Walter Samuel, confidencial: los retos irónicos de Bianchi, las heridas mundialistas y el notable cambio de Messi en la Selección

El ex defensor del conjunto nacional habló de todo con Infobae. Desde sus inicios en Newell’s y Boca hasta su actualidad como ayudante de campo de Scaloni en Argentina

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Walter Samuel es el octavo futbolista con más títulos en la historia del fútbol argentino (23) y actualmente es colaborador de Scaloni en la selección argentina (NA)
Walter Samuel es el octavo futbolista con más títulos en la historia del fútbol argentino (23) y actualmente es colaborador de Scaloni en la selección argentina (NA)

Cuando se confirmó que las Eliminatorias quedarían suspendidas por tiempo indeterminado se la jugó y viajó a Milán para pasar la cuarentena con la familia, sin poseer real conocimiento de la relevancia que tendría la pandemia del coronavirus. Hoy agradece haber tomado esa decisión que le permite compartir esta extraña actualidad con su esposa e hijos, de la que se habría privado si permanecía en Argentina. Walter Samuel, de apellido Luján en sus inicios como profesional en Newell’s, le brindó una entrevista a Infobae en la que repasó parte de su carrera como futbolista y la incipiente de entrenador.

El defensor central de ceño fruncido y mirada profunda que brilló en las juveniles de la Selección, Newell’s y Boca antes de partir a Europa, contó con una cuota de madurez innata que lo ubicó rápidamente en la Mayor y fue la base de la cantidad de triunfos a lo largo de su trayectoria. Es el octavo futbolista argentino con más títulos de la historia y también uno de los únicos diez que ganaron Copa Libertadores y Champions League.

¿Cómo llenás el tiempo libre durante la cuarentena en Italia y cómo está la situación allá?

Estoy terminando el curso de entrenador por videollamada y como me doy un poco de maña con la parrilla y empezó el lindo clima, a la tarde-noche hago de cocinero. Me entreno lo justo, para mantenerme nomás. Ya corrí bastantes años para seguir ahora, ja. Llegué acá justo antes de que se cerraran los aeropuertos. La gente todavía tiene un poco de miedo y es normal. Están abriendo todo de a poco, pero todos siguen usando barbijo y cuidándose. Mejoró la situación a comparación del primer mes, pero la verdad es que se la pasó mal, escuchando ambulancias a cada rato. Falleció demasiada gente; no lo esperaba nadie.

Antes tuviste que correr y muy rápido: de Firmat a Rosario, debut en Newell’s y después a Boca...

Fue así, se dio todo muy rápido. Yo jugaba en Argentino de Firmat y fui a hacer una prueba con el equipo a Newell's y Central. Quedamos varios en Newell's, donde estaba Abel Almada, el que me llevó y me bancó. Soy un agradecido a Abel porque siempre me dio una gran mano, más que nada al principio, cuando las cosas no eran fáciles porque yo venía de un pueblo. Siempre estuvo.

En el año 97 Samuel fue transferido de Newell's a Boca (Crédito: Cuna de Ases)
En el año 97 Samuel fue transferido de Newell's a Boca (Crédito: Cuna de Ases)

¿Cómo te enteraste que te quería Boca?

Me fueron a buscar el último día del mercado. Yo vivía con Facundo Quiroga y Aldo Duscher. Me dijeron que fuera a la sede de Newell's y todo se dio muy rápido. Ahí estaba el dirigente José Cirillo. Salí con mucha ilusión porque era un sueño para mí jugar en Boca. Me acuerdo que ya se había jugado una fecha del torneo y a la segunda nos tocaba jugar con Boca. De golpe me tocó estar del otro lado.

Y en el medio dejaste de llamarte Walter Luján para ser Samuel: ¿por qué tomaste esa decisión?

Ya estaba en el Sub 20 y había jugado en Newell's en Reserva o Primera. Lo tenía hablado en mi familia y fue un premio para mi papá. No me arrepiento para nada de lo que hice aunque a alguien le pueda resultar raro el cambio. Pasó lo mismo con Bruno Giménez, con el que jugué yo en Newell's, y después fue Marioni.

Cuando llegaste a Boca estaba Veira pero te tocó ganar todo antes de irte con Carlos Bianchi. ¿Cómo era el Virrey puertas adentro?

Carlos era muy tranquilo, era lo que nos transmitía y fue una gran virtud. Cuando te tenía que marcar el terreno por algún error era directo o te lo marcaba con ironía, sana ironía. Y recuerdo que nos mostró un video para marcarnos cómo manejaba América de México las pelotas paradas antes de las semifinales de la Libertadores. Sufrimos de verdad ahí.

¿Hay alguna anécdota en la que haya expuesto esa ironía para corregir errores?

Me acuerdo que en un partido contra Racing nos empató Úbeda, que era mi marca. Al otro día yo estaba en la utilería tomando un mate cuando pasó Carlos y me lo remarcó, “seguí tomando mate”, como diciendo seguí durmiendo, seguí tranquilo, vos. Son cosas del fútbol, él te lo marcaba a su manera. Siempre me dio confianza y soy un agradecido a Carlos porque con muchos de nosotros se la jugó y nosotros en la cancha nos matábamos por responderle.

