Cientos de fanáticos se reunieron este sábado por la mañana en el estadio Gabino Sosa de Central Córdoba de Rosario para despedir a Tomás Felipe “El Trinche” Carlovich, quien murió el viernes a raíz de las graves heridas que sufrió en un intento de robo días atrás. Las imágenes de los hinchas en las tribunas generaron gran preocupación en un país que está bajo cuarentena obligatoria en el marco de la pandemia de coronavirus.
Este evento, en el que las imágenes dejaron en claro que no se respetó el distanciamiento social, hoy es materia de investigación por parte de las autoridades policiales, judiciales y políticas de la provincia de Santa Fe.
Sonia Martorano, secretaria de seguridad provincial, dio su visión sobre lo ocurrido. “Creo que la emoción superó a las personas. El dolor, la indignación por lo que pasó con Carlovich hizo que pasara esto”, dijo en diálogo con el programa Radiópolis Weekend de Radio 2 de Rosario.
Para la funcionaria, los hinchas que querían darle su último adiós al gran mito del fútbol rosarino “tendrían que haber acudido con cuidados, distanciamiento”.
“Es un tema que pone en riesgo lo que uno viene haciendo. Esperemos que no traiga consecuencias”, concluyó.
Las averiguaciones respecto de por qué se permitió un cortejo fúnebre de tal magnitud en medio de las medidas de aislamiento dispuestas por el gobierno nacional se extendieron a otros ámbitos. Según informó el portal Rosario 3, la unidad fiscal especial Covid-19 hizo un pedido de informe a la Policía de Rosario e inició una investigación con el objetivo de establecer si hubo una violación a la cuarentena.
Los fiscales quieren saber si, previo al cortejo a cielo abierto, hubo algún tipo de aviso a las autoridades o si hubo actuación policial. El pedido de información en ese sentido se hizo a la Unidad Regional II.
A media mañana de hoy, el estadio de Central Córdoba, situado a pocas cuadras del Río Paraná, recibió por última vez al Trinche, entre aplausos y cánticos. Si bien algunos de los presentes se mostraron con tapabocas, no se respetó en la gran mayoría de los casos el distanciamiento social y, claro está, no se cumplió con la cuarentena obligatoria.
Un coche fúnebre ingresó al campo de juego y amigos junto a ex compañeros lo cargaron en el marco de una ceremonia inesperada. Anteriormente sus restos habían sido velados en una sala de la Zona Oeste de Rosario en un acto íntimo por pedido familiar.
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