acción nuevamente.
La protesta de este finalista olímpico (Londres 2012) tuvo varios momentos. En una primera instancia, el atleta de 40 años se pronunció a través de su cuenta de Twitter con un mensaje en el que aseguraba que: “¡Si el fútbol arranca el 10/8 pues ese día yo pongo el bote en el agua! ¿Por qué el fútbol sí y los deportes que tienen súper mínimas chances de contagios no lo permiten? Yo arranco, no sé ustedes”.
Pasaron los días hasta que este domingo 9 de agosto decidió encabezar una marcha y trasladarla hasta la salida de la Quinta de Olivos, con motivo de dar visibilidad a sus reclamos: “Estoy cansado y mañana no me interesa nada. Voy a poner el bote en el agua y que sea lo que sea. La única forma de que me saquen de ahí es preso. No aguanto más”.
Hoy finalmente, antes de ponerse el traje y saltar al río, consideró: “Como deportista, que hace 20 años le doy lo mejor de mi vida a la selección nacional y la represento de la mejor forma posible, no puedo darme el lujo de permitir que habiliten el fútbol y otros deportes no”.
MÁS SOBRE ESTE TEMA: