A los 79 años, Silvio Marzolini, aquel elegante lateral izquierdo de Boca y la selección argentina, se encuentra internado en estado crítico. “Está delicado, pero todavía está peleando”, señaló Sol, su hija. Ante el difícil trance que atraviesa, el Xeneize invitó a apoyarlo a través de las redes sociales.
“Todo Boca acompaña la lucha de Silvio Marzolini, un pedazo de historia del club, e invita a sumarse a la cadena de oración por su salud”, fue el mensaje que apareció en la cuenta de Twitter de la institución de la ribera.
En junio del año pasado, Marzolini ya había sido noticia por su salud. El ex jugador y entrenador sufrió un accidente cerebrovascular y fue internado de urgencia en el Sanatorio Fleni de la Ciudad de Buenos Aires. Con el paso de las horas, su situación se estabilizó y luego fue dado de alta.
Próximo a cumplir 80 años -nació el 7 de octubre de 1940-, Marzolini forjó una inolvidable trayectoria con la camiseta azul y oro. Después de dar sus primeros pasos en el Deportivo Italiano, llegó a Ferro Carril Oeste para realizar las divisiones inferiores. Es más, en 1959 debutó en la primera del Oeste, justamente contra el equipo que un año más tarde lo contrataría y en el que se transformaría en uno de los grandes ídolos de su historia.
El ex lateral izquierdo desembarcó en el barrio de La Boca en el 60 y jugó durante las próximas 12 temporadas en el Xeneize. Gracias a sus capacidades técnicas, se transformó en una pieza clave para el equipo que ganó seis títulos locales a lo largo de la década. Además de consagrarse en uno de los conjuntos más importantes de la Argentina, a Marzolini se lo recuerda por su gran paso en la Selección.
Con la Albiceleste jugó los Mundiales de Chile 1962 e Inglaterra 1966, pero fue luego de la participación del seleccionado nacional en la Copa del Mundo que se disputó en Gran Bretaña que Marzolini fue votado por la prensa especializada como el mejor lateral izquierdo del mundo. Según los medios de la época, Silvio fue pretendido por grandes equipos de Europa tras su gran actuación en el máximo torneo del fútbol mundial: clubes de la talla del Real Madrid o el AC Milan quisieron hacerse con sus servicios, pero él prefirió mantenerse en Boca. Estuvo presente en 28 ocasiones con la camiseta celeste y blanca y logró marcar un gol.
Luego, en el rol de entrenador, condujo al mítico Boca que se consagró campeón del Metropolitano de 1981 con Diego Maradona como gran figura, en un cabeza a cabeza con el Ferro de Carlos timoteo Griguol.
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