La noticia que involucra a Iván Marcone, Boca e Independiente convive en tres dimensiones a partir de los intereses y las realidades de cada una de las partes. El amor del jugador por el club de Avellaneda, las pretensiones del Xeneize y la situación crítica que vive el Rojo. Así y todo, el rumor corre a toda velocidad y desde el equipo que comanda Lucas Pusineri no dejan que la llama de la ilusión se apague.
El futbolista de 30 años fue adquirido por Boca en enero del 2019 por una cifra cercana a los 8 millones de dólares para apropiarse de un pase que por entonces pertenecía a Cruz Azul de México. A pesar de las expectativas que generó su incorporación por entonces, la llegada de Miguel Ángel Russo al banco de suplentes lo hizo quedar en un segundo plano detrás del colombiano Jorman Campuzano e inclusive atrás de Pol Fernánez, con quien si bien no compite en el puesto bien podrían pelear por tener un lugar preponderante en la creación de juego.
El cambio de entrenador modificó las aspiraciones del jugador surgido de Arsenal de Sarandí, quien era una pieza clave para Gustavo Alfaro y hoy es más bien una parte de recambio junto con el joven Nicolás Capaldo. Marcone, que por sus actuaciones en los últimos años llegó a ser considerado para la selección argentina, pasó a tener un rol secundario en Boca y ese caldo de cultivo generó un terreno fértil para que su salida no sea una utopía.
Dentro de tal escenario, apareció su amor por el Rojo. Desde Avellaneda aseguran que su círculo íntimo le hizo saber al cuerpo técnico de Pusineri que el mediocampista no tendría problemas en poner el pecho por el club, que está transitando el peor momento de los últimos años desde que regresó a primera división. Algo clave motoriza tal situación: cumplir el sueño de toda una familia de verlo con la de Independiente. Sin embargo, eso no significa que su partida de Boca sea fácil y el futbolista siempre demostró su profesionalismo en La Ribera más allá de su fanatismo por Independiente.
El siguiente paso de estas tres dimensiones se posiciona sobre Boca, el club que invirtió una suma millonaria por un futbolista de elite y que no tiene en su mente desprenderse de él, porque más allá de que no sea titular es un nombre de recambio para el nutrido calendario que se avecina. Si bien le aclararon a Infobae que por el momento “no hay nada” por Marcone, hay un aspecto clave en lo que podrían ser la apertura de las negociaciones en el futuro: la entidad de Jorge Amor Ameal tiene en carpeta a Silvio Romero.
El capitán del Rojo está en conflicto con la institución y acordó con la directiva que lo dejarán salir si llega una oferta que se acerque a las pretensiones. Y desde Avellaneda bien podrían empezar a imaginar la chance de buscar algún tipo de trueque entre el goleador y el mediocampista, más allá de que eso no parece una opción potable para el Xeneize. Tampoco figura seductor un préstamo para Boca, que tiene en su mente la planificación de dejarlo partir sólo si recuperan parte de la inversión hecha por la anterior dirigencia en 2019.
La tercera instancia viene del club presidido por Hugo Moyano, en pleno conflicto con la mayoría de los referentes del plantel por los problemas financieros que enfrentan. Mientras intentan aclarar las situaciones con Gastón Silva y Cecilio Domínguez, saben que tanto el Chino Romero como el arquero Martín Campaña tienen intenciones de emigrar ante las reducciones salariales que piensan acordar desde la Comisión Directiva a raíz de la crisis económica que se vive puertas adentro.
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