Con la camiseta ensangrentada en un Superclásico ante el colombiano Juan Pablo Ángel (Fotobaires)
Con la camiseta ensangrentada en un Superclásico ante el colombiano Juan Pablo Ángel (Fotobaires)

¿Qué recordás del cruce por la Libertadores 2000 contra River?

Me acuerdo la ansiedad y tensión que había alrededor nuestro. Era difícil aislarse por lo que es un Boca-River en Argentina. Buenos Aires estaba terrible. Bianchi nos transmitió mucha tranquilidad y aparte teníamos gente de experiencia. Éramos varios jóvenes, pero tenías jugadores como el Pepe (Basualdo), el Patrón (Bermúdez), Chicho (Serna), Oscar (Córdoba), y otros que no eran grandes pero tenían muchos partidos como Guillermo (Barros Schelotto) y Martín (Palermo). Su experiencia nos ayudó un montón a los chicos que teníamos mucha ilusión. Lo supimos llevar bien a pesar de que sufrimos en cancha de ellos. En la Bombonera estuvo parejo, pero el segundo tiempo lo pusimos a nuestro favor y el gol de Martín terminó de coronar todo. Lo que hubiera sido ese momento con redes sociales como ahora...

Y después fuiste héroe contra el América de México en las semifinales. ¿Fue el gol más importante de tu carrera?

Creo que sí. Tuve la suerte de hacer otros goles, pero por el hecho de ser hincha de Boca, ser pibe y cumplir el sueño de jugar en el club diría que es el gol más importante que hice. Más tarde hice un gol en un clásico de Milán y lo viví de una manera muy emocionante porque hacía muchos años que estaba ahí, nunca había convertido en un clásico y estaban presentes mi señora y mis hijos. Eligiría esos dos momentos. Igual, cada vez que me habla un hincha de Boca se acuerda de ese gol, nada más. Cuando me ven, me hablan de eso.

Festejo de gol ante Perú en las Eliminatorias camino a Corea-Japón 2002 (Fotobaires)
Festejo de gol ante Perú en las Eliminatorias camino a Corea-Japón 2002 (Fotobaires)

A mediados de 2000, siendo una de las figuras del Boca de Bianchi y afianzado en las convocatorias de la Selección de Marcelo Bielsa, la Roma desembolsó la cifra récord de 20 millones de dólares por su ficha. La promesa de la cantera leprosa ya era realidad. El pibe zurdo que había sido pilar de la defensa para la conquista albiceleste en el Mundial juvenil de Malasia 97 creció de repente y se convirtió en Il Muro (El Muro), como lo apodaron en Italia por su férrea marca contra los delanteros rivales.

En la capital italiana comenzó su expedición por el Viejo Continente, donde militó una temporada en el Real Madrid y después se afincó en Milán para convertirse en ídolo del Inter. Lejos de aplacarse, el ritmo de vida de Samuel se mantuvo en modo vertiginoso. Partidos, desafíos, títulos y frustraciones, entre ellas, la del Mundial de Corea-Japón 2002.

Batistuta, Samuel y Placente durante la preparación del Mundial 2002 (Fotobaires)
Batistuta, Samuel y Placente durante la preparación del Mundial 2002 (Fotobaires)

Luego de la maravillosa Eliminatoria que hicieron con Bielsa, la Selección se despidió en primera ronda. ¿Solamente faltó suerte en esa Copa del Mundo?

Qué sé yo qué nos faltó. Hubo una sensación personal y grupal fea cuando volvimos porque ninguno de los tres equipos (Nigeria, Inglaterra y Suecia) nos superó. Nosotros siempre fuimos al ataque, hicimos lo que veníamos haciendo en las Eliminatorias. Es raro. En el momento me pareció injusto que quedáramos afuera, pero es parte del fútbol. Fue la tristeza más grande que tuve como jugador y me la tuve que bancar. Porque hay que marcar los momentos malos también, no es todo lindo. Y ese es el más duro que tuve. Escuché 800 mil veces la pregunta “¿qué pasó?” en Argentina y me la tuve que bancar y levantar la cabeza.

¿Qué pasó de Malasia 97 a Alemania 2006 para que no fueras convocado al siguiente Mundial?

Esa es una pregunta para José (Pekerman). Yo estuve en varios partidos, aunque no tuve la misma continuidad que con Bielsa. Fueron decisiones de Pekerman. Hablé con él, le dije lo que pensaba y ahí terminó. Creo que llamó a todos los que habíamos estado en el proceso. En el momento fue normal, calentura, pero eso con el tiempo pasa. Uno mira la carrera y quizá cree que fue muy buena, pero esos son golpes duros y te comés varios momentos feos. Es así, es parte del fútbol.

No tuviste mucha participación antes de Sudáfrica 2010. ¿Te resultó inesperado el llamado de Diego Maradona para jugar el Mundial?

