Gabriela Sabatini es una de las máximas exponentes del deporte argentino. Desde chica irrumpió con un gran potencial, el cual la llevó a ser una de las mejores tenistas de todos los tiempos, a pesar de no haber logrado treparse a la cima del ranking.
La argentina, que fue incluida dentro del Salón de la Fama de la disciplina en 2006, ganó 27 títulos en singles a lo largo de su exitosa carrera y 12 en dobles. Supo ser la tercera mejor raqueta del planeta (estuvo a una victoria de ser la número 1), ganó el US Open en 1990, dos veces se adjudicó el WTA Tour Championships (1988 y 1994) y la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988.
Sabatini, que hoy está cumpliendo 50 años, sorprendió al mundo con una decisión. El 24 de octubre de 1996, con una conferencia en el Madison Square Garden de Nueva York, dijo basta y se retiró. Años después, durante una entrevista con Juan Ignacio Chela en el programa El set de Chela, explicó los motivos.
“Mi último torneo fue en Zurich contra Capriati, nadie sabía que iba a dejar. Ahí estaba veintipico del mundo. Terminó el partido y se lo comenté a algunas personas, entre ellas la directora de la WTA y todos se quedaron helados, no lo podían creer”, comenzó su relato.
Aunque en un primer momento no inició esa temporada con la idea de abandonar la actividad profesional, durante algunas sesiones de terapia llegó a esa conclusión. “No había encarado ese año como si fuera el último. De hecho, no sabía que podía ser el último. Pero sí ya había empezado a trabajar con un psicólogo deportivo porque tenía dudas, me faltaba motivación y me había pasado lo mismo tanto dentro como fuera de la cancha cuando tenía 17 años. Y dije por ahí ‘no tengo más ganas de jugar’, pero eso pasó y después vino lo que vino y en ese año pasó lo mismo”.
"Ahí hicimos con el psicólogo una serie de ejercicios que me llevaron al límite y respondí de una manera que me di cuenta de que no quería seguir con esto, lo que me ayudó a tomar la decisión", agregó la finalista de Wimbledon 1991.
En diálogo con Infobae, Gaby comentó que atesora algunas de sus raquetas más importantes: “Con los años una las va perdiendo un poco, alguna que donás a alguna fundación o que regalas en el camino, pero guardé las últimas con las que jugué. La Yamaha y la Prince Graphite, tengo algunas de esas. Me hubiera gustado guardar todas las raquetas desde el primer día que jugué al tenis, pero algunas quedaron ya en el camino".
Durante esa charla con el ex tenista Juan Ignacio Chela –quien actualmente se desempeña como entrenador del argentino Diego Schwartzman–, Sabatini expresó que ya no había nada que la hiciese cambiar de parecer: “Ya lo sabía en los últimos dos torneos y mi cabeza estaba en otro lado, ni iba a ganar el torneo. Sentí claramente un alivio muy grande. Fue como sacarme un peso de encima; saber que podía hacer otras cosas y disponer de mis tiempos”.
“La conferencia de prensa fue uno de los momentos más difíciles que tuve que enfrentar: estaba súper nerviosa, decía algo que la gente no lo sabía, me causaba nervios, emoción, incluso sentía que no lo iba a poder lograr. Me había anotado un discurso y lo pude decir, con la voz temblando. Realmente fue muy difícil”, concluyó la mujer que el día que dio la noticia al mundo estaba ubicada como la 29ª mejor tenista del momento según el ranking de la WTA.
Aquel día, Gabriela se subió ante cientos de cronistas en el Madison Square Garden y dijo brevemente en inglés con la voz quebrada: “Quiero informales mi decisión de dejar el tenis. El torneo de Zurich fue el último de los casi 250 en los que participé durante los últimos 13 años de mi vida, con toda mi dedicación y pasión”. Luego, acotó en español: “No fue difícil para mí, fue algo muy natural porque es lo que yo deseaba y quería. Lo vivo como otro paso de mi vida, importante”.
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