Nació el 24 de junio de 1911 al igual que el escritor Ernesto Sábato, pero mucha gente no sabe que Juan Manuel Fangio escribió sus primeras páginas en el deporte en una cancha de fútbol. El mismo día, pero mucho tiempo después, vinieron al mundo dos cracks como Lionel Messi (1987) y Juan Román Riquelme (1978). Nunca se conocieron, aunque en algún momento El Chueco fue colega de ellos. Hoy se cumplen 25 años de su fallecimiento y sus hazañas en el automovilismo lo llevaron a ganar cinco títulos de Fórmula 1. Sin embargo, antes de lucirse arriba de los autos de carrera, fue un destacado futbolista en su querida Balcarce e integrante de la selección local. El haber sido un buen jugador lo ayudó para continuar en el deporte motor y llegar al Turismo Carretera.
Para conocer más sobre esta historia Infobae se contactó con la Liga Balcarceña de Fútbol, que el 1 de junio de 2022 cumplirá cien años. El colega Alberto González, que junto al presidente de la liga, Emiliano López, están trabajando en un libro, aportó datos oficiales de los trece años de Fangio en el fútbol de forma federada. Se trató de una práctica que arrancó desde muy chico jugando con sus amigos en los potreros locales. También, el cuarto hijo de Loreto y Herminia (ambos inmigrantes italianos) empezó a mirar de reojo los talleres de autos y otra llama comenzó a encenderse mientras rodó la pelota…
Pero antes de acelerar en las rutas y autódromos fue el tiempo del balompié. En junio de 1925 el Club Estudiantil presentó la ficha de varios jugadores para su tercera división, entre los que se encontró Fangio. En 1926 pasó a la tercera de Ferroviarios, la entidad de su barrio, según cuenta el colega de Carburando, Javier Delle Rose, quien vive en Balcarce. El papá de Fangio era peón de albañil y con un crédito compró unos 2.500 metros cuadrados de terreno, sobre la calle 13 entre 6 y 8. Ahí construyó una habitación para vivir con su esposa. Después la amplió a medida que llegaron sus hijos Herminia, José (también jugó al fútbol, en Leandro N. Alem en 1930 y 1931), Celia, Juan Manuel, Rubén Renato y Carmen.
La casa se ubica en la calle 13 número 321 y conserva la fachada original. Hoy a su lado funciona un anexo del Museo Fangio donde se reparan sus autos. Es un lugar histórico que está a metros de la ex estación de tren (ahora hay un destacamento policial) y de ahí el nombre de Ferroviarios, club donde se dio un hecho clave: junto a Fangio ficharon a sus amigos, los hermanos Bernardo y José Duffard. Ellos después también fueron sus socios comerciales y determinantes en sus comienzos en el automovilismo.
En 1927 estuvo inactivo porque guardó reposo por enfermarse de pleuresía. En 1928 (año en el que también practicó por poco tiempo boxeo) pasó a Sportivo Mitre. En 1931 tampoco jugó porque cumplió con el Servicio Militar en el VI Regimiento de Caballería de Campo de Mayo.
Luego volvió a los campos de juego y llegó su momento más exitoso. Fue cuando debutó en primera con 22 años. Jugó en Rivadavia y se consagró campeón en 1935, 1936, 1937 y 1938. No hay números exactos, pero se supo que encabezó la tabla de goleadores del certamen en más de una ocasión. Por eso entre 1934 y 1938 fue titular en la Selección Balcarceña que disputó torneos regionales con combinados de otras ciudades. Balcarce integró su zona con los selectivos de Necochea, Tandil, Mar del Plata y Olavarría (en alguna ocasión). Los ganadores de cada región se clasificaron a nivel provincial y más tarde los mejores se enfrentaron con conjuntos de otras partes del país.
En esos torneos regionales Juan Manuel llamó la atención. En la zona se habló mucho del “insider derecho” de Balcarce. Incluso en 1936 Independiente de Mar del Plata jugó en la Liga Balcarceña y al ver sus condiciones lo habría tentado a irse a La Ciudad Feliz. Pero él se quedó en su tierra. Tampoco se olvidó del club de su barrio y también disputó algunos partidos amistosos para Ferroviarios, cuya cancha estaba a 300 metros de la casa de los Fangio.
El puesto de Fangio era de insider derecho, denominación típica de la época. Se trató de un volante por ese sector. Su pierna más hábil era la derecha, tuvo mucha técnica, era rápido (ya le gustaba la velocidad), difícil de marcar y con bastante llegada al arco contrario. Jugaba con el número ocho. Por su especial manera de correr se ganó el apodo de El Chueco. Si bien las tácticas cambiaron, hoy, tal vez, hubiese sido un buen carrilero o extremo por esa banda.
Por otro lado era muy común por esos años que en las fechas patrias se detuviera el campeonato de su ciudad porque los equipos locales eran invitados por sus pares de la zona a disputar amistosos, o bien los elencos balcarceños fueron anfitriones. Siempre se puso en juego una copa alusiva.
