Hace cuatro años que trabaja en GImnasia, pero hace ocho meses le cambió la vida. Eva Pardo es la fotógrafa oficial del Lobo y desde que Maradona asumió el liderazgo del plantel, sus dos pasiones se fusionaron bajo el sentimiento tripero.
“Siempre le dediqué toda mi pasión, con sacrificio y esfuerzo para que saliera un buen trabajo en el club. Pero con la llegada de Diego se necesitó una cobertura mucho más amplia por lo que él significa”, le explicó a Infobae desde La Plata, la ciudad en la que creció en contra del mandato paterno.
Su papá, fanático de Estudiantes, no logró trasladarle el ADN Pincha, porque ella nació “hincha de Gimnasia”. “Es una forma de sentir y de vivir. Más allá de los colores o de la influencia familiar, se trata de compartir un sentimiento de manera diferente”, detalló la platense con un argumento basado en su frenesí teñido de azul y blanco: “No todos los hinchas son iguales. Yo tenía a mi familia materna que tendía para el lado del Lobo, pero mi viejo es re Pincha. Lamentablemente no pudo hacer nada cuando se enteró que había ido a la cancha por primera vez con mi tío y mis primas”.
A pesar del intento de su padre de revertir aquella traición, Eva adquirió el amor por el Lobo como un veneno que se le impregnó en la piel que nada ni nadie le pudo sacar. “Él me llevó a la cancha de Estudiantes para que compare; pero ya era tarde. Yo ya estaba del lado azul y blanco. Me acuerdo que fuimos el día que Gimnasia le ganó 6 a 0 a Boca en la Bombonera y mientras transcurría el partido del Pincha contra River, yo los escuchaba cómo se querían matar con la goleada tripera. Estaba chocha”, recordó.
En la actualidad, Pardo asegura que no puede hablar de fútbol con su viejo, porque cada conversación puede terminar en una discusión. “La idea es que no nos peleemos. Incluso cuando vio que todo era irreversible me regaló la primera camiseta de Gimnasia. Fue un gesto enorme”, aseguró la fotógrafa.
El amor por el Lobo la llevó a trabajar para un medio partidario, donde exponía su arte a través de la cámara, pero en 2016, cuando hubo un cambio en la Comisión Directiva del club, la convocaron para que empezara a trabajar en Estancia Chica. “Igualmente, yo no estoy involucrada con la política de Gimnasia”, aclaró la joven que en sus comienzos iba solo dos veces por semana para retratar las actividades de la institución.
El 5 de septiembre de 2019 su vida cambió. La llegada de Maradona generó una revolución que conmovió al fútbol argentino. A partir de ese día, Eva Pardo modificó su jornada laboral para estar involucrada 24x7 al lado de la leyenda mundial. “Trabajar donde está Diego te da un plus motivacional y un empuje que no te lo da nadie”, detalló la tripera, quien se considera Maradoneana desde que tiene uso de razón. “Estoy viviendo un sueño. Nunca me imaginé tener a Diego con el escudo del Lobo. Verlo cantar las canciones de Gimnasia en el Bosque es algo único”, aseguró sin ocultar el sentimiento que le provocan sus dos amores.
Su vínculo con el Diez se remonta a su infancia, cuando se emocionaba con los partidos del Mundial de Italia y lloraba a la distancia por la impotencia que le generaban las injustas decisiones de Codesal. “Yo soñaba con él, pero nunca me imaginé esto. Me imaginaba compartir un asado, conocerlo; pero nunca se me ocurrió todo esto que superó cualquier expectativa”, dijo anonadada.
Cuando se enteró de la llegada del astro al Lobo quedó paralizada. Le invadió una sensación de miedo escénico que no le iba a permitir gatillar los flashes de la cámara. “Tenía miedo de cometer algún error por todo lo que él me generaba, pero con el correr del tiempo me di cuenta de que es muy cómodo trabajar con él”, remarcó.
Eva es una integrante más del staff que se rodea del mundo Maradona. Con el correr de los días se dio cuenta de que la figura que pregona el mejor jugador de la historia se contrapone con la humildad y cercanía que augura el actual entrenador de Gimnasia. “Siempre tiene una anécdota para contar. He visto un montón de veces, cuando terminan los entrenamientos y los jugadores están elongando, cómo él les cuenta sus historias y todos lo escuchan y terminan a las risas porque siempre apela al humor”, relató Pardo, sin olvidar los innumerables episodios en los que el Diez demuestra su amor por la pelota y el potrero: “Él es uno más. Dirige las prácticas como cualquier entrenador y tiene una amabilidad notable. Lo vi un montón de veces ayudando al utilero a armar las canchas en las prácticas o llevando los conos. Está muy comprometido con una humildad y una generosidad increíble. Es muy grato estar a su lado por todo lo que significa”.
