San Lorenzo estaba muy comprometido con el promedio y llegaba a las últimas fechas del Clausura 2012 con chances de bajar de categoría. En la anteúltima fecha visitó a Independiente en el estadio Libertadores de América la tarde en la que se despidió Gabriel Milito del fútbol. Fue 0-0 y el encuentro fue dirigido por un fanático del Ciclón: Carlos Maglio.
El juez que se retiró de la actividad en 2012 relató lo difícil que le fue comandar las acciones ese día: “Se habían generado comentarios en un programa deportivo en el que un periodista que sé que es hincha de Independiente (no confeso) había sacado a la luz que yo era de San Lorenzo. Dije que no iba a haber ningún problema, que todos me iban a estar mirando todos los partidos”.
Y continuó, en diálogo con La Cicloneta: “Yo no había dirigido a ningún equipo que peleaba por el descenso con San Lorenzo en todo el campeonato. Ese fue el primer partido que dirigí a Independiente y también a San Lorenzo. Terminó 0 a 0 y le pedí al periodista que me llamara el lunes a ver qué tenía para decirme. Obviamente no me llamó”.
Cuando finalizó el cotejo en Avellaneda los oídos de los Cuervos se instalaron en Rafaela (rival directo), donde Atlético le ganaba a Racing. Fue uno de los momentos más críticos para el conjunto conducido por Ricardo Caruso Lombardi. Maglio, en la piel de hincha, recordó: “Siempre te queda esa ilusión y esperanza de que algo va a pasar. Definimos en la Promoción (el Ciclón derrotó a Instituto de Córdoba) y tuvimos la suerte de que después se revirtiera todo. Creo que ese San Lorenzo no era el peor equipo del torneo como sí lo fue en el 81″.
Pero no todas fueron malas para el ex referí siendo testigo en un encuentro del cuadro de Boedo: en 2013 vivió como cuarto árbitro el título que obtuvo el conjunto de Juan Antonio Pizzi en cancha de Vélez. “Los plateístas me insultaron todo el partido, fue difícil aguantarlos paradito sin decirles nada. Cuando terminó les dije ‘me voy a festejar, después los veo’. Yo vivo en Villa del Parque y los tengo cerquita, a los pocos días me crucé con un hincha de Vélez que me dijo ‘qué bien que estuviste, cómo nos tapaste la boca’. Pitana, en el vestuario, me cargaba y me decía ‘¿estás contento?’, yo le respondí que ahora íbamos a ganar la Copa”.
El Gigante Maglio confesó también que le costaba mantener la concentración durante los primeros 5 ó 10 minutos de partido en el Nuevo Gasómetro: “Era difícil desconectarme pero los jugadores enseguida te ponen en órbita”. Y concluyó: “Cuando empecé a dirigir a San Lorenzo en Primera llevaba unos cuantos años de carreras, uno pierde el fanatismo y quiere que le salgan las cosas bien para estar en un campo de juego al fin de semana siguiente”.
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