Nacida en 1922 como Asociación Balcarceña de Football, en 1936 pasó a llamarse Liga Balcarceña de Fútbol. Los partidos de su campeonato se realizaron en canchas de La Plaza de las Carretas (actual sede del Club Sportivo Trabajo), de Rivadavia (en el presente es la Plaza Colón) y de Ferroviarios (hoy está allí la Plaza San Martín). Más tarde entre las décadas de los años cuarenta y cincuenta los cinco clubes donde jugó El Chueco dejaron de existir. En tanto que la Selección Balcarceña siguió como equipo de mayores hasta finales de los años ochenta y principios de los noventa. Hoy solo continúa como un combinado sub-15.
Al mismo tiempo que efectuó sus desbordes por la banda derecha, Fangio también se vinculó a los autos desde muy chico y fue su fuente de ingresos, ya que el fútbol siempre fue amateur. Empezó barriendo un taller a los 11 años donde ponía en marcha los motores con la excusa de mover los coches para cumplir con su tarea. A los 13 aprendió a manejar en una concesionaria y a los 16 tuvo su primer vehículo, un Overland cuatro cilindros que se lo compró con sus sueldos. A los 18 debutó en las carreras como acompañante de Manuel Ayerza. Fue con un Chevrolet 1928 en una carrera de Coronel Vidal a General Guido, sobre la actual Autovía 2 “Juan Manuel Fangio”. Fueron segundos.
En 1932 se puso un taller con José Duffard. El 25 de octubre de 1936 arrancó como piloto y como no quiso que se enteraran sus padres usó el seudónimo de “Rivadavia”, el club con el que logró cuatro campeonatos. La carrera no fue oficial y se hizo en la localidad bonaerense de Benito Juárez. Abandonó por fundir una biela del motor del Ford A 1929, cuando era tercero y a dos vueltas del final.
Veinte días antes de esa carrera, el equipo de Rivadavia le ganó la final a Ferroviarios por 2 a 0. A los 12 minutos del match, Fangio hizo el primer gol ante un rechazo del arquero Manuel Escandón. El segundo tanto lo marcó Francisco Cavallotti, que también era amigo suyo y le dio una mano en sus arranques en el automovilismo.
Si bien el fútbol le dio sus primeras alegrías deportivas, con el correr del tiempo El Chueco definió qué quiso para su vida: el automovilismo. Aunque supo que el Talón de Aquiles era el presupuesto para seguir corriendo. Por eso sus colegas futbolistas se unieron para ayudarlo. El 4 de septiembre de 1938, la Liga Balcarceña de Fútbol organizó un partido a beneficio suyo y de Luis Finochietti, para que puedan correr el Gran Premio Argentino de las 14 Provincias. Se disputó un cotejo entre los combinados de Balcarce y Mar del Plata.
En 1939 también hubo otro partido benéfico entre un equipo “A” y otro “B” de la Liga Balcarceña, cuya recaudación se le entregó a la comisión que apoyó a Fangio para correr en el Turismo Carretera. En este caso, era para competir en el Gran Premio Argentino. Los hermanos Duffard y el propio Cavallotti, fueron los organizadores de la movida.
Fangio tuvo condiciones para llegar al TC. Pero sin el dinero necesario era imposible poder competir en la entonces joven categoría, nacida en 1937. Por eso en esa época se organizaron las peñas donde los amigos y vecinos de un piloto de cualquier localidad armaron eventos para recaudar dinero y apoyar a su representante. Esto explica la importancia de los hermanos Duffard y Cavallotti en los inicios del balcarceño como corredor.
A esa altura Fangio colgó los botines y empezó a dedicarse de lleno a los fierros. Su camino en el automovilismo tuvo un franco ascenso y no tardó en brillar. En 1940 y 1941 fue bicampeón de TC. Aunque siguió de cerca al flamante campeonato profesional de fútbol de Primera División y fue un orgulloso hincha de River, equipo que ganó el segundo certamen de ésa era en la temporada de 1932.
Más tarde Fangio fue idolatrado por sus hazañas con los autos de carrera. Su apodo que nació en las canchas de fútbol en Balcarce pasó las fronteras y se hizo conocido en todo el mundo. Por ejemplo, enfrente al circuito de Nürburgring hay un restaurante llamado El Chueco. En el escenario alemán, ganó tres veces en la F-1 y en la última vez plasmó su quinta corona.
Juan Manuel Fangio trascendió siendo piloto, pero su paso como futbolista lo marcó para siempre y fue muy importante para poder llegar automovilismo grande. La ayuda de sus amigos en el fútbol fue una asistencia perfecta cuando metió el cambio de frente en su campaña. Y su talento brilló por duplicado ya que en ambos deportes fue un volante rápido, técnico, con dinámica, precisión y muy efectivo.
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