A partir de este sábado, Diego Maradona cambiará de hogar: dejará la casa en Bella Vista para instalarse en Brandsen, a minutos de Estancia Chica, el predio de entrenamiento de Gimnasia La Plata, el club al que sueña con clasificar a una Copa internacional en esta segunda etapa de su desafío en el banco de suplentes del Lobo.
En realidad, la decisión la tenía tomada desde fines de 2019, pero la materializará en las próximas horas ya confirmada su continuidad en la institución por otro año y medio. Al mismo tiempo, se terminaba el contrato de alquiler en la casa que hoy habita, por lo que tanto el astro, de 59 años, como su entorno, entendieron que era el momento justo.
Claro que las comodidades de su nueva propiedad son muy superiores: Pelusa se afincará en el barrio privado Campos de Roca, ubicado en la ruta 2, kilómetro 65, en la localidad de Brandsen. Allí arrendará una casa con todas las condiciones para que esté cómodo y pueda continuar con la rutina “Maradona fitness”, que ya le hizo perder más de diez kilos y le permitió cortar con el alcohol, además de ponerse al día con la rehabilitación de la rodilla derecha, operada hace un año (le colocaron una prótesis).
En la flamante morada cuenta con cuatro habitaciones, más una de servicio. Pero lo que más cautivó al ex capitán de la Selección fue el exterior: ostenta una piscina con cascada, una cancha de fútbol 5 con medidas oficiales, un parque generoso y un quincho cerrado para sus adorados asados.
En la actualidad, el enganche cumplía con sus 20 minutos en la cinta, se subía a la bicicleta “espacial”, tal como la bautizó, y caminaba un rato alrededor de la pileta, pero en una superficie limitada (en Bella Vista también contaba con una pequeña cancha de fútbol-tenis). La intención es que en zona Sur disponga de más verde para seguir ganando movilidad: el fantasista obedeció a rajatabla la cuarentena por la pandemia de coronavirus, tratándose de un paciente de riesgo.
Así, terminó de convencerse mirando las fotos del lugar y tras una conversación con Leopoldo Luque, su médico personal, que dio su bendición en base a dos ventajas evidentes: el menor tiempo de traslado a los entrenamientos y el espacio extra para los trabajos físicos.
“Está enchufado, tiene ganas de volver a los entrenamientos”, aseguran desde su círculo íntimo. Para eso, debe esperar a la reunión entre la AFA y el Ministerio de Salud para validar el protocolo: si todo está bien, en los primeros días de agosto, volverá a disfrutar del “perfume del pasto”. Allí estará Diego, firme, en Estancia Chica, pero ya como nuevo vecino de Brandsen.
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