Fueron 8 segundos de una final cerrada en la que Argentina había hecho todos los méritos para quedarse con la victoria. Faltaban 7 minutos para que se termine el tiempo suplementario y la Copa del Mundo se defina por penales. Sin embargo, un desborde de André Schürrle, un cierre a destiempo de Mascherano, una distracción de Martín Demichelis y una definición perfecta de Götze conformaron la escena que concluyó el partido: 1 a 0 y festejo alemán.
El tanto del delantero del Borussia Dortmund, que decidió el Mundial de Brasil en el estadio Maracaná fue elegido como el “gol de la década” en el estado germano, a través de una encuesta realizada por el la señal europea ADR.
Götze, por entonces con 22 años, ingresó en aquella final a los 43 minutos del segundo tiempo en reemplazo de Miroslav Klose y se transformó en el héroe de su país a los ocho minutos de la segunda parte del tiempo suplementario cuando controló con el pecho y clavó la pelota con la zurda en el arco defendido por Sergio Romero.
“Entra y demuestra que eres mejor que Messi”, le había dicho el entrenador Joachim Löw. Su carrera parecía destinada al éxito pero desde aquella tarde del 13 de julio de 2014 comenzó un retroceso que lo alejó de la posibilidad del estrellato. Tras perder lugar en el poderoso Bayern Múnich, al que había llegado como fichaje rutilante en 2013, regresó a su club de origen a mediados de 2016.
Una rotura ligamentaria en uno de sus tobillos le quitó continuidad y meses después, en febrero de 2017, le detectaron un trastorno metabólico que atacaba directamente a sus tejidos musculares, lo que explicó sus continuas lesiones que lo amenazaron en más de una ocasión con un posible retiro de la práctica profesional del fútbol.
Ese mismo año pudo regresar a las canchas, pero unos meses más tarde volvió a lesionarse el tobillo y quedó sin chances de jugar el Mundial de Rusia en 2018.
Con 27 años, Götze lleva jugados 14 partidos pero sólo cinco de titular en la actual temporada de la Bundesliga, que se reinició este sábado luego del receso por la pandemia de coronavirus.
Aquella conquista que grabó su página dorada en la historia de los mundiales fue su última gran obra. La figura en decadencia privó a la Argentina de su tercera estrella internacional, y el pueblo alemán le reconoció su gol como la máxima alegría alemana de los últimos 10 años.
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