Felicitas baja la pelota con enorme calidad y la pone debajo de la suela, con pose de crack. Luego, muestra su habilidad para el control y los desplazamientos en espacios reducidos. Finalmente, deja en claro su talento para los jueguitos. Es una rutina normal para la nena de apenas siete años que juega en Estudiantes de La Plata, pero por alguna razón el video de menos de 50 segundos se vuelve viral. Es que, en Argentina, todavía es difícil ver a una niña de tan corta edad con tanta técnica y eso se debe a que aún no hay real conciencia del valor de la formación temprana de las jugadoras.
“A mí siempre me gustó jugar al fútbol con mis hijos y ella juega desde que aprendió a caminar. Tiene su pelota desde que nació y a los dos años ya tuvo sus primeros botines”, cuenta a Infobae Maximiliano, el papá de Felicitas Flores, la protagonista del video que maravilló (y sorprendió) a más de uno. A diferencia de otros casos en los que las pequeñas se enfrentan a prohibiciones o castigos por parte de sus familias, Feli siempre tuvo libertad para practicar el deporte que ama.
Cuando la niña tenía dos años y medio empezó a acompañar a Federico, su hermano tres años mayor, a la escuelita de fútbol. Sin embargo, ella quedaba del otro lado del alambrado porque los partidos eran solo de varones. Además, todavía era muy chiquita como para sumarse a una categoría.
En el 2017, ya con cuatro años, pudo empezar las clases del fútbol en el club Pueblo Nuevo de Hudson, que disputa la Liga Evita de Berazategui. Afortunadamente, Maxi y su esposa María Victoria no encontraron trabas para anotarla en un espacio en el que solamente había otra nena -y en una categoría mayor-. El resto de los alumnos eran todos varones.
“Ella nació en diciembre de 2012, por lo que aún en su categoría era la más chiquitita y, al ser nena, sus compañeros le llevaban como una cabeza de altura”, recuerda con humor el padre de Feli. La diferencia física poco importaba para una jugadora que resaltaba por sus condiciones técnicas y una cualidad poco usual: a los tres años ya había aprendido a pegarle a la pelota con las dos piernas.
El talento de la pequeña nunca pasó inadvertido. Maxi destacó: “Ella no es la nena que va de decoración o porque el club tiene un discurso de igualdad. Ella juega, usa la diez, patea los tiros libres. De afuera a veces se preguntan si es un nene con pelo largo. Hasta los árbitros le preguntan si es nena, le preguntan el nombre y después vienen a felicitarme. Los rivales les dicen ‘Ole’ a los nenes de su propio club cuando ella los gambetea, sobre todo las mujeres que se encolumnan detrás de ella”.
En 2018, Feli pasó a Arrieta, un club de la localidad de Ezpeleta. Ahí empezó a jugar torneos por los puntos. Seguía siendo la única mujer del equipo y por eso Maxi sostiene que no es tan cierto decir que los primeros pasos de su hija fueron en el “mixto”: “Para mí eso es cuando hay una paridad o al menos un 70-30. Acá siempre fue ella y todos varones”.
A pesar de que en su casa también tiene patines, collares y muñecas, los juguetes preferidos de la niña son todos los relacionados al fútbol. En cada cumpleaños, los regalos son camisetas y pelotas. Si el festejo es en un pelotero, ella elige irse a la canchita. Hasta hace poco, y por haber jugado siempre con varones, Feli pensaba que no había otras nenas que tuvieran la misma pasión que ella.
Fue por eso que sus padres decidieron llevarla a Estudiantes de La Plata. Querían que incursionara en el fútbol femenino y que pudiera ver que hay otras chicas que también disfrutan de jugar a la pelota como ella. El primer contacto fue con Roxana Vallejos, que en ese momento estaba al frente de las juveniles e infantiles del Pincha pero que pronto partió para ser entrenadora de Rosario Central en la Primera División. Luego, las charlas siguieron con Gabriela Ramírez, ex jugadora y actual responsable del espacio. Feli desembarcó en el conjunto platense en 2019.
En Estudiantes, la pequeña no solo pudo empezar a practicar el deporte que ama junto a nenas de su edad, sino que también tuvo la chance de estar cerca de las referentes de la Primera División. En la escuelita compartió con futbolistas como Julieta Lema, Luna Irigoyen, Agustina Amaro y las mellizas Berenice y Fiorella Bonnot. Ellas la invitaron a un partido del torneo ante Lanús en el que Feli pudo hacer el calentamiento previo junto a las suplentes. En el duelo contra Boca, en tanto, entró de la mano de la capitana Micaela Sandoval gracias a una iniciativa histórica para el fútbol femenino: las infantiles del Pincha acompañaron a las mayores en la salida a la cancha.
Feli tiene la suerte de venir de una familia muy futbolera. Su papá jugó mucho tiempo y su hermano, que hoy tiene diez años, salió goleador dos años seguidos en su categoría de infantiles. Sin embargo, Maxi asegura que las condiciones de su hija son innatas: “Yo me pongo a jugar con ella y le enseño algunos tips sobre cómo abrir el pie o cómo levantar la pelota para pegarle pero después lo de ella es natural, es como innato”.
Hace un tiempo, algunos conocidos les preguntaron a los padres de Felicitas por qué no le abrían a la niña una cuenta en las redes sociales para mostrar su talento con la pelota. Maxi puso manos a la obra y gestionó un perfil de Instagram para subir los contenidos de su hija. Los videos los filma su esposa, su hijo mayor o hasta la abuela de los nenes. La pequeña jugadora de Estudiantes se encarga de elegir la música.
La grabación que se viralizó la subió la cuenta de Estudiantes de La Plata Femenino y luego la compartieron estrellas del fútbol argentino como el ex defensor de Vélez y Newell’s Sebastián Domínguez y la goleadora de UAI Urquiza y de la selección argentina Mariana Larroquette. “Sigo sosteniendo que hasta cierta edad 10/12 (discutible) cuando el fútbol es formativo/recreativo debe contemplar ambos sexos juntos. Yo fui futbolista profesional, jugué en selección y no tenía el control de Felicitas a los 7. Es fundamental brindar las mismas oportunidades”, escribió el ex futbolista, hoy periodista de la señal ESPN.
En muy pocas horas, el video cosechó miles de reproducciones y enormes elogios. “Fue una locura. Es que yo vengo del lado del fútbol masculino y sé todos los prejuicios que hay sobre el femenino. Eso me da mucha bronca”, señaló el padre de Feli, aunque destacó que solo recibió unos pocos comentarios maliciosos. En su gran mayoría, las devoluciones fueron muy positivas.
Durante esta cuarentena, Feli, que tiene como ídolo a Lionel Messi, pasa sus días entrenando en su casa de la localidad de Plátanos, en Berazategui. Se levanta temprano todos los días, se pone las calzas, el short y la camiseta de fútbol, y no se saca esas prendas hasta que se va a dormir. Sus padres sostienen que “es muy cabeza dura” y que “hasta que no le sale algo, no deja de practicar”.
Más allá del orgullo que sienten por su hija, la mamá y el papá de Feli creen que la difusión del video puede ayudar a concientizar sobre el valor de la formación temprana de las nenas en el fútbol. “Es fundamental el conocimiento y la naturalización del juego desde chicas, tanto en lo motriz como en lo técnico. Yo hoy hablo con jugadoras profesionales y ellas empezaron a los 16 o a los 21 años, ya muy de grandes”, reflexionó Maxi, ilusionado con que cada vez haya más nenas que venzan los prejuicios y que cuenten con el apoyo de sus familias para desarrollar su pasión desde chiquitas.
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