Fue el autor del gol que confirmó la angustiosa clasificación de la Argentina para el Mundial de Sudáfrica del 2010. Después de lo que significó el grito heroico de Martín Palermo ante Perú en el Monumental, el equipo conducido por Diego Maradona viajó a Montevideo con la misión de sellar su boleto a la Copa del Mundo. Y Mario Bolatti fue el que marcó el único tanto del partido que concluyó con victoria albiceleste en el clásico del Río de la Plata.
De gran técnica y enorme visión de juego, el cordobés surgido de Belgrano tuvo su mejor versión en el Huracán de Ángel Cappa. Sus producciones en Parque Patricios lo llevaron a Europa para vestir la camiseta de la Fiorentina, y luego de un año en Firenze partió hacia Brasil para incorporarse al Inter de Porto Alegre.
Cuando volvió al país su brillo se fue apagando de forma gradual. Una etapa inestable en Racing lo derivó en el Botafogo antes de regresar al Globo, donde hizo una escala previa antes de su retiro en Boca Unidos de Corrientes.
A dos años de su retiro, el ex volante no dudó cuando fue consultado sobre un posible llamado de Maradona que lo pueda tentar para sumarse a Gimnasia. “Sería un placer. ¿Cómo no voy a ir? No se le puede decir que no a Diego. Sería muy lindo jugar ahí”, dijo Bolatti en declaraciones brindadas a Crack Deportivo (Radio Concepto FM 95.5).
“Él siempre se pone del lado del jugador. Me sorprendí en algunas cosas de su forma de ser, no sólo con nosotros sino también con nuestras familias. Un líder, siempre se pone delante y es alguien que se sigue sintiendo con los botines puestos”, continuó el ex Huracán sobre el recuerdo que le dejó el DT en Sudáfrica 2010.
Para el oriundo de La Para su participación en la Selección fue “una doble satisfacción”. “Sobre todo por el gol que nos aseguró la clasificación a ese Mundial. Me pasa hasta el día de hoy con las repeticiones: cuando tocan el himno, se me sigue poniendo la piel de gallina. Es una de las cosas más lindas”, agregó.
Finalmente, con relación a la postura que lo llevó a colgar los botines, Bolatti advirtió que se apartó del fútbol porque estaba cansado y “saturado del sistema”, aunque encendió la luz de la esperanza sobre un posible regreso si recibe el llamado de Dios: “En el último año tuve ganas de volver a jugar. Si surge algo, bienvenido sea”.
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