Corría el año 1990 y estaba por disputarse el clásico en la ciudad de Rosario. Newell’s estaba concentrado bajo la tutela del joven y llamativo Marcelo Bielsa, que daba sus primeros pasos en el fútbol profesional como entrenador. De repente una macabra idea se le cruzó al Loco, apodo que adquirió probablemente por salidas como esta. Su hermano Rafael brindó detalles al respecto.
“¿Si le creí a mi hermano cuando dijo que se cortaría un dedo por ganarle a Central? Totalmente. Eran las 3 de la tarde del domingo y no se sabía si se iba a jugar el partido porque llovía (finalmente se jugó el lunes a la noche). Marcelo estaba en una habitación del Liceo Náutico de Funes (lugar de concentración de la Lepra), a oscuras, con las cortinas corridas. Daba miedo”, reveló en Planeta 947 el abogado, político y hermano mayor del DT del Leeds United.
Y completó: “Empezamos a hablar de un amigo que teníamos, el Cali. Se había ido a Estados Unidos después de hacer una martingala, se hacía cortar un dedo o una falanta para cobrar un seguro. Cuando mencionamos el tema se produjo el silencio y ahí surgió su reflexión sobre cortarse el dedo para ganar el clásico”. Años más tarde la anécdota fue reproducida por Fernando Gamboa, a quien el Loco también le compartió esa posibilidad antes del encuentro que Newell’s ganaría 4-3.
Rafael se mostró ansioso por el regreso a la competencia oficial del Leeds, al que sigue en cada partido por un password que su hermano le consiguió para ver los partidos en vivo por streaming (este domingo defenderá la cima de la segunda división británica) y desmintió un viejo mito de Rosario: “Es una mentira total que mi viejo era canalla. Él era de Racing y mi tío, el que me hizo de Newell’s, era de Independiente. Mi papá, para llevarle la contra a mi tío y a mí, empezó a decir que era de Central. Y la OCAL (Organización Canalla Anti Leprosos) empezó a repetirlo”.
En tanto, se refirió al periodismo deportivo: “Miente tanto que tomé la decisión terapéutica de no escucharlo más. Me repugna, con alguna excepción. Es un periodismo muy poco respetable por mí”. La denostación de su hermano menor fue una de las causas: “Hubo un ensañamiento con Marcelo, en particular del antibielsismo, que pasó del Barroco al Rococó, un nivel de rebuscamiento... Es mentiroso, le niegan lauros deportivos cuando es un entrenador que tiene 4 ó 5 campeonatos ganados, incluida la primera medalla olímpica. Todo eso se oculta para favorecer una verdad”.
Por último, argumentó por qué el ex estratega de la selección argentina prefiere la ropa cómoda: “Mi hermano era un tipo con una pinta bárbara, parecía actor de cine. Hay hombres y mujeres que tienen una belleza natural y reaccionan de manera desdeñosa respecto de su aspecto, como si consideraran que no se lo ganaron y por eso no le dan importancia. Del desdeño por la belleza física a la comodidad hay un paso y no hay cosa más cómoda que pegarse un baño, ponerse un jogging, una remera y un par de zapatillas. Eso se transformó en un hábito para él”.
¿Qué hermano tenía mejor suerte con las mujeres cuando eran jóvenes? Rafael admitió: “Yo me metí en la política a los 16 años y a los 18 ya vivía solo. No recuerdo que hayamos compartido fiestas, guitarreadas o una peña. Yo me dedicaba más a la música, la política y lo cultural mientras que la obsesión de él era el deporte. Nos divertíamos con cosas distintas, pero mano a mano, afanaba él. Yo iría detrás juntando las migas”.
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