Emanuel Morales nació hace 33 años en La Pampa y debutó como profesional en la Comisión de Actividades Infantiles de Comodoro Rivadavia en 2005. Tuvo su primera experiencia en el fútbol grande como refuerzo de Chacarita, antes de militar en Quilmes, volver al Funebrero y ser contratado por Huracán, su último equipo. En enero de 2017 comenzó a notar que su cuerpo manifestaba síntomas extraños.
En esa época fue separado del plantel profesional por cuestiones futbolísticas y se entrenaba con la Reserva del Globo cuando percibió calambres en sus manos, falencias en los ejercicios de coordinación y falta de fuerza en los miembros superiores. A mediados de año realizó una prueba en Los Andes, donde estaba por acordar un préstamo, cuando su situación física se agravó: “Me di cuenta que algo me pasaba porque corría con dificultad, me faltaba fuerza en las piernas y me sentía muy torpe. Volví a Huracán porque no estaba en condiciones de jugar”.
Cuando se fue de vacaciones con su familia en diciembre de 2017 el cuadro empeoró, según contó en Fox Sports: “A veces me caía solo, me pasaban cosas inusuales en un ser humano. Me presenté en Buenos Aires con la Reserva y me hice estudios, vi a un neurólogo y en marzo me dieron el diagnóstico final”. Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) es la atípica enfermedad con la que lucha Morales, el primer caso de un futbolista argentino. Este padecimiento neurodegenerativo afecta a las neuronas y a los músculos, mostrando problemas en los miembros inferiores y superiores. En la actualidad no hay cura sino tratamientos alternativos.
“No tiene causas, no se saben los motivos que desencadenan esta enfermedad, es muy difícil. Depende el día, mi señora me tiene que dar de comer, lavar los dientes o a veces secarme después de que me bañe”, detalló el pampeano, que recordó que cuando recibió la dolorosa noticia justó miró a su bebé de 7 meses sonreír. Lo primero que se le vino a la cabeza fue que no iba a jugar más al fútbol pero que iba a luchar por ella.
Su contrato con Huracán venció el 30 de junio de 2019, un año después de que se le detectara ELA. El club de Parque Patricios le pagó hasta el último día y extendió el plazo por seis meses más. En medio de la cuarentena, Morales y su familia se mudaron a La Pampa por ser paciente de riesgo: “Agradezco haber sido deportista de alto rendimiento. Haber tenido cuidados me ayudó mucho para luchar contra la enfermedad hoy. La peleo día a día, trato de estar fuerte de la cabeza y el corazón. Creo que por eso todavía no me he caído”.
Existe un gris en el convenio colectivo de trabajo respecto a estas enfermedades degenerativas. Infobae dialogó con Manuela Moreno, responsable del departamento de Legales de la institución de Parque Patricios, quien brindó el punto de vista por parte de su último club: “Cuando finalizó su contrato nos envió una carta documento para saber si nosotros íbamos a seguir dando prestaciones. El convenio no contempla este tipo de enfermedad respecto a incapacitar a un empleado de por vida. Tuvimos reuniones con Futbolistas Agremiados y AFA para gestionar una pensión o subsidio, que es lo que corresponde en este caso”.
Por su antigüedad en el club y el hecho de tener una hija, Huracán se amparó en el artículo 208 de la Ley de Trabajo para aportarle el salario completo en el segundo semestre de 2019 y se puso a disposición para colaborar con su causa en el futuro. Pero sí aclaró la postura de no hacerse cargo del sueldo del jugador de acá en el futuro, ya que legalmente su diagnóstico no contempla una circunstancial alta.
La Asociación del Fútbol Argentino, Futbolistas Argentinos Agremiados y el Club Atlético Huracán mantendrán el contacto directo con sus abogados para que Emanuel Morales reciba una pensión o un subsidio para sostener la economía que hoy mantiene a toda su familia.
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