Fue un tema que siempre estuvo latente y con el correr del tiempo pudo comprobarse. La lucha de egos entre Juan Román Riquelme y Martín Palermo se hizo evidente en su segunda etapa como futbolistas de Boca, cuando se reencontraron tras el primer ciclo con Carlos Bianchi como entrenador. Abel Alves, reemplazante del Coco Basile, dio detalles de la fractura que había en el vestuario cuando se hizo cargo de ese plantel.
“Las cosas no estaban bien en el plantel, era de público conocimiento. No estaban bien entre dos jugadores que le han dado un montón a Boca, como Román y Martín Palermo. Era muy jodido, aunque yo los conocía porque a los dos los vi llegar al club”. Alves estaba en las divisiones inferiores de la institución de la Ribera cuando Riquelme arribó de Argentinos Juniors y dio el salto a la Primera y el Titán se sumó proveniente de Estudiantes de La Plata.
Cuando fue confirmado como DT de la Primera en 2010 se percató de las diferencias que había entre los estandartes xeneizes, según contó en Boca Pasión Total: “Convivir fue otra cosa, estar ahí con los problemas que había. Eran jugadores consagrados, ídolos de Boca que estaban en el ocaso de sus carreras, con una fama tremenda, le habían dado un montón de cosas a Boca y con los bolsillos bastante bien, entonces es muy jodido doblar a un jugador ahí o hacerles entender ciertas cosas”.
El Chueco, que como jugador ganó el Metro y Nacional en 1976 y también el Metro 81 en el que compartió equipo con Diego Maradona, recordó además: “Llegaba a los entrenamientos con unas ganas tremendas, entraba al vestuario y veía esa división y me quería morir. Hablaba muchas veces con los muchachos y les decía que lo primero era Boca y después estaban los intereses personales pero bueno, por más que ellos aceptaban, después en la cancha se veían un montón de cosas”.
A pesar de que su ciclo como entrenador no duró demasiado por los malos resultados, Alves se dio el gran gusto de presenciar el Superclásico que Boca le ganó a River con un doblete del chileno Gary Medel. La previa de ese encuentro fue caótica para el Xeneize: “La noche anterior al partido no sé qué le pasó a Morel Rodríguez en la concentración y no tenía defensores. (Ezequiel) Muñoz venía con problemas en la rodilla y lo hice jugar de 4. Puse al brasilero Luiz Alberto que hacía 6 meses que no jugaba, en la primera práctica vomitó todo y yo me quería morir. Estuve hasta las 3 ó 4 de la mañana hablándole a él y al colombiano (Breyner Bonilla) para ver si iban a poder jugar”.
El olavarriense de 62 años concluyó: “Ese partido lo que jugó Román fue impresionante. Y el resto de los muchachos también. Las cosas como técnico no salieorn bien pero agradezco a Dios que me dio esa satisfacción tremenda. Debo ser uno de los pocos técnicos que debutó contra River y ganó. Eso no me lo va a sacar nadie”.
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