El amor que trasciende las fronteras
El Mundial de México transformó a Diego Maradona en un mito. Pero los títulos que logró en el Napoli lo convirtieron en el Dios más terrenal. En el sur de Italia la figura del Diez equivale a una religión que se hereda de generación en generación. Y Eva Pardo quiso ser testigo de la fiebre Maradoniana. “Cuando falleció la pareja de mi mamá, mi vieja nos hizo un regalo a mí, a mi hermana y a mis hijas. Fue un viaje a Europa, porque nosotros tenemos familiares allá. Lo organizamos para ir las 5 en enero y mi única condición era ir a Nápoles”, recordó en el diálogo que mantuvo con Infobae.
Ella garantiza que si la estadía de Diego en Gimnasia iba durar unos pocos meses, era capaz de cancelar el viaje para no perderse la convivencia con su ídolo. Pero estaba segura que Pelusa se quedaría en el Bosque por un tiempo prolongado. “Cuando llegamos a Nápoles, me enamoré al instante de esa ciudad porque todo tiene que ver con Maradona. Incluso unas personas que conocimos, se enteraron que yo trabajaba en Gimnasia y me dieron varios regalos para que le llevara”, relató.
Su máxima reacción divina se produjo cuando visitó los murales que representan la gloria del Diez. “Ahí vive una familia que tiene todo lo que te puedas imaginar con la cara de Diego a la venta, y cuando fui con mi hermana nos pusimos a hablar con ellos. Cuando les dije que trabajaba en el lugar donde estaba dirigiendo se pusieron como locos. Me sacaban fotos, me daban besos… Incluso un hombre mayor entró a su casa y salió con un regalo para que se lo llevara. Era una remera que decía El Pibe de Oro con la cara de Diego. Fue hermoso”, recordó emocionada.
Cuando volvió a La Plata compartió aquella experiencia con Pelusa. “Hablé de lo especial que es Nápoles para él”, aseguró Eva, quien no podía caminar por las calles italianas porque llevaba una camiseta del astro y todo el mundo la paraba para saludarla.
A pesar de las distancias, la fotógrafa se convirtió en los ojos de los Maradonianos y su exposición por sus postales son recibidas con satisfacción por todos sus seguidores. “Constantemente me llegan mensajes de hinchas de todos los clubes y del exterior agradeciéndome por las fotos. Es una locura. Se ponen contentos por verlo bien y me dicen que soy los ojos de todos ellos. Esas cosas me alegran el alma”, confesó.
Eva Pardo no quiere despertar del sueño que está viviendo. Asegura que está “atravesada por todo tipo de emociones”, porque para ella “estar al lado de Diego es la gloria”. “Y poder transmitirlo a todos los hinchas es muy gratificante”.
Con él comparte sus jornadas en Estancia Chica y en los estadios donde se presenta el Lobo. También los viajes de visitante, donde se divierte en el micro con las cumbias y el reggaetón que musicalizan los jugadores. Además del deseo común de la victoria, mantienen la misma línea política porque se encuentran “del lado del bien”. “Siempre vamos a estar del lado del pueblo, eso es otra cosa que admiro mucho de él”, detalló la fotógrafa que se considera la tripera más feliz del mundo. “Amo a Gimnasia a pesar de todo. Más allá de que estemos al borde del precipicio siempre voy a amar al club. Y ahora con Diego es algo increíble lo que estamos viviendo”.
El Top Five de sus mejores fotos
(Todas están enmarcadas en su casa y la acompañan en el día a día)
Entrenamiento con la gorra del Indio Solari
El día que fue a la práctica con la gorra del Indio nos sorprendió a todos. Esa foto es muy Diego. Con los anteojos espejados que reflejan el campo de juego tiene una presencia que no la tiene nadie. Hay una magia increíble. Es hermosa.
La oscuridad del perfil
Me gustó mucho la iluminación y la sensación que te genera esa imagen. La hicimos en Córdoba. Ahí está Dios con el escudo de Gimnasia.
El remake del Mundial de 1994 con la misma euforia
Fue del día que le ganamos a Central Córdoba un partido clave por la permanencia. Ahí nos dimos un abrazo en el final del partido que fue súper espontáneo. En ese abrazo le saqué una foto en la que está festejando a la cámara. Fue muy eufórico.
El amor por la pelota
La que está sonriendo pateando una pelota es muy suya. Grafica la estética del fútbol como ninguna. Es él con la pelota. Nada más.
La expresión del sentido tripero
Cada foto en la que está emocionado, sonriendo o saludando a la gente completan la lista. Es muy difícil elegir a una en particular, porque tiene un montón. Son hermosas.
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