No sé si fue inesperado porque yo sentía que podía estar convocado. Estaba jugando en el Inter y venía compitiendo bien. Estuve en un amistoso previo contra Alemania antes de jugar la final de la Champions, tuvimos la suerte de ganar y creo que ahí Diego me vio de otra manera. Eso me alegró muchísimo, fue un sueño volver a vestir la camiseta de la Selección y más en un Mundial. Pienso que lo convencí en el partido con Alemania. Yo lo había tenido poco tiempo de compañero a Diego en Boca, aunque no creo que eso haya influido en mi convocatoria. Sí que me conocía. No había estado en el proceso y a lo mejor tenía alguna duda; tuve la suerte de haberlo convencido. Y hasta el día en que me retiré tuve la ilusión de volver a ser convocado en la Selección.

El amistoso ante Alemania en el que Samuel convenció a Maradona de llevarlo al Mundial 2010 (Fotobaires)
El amistoso ante Alemania en el que Samuel convenció a Maradona de llevarlo al Mundial 2010 (Fotobaires)

¿Te quedó pendiente el retiro en Newell’s o Boca?

Me sondearon los dos, pero llegó un momento en el que decidí no volver al fútbol argentino. Creo que es un fútbol muy físico, no sabía si iba a poder adaptarme después de tanto tiempo en Europa y no quería que pensaran que volvía por volver. Aunque tuve algún que otro problemita físico los últimos dos años, los disfruté muchísimo en Suiza, una experiencia que me encantó. Me pude amoldar al equipo y me sentí bárbaro. A pesar del idioma conocí gente maravillosa y formamos un buen grupo. Me encantó estar ahí.

¿Fue el brasileño Ronaldo el delantero más bravo al que te tocó enfrentar?

Fue una época de muy buenos delanteros y es difícil elegir uno. Lo que tenía él es que a lo mejor te sorprendía y nunca sabías para qué lado iba a salir. Definía muy bien, era rápido, fuerte, sin dudas uno de los mejores que enfrente. Inmarcable. Después me lo encontré y me resultó un fenómeno como persona, muy respetuoso. Me pareció una excelente persona.

Juan Pablo Sorín, Roque Júnior, Dida, Danilo, Cafú, Carlos Tevez, Neymar, Ronaldinho, Rafinha y Walter Samuel: los únicos 10 futbolistas de la historia que ganaron Libertadores y Champions, ¿tenías el dato? Ni Messi ni Maradona lo lograron...

Sí, lo sé. Me pone contentísimo. Cuando empecé a jugar nunca lo hubiera esperado. Ni siquiera cuando vine a Europa me imaginé jugar la final de la Champions, pero tuve la suerte de pelear y ganar las dos copas. Es un orgullo estar entre esos jugadores. Messi no pudo porque nunca jugó en Argentina y Maradona tiene un Mundial, algo que seguramente yo hubiera cambiado por algún trofeo.

Tuviste como compañero a Messi y ahora lo ves desde el lado de entrenador en la Selección. ¿En qué cambió?

En 2010 al ser joven era normal que fuera callado. Ahora tiene otro protagonismo, madurez, es el capitán del equipo. Cambió mucho. Lo veo bien, lo asimiló bien. Y los otros muchachos como el Kun Agüero y Otamendi, que también tienen más experiencia, se amoldaron bien a los que empezaron con nosotros en este proceso. Eso nos pone contentos. Vemos una buena sintonía y pensamos que es lo más importante. Nosotros les estamos dando una mano, pero los que juegan son ellos y lo que importa es que estén bien ellos.

Samuel y Scaloni gritan en un partido con la Selección en la última Copa América disputada en Brasil el año pasado (Foto Baires)
Samuel y Scaloni gritan en un partido con la Selección en la última Copa América disputada en Brasil el año pasado (Foto Baires)

En un cuerpo técnico con Scaloni, Ayala, Samuel y Placente, la línea defensiva de la Selección no puede fallar...

Ja, ja. Tratamos de dividirnos tareas, pero las decisiones las toma Lionel. Nosotros ayudamos a la defensa y damos opinión en lo que nos pida. Cuando les hablamos a los defensores no es que nos sentimos con más derecho, pero es la posición que más conocemos y lo hacemos con más seguridad. Pero tratamos de ayudar a Lionel, que es lo principal. Vinimos a la Selección porque nos eligió él. Ojalá los muchachos se puedan consolidar y hagamos una buena Eliminatoria y Copa América cuando se vuelva a jugar.

¿Hay algún pichón de Samuel en las juveniles?

Hay buenos jugadores. Pablo (Aimar) tiene varios en el Sub 17. El chico de Belgrano de Córdoba, Bruno Amione, me gusta mucho. Es un central zurdo que veo bien y ojalá tenga un gran futuro. De los grandes no quiero hablar mucho porque dar nombres no es fácil.

¿Te ves dirigiendo en el fútbol argentino, Europa o la Selección en el futuro?

Vivo el momento. Estoy aprendiendo, no hace tanto que me retiré y sigo haciendo experiencia. Veré si quiero ser entrenador solo en el futuro. Voy paso a paso. Me siento capacitado para hacerlo, pero ahora quiero prepararme bien y ayudar a la Selección.

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