Agustín Pichot no pudo con Bill Beaumont y el inglés seguirá siendo el presidente de la World Rugby hasta 2024

En una reñida votación, el actual mandamás fue reelecto en su cargo. Superó por 28 a 23 al argentino, quien a pesar de la derrota dejó sentada su posición para que haya cambios inminentes en el nuevo período

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Por Jorge Ciccodicola

Agustín Pichot junto al británico
Agustín Pichot junto al británico Bill Beaumont (Reuters/Issei Kato)

La historia de una elección

Los primeros dos años de Agustín Pichot como vicepresidente de World Rugby transcurrían tal cual lo previsto por el presidente Bill Beaumont y sus pares europeos. Como desde hacía veinticinco años todo sucedía sin ningún sobresalto. Pero el dirigente argentino comenzó a demostrar que había mucho por hacer y empezó a mover las fichas del tablero. Se reunió con dirigentes de países menores, dialogó y se apoyó en las ideas de Sanzar, se acercó a otros continentes para contarle su proyecto, le dio fuerza a Sudamérica, en especial a Uruguay - que obtuvo un voto propio en el Consejo - y entonces el establishment europeo empezó a prestarle mayor atención al dirigente argentino; a mirarlo con otros ojos y hasta con cierta preocupación.

El plan estratégico

Por entonces, Bernard Laport, el pope francés se le acercó para “investigar” de qué se trataba su idea y se sumó en un principio para apoyar ese cambio. El vicepresidente se vio tentado por hacer su movida. Así fue que ideó y presentó un proyecto para armar la Liga Mundial con ascensos y descensos. Ese hecho desencadenó el descontento de los miembros de los países de Europa que terminaron de convencerse de que esas ideas revolucionarias no les servirían en lo más mínimo. La grieta se hizo cada vez más profunda – la idea no los favorecía claramente - y decidieron apoyar para la futura elección a Beaumont en forma unánime. El plan estratégico del argentino buscaba darle oportunidad de mejorar el nivel de competencia a los países del Tier 2, y así medirse con las potencias europeas para crecer no sólo en la parte deportiva sino también en la económica que tanto necesitaban. De esa forma la balanza se equilibraría y no dependerían del apoyo exclusivo que le daba ocasionalmente World Rugby. Así, Pichot cansado de esperar por un cambio que no llegaba se decidió a ir por todo. Les recordó a sus pares europeos que los países de menores recursos necesitaban cambios urgentes para mejorar el equilibrio del deporte. Y por más que su participación y apoyo hasta entonces le había dado al rugby mundial el impulso para regresar a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, luego de 92 años de ausencias, pudo sumar el desarrollo del juego entre las mujeres y la expansión del seven mejoró notablemente, estaba convencido que quedaba mucho por hacer, pero no encontraba el empujón final de algunos países para lograrlo.

El doble agente francés

Así fue que a fin de año el presidente francés Bernard Laport le comunicó a Agustín Pichot que lo estaban presionando para que integre la lista de Bill Beaumont para la elección a la Presidencia de World Rugby. El argentino se convenció que el desafío no sería nada fácil. Primero pensó en una retirada esperando una mejor ocasión y viajó al mundial de Japón a ver con el apoyo que contaba. Acostumbrado a las difíciles asumió los riesgos que tenía por delante y fiel a su estilo a pocos días del cierre de la elección juntó las firmas y se presentó como candidato opositor para enfrentar al poder de turno. Y aunque el ex Puma nunca pensó que el mandamás francés fuera finalmente el compañero de fórmula del experimentado dirigente inglés, no se amilanó al descubrirlo y por el contrario se propuso a partir de ese momento demostrarle al mundo del rugby que había algo urgente por hacer. Así no dejó medio periodístico en el mundo y jugador ligado al rugby sin contarle su manifiesto en busca del cambio que produjera el equilibrio buscado. Ese cambio, que en los últimos años todos los dirigentes del mundo ovalado sabían que se necesitaba hacer, pero nadie se atrevía a llevarlo a cabo. Esa fue la batalla por la que peleó Agustín Pichot hasta el 30 de abril, y a pesar del resultado adverso con su movida ganó la elección en buena parte.

Dos candidatos con luz propia

Seguramente cuando Bill Beaumont se decidió y eligió a Agustín Pichot para acompañarlo a ser su vicepresidente allá por el 2016, en su mente no rondaba este final tan apretado en la siguiente contienda electoral. Es más, cuando en agosto del año pasado, antes de comenzar el mundial de Japón y luego de que el inglés volviera a ofrecerle el cargo de número dos al argentino para un nuevo mandato y de esa forma posicionarlo para en 2024 entregarle el mando de Presidente en su reemplazo, Beaumont nunca se imaginó que Agustín Pichot llegaría tan lejos y quedaría a tan pocos votos de destronarlo del cargo ocho meses después.

De todas formas el veterano dirigente, mañero como pocos, no se la hizo nada fácil. Sabiendo de la llegada de su opositor con SANZAAR, Sudamérica y los países de menores recursos; primero se aseguró de quitarle el apoyo del francés Laporte –a quien convenció de ser su compañero de fórmula – y después buscó entre sus aliados de todo el mundo a los mejores interlocutores para ir armando la telaraña que dejara nuevamente el poder del lado europeo. Canadá jugó un papel clave en ese rol con Tim Powers intercediendo en el voto de Norteamérica, así como Laport lo hizo con el de Fiji. Por su parte Beaumont se encargó en el mundial de reafirmar el voto de Japón y que África juegue su carta para él. Entonces la tarea del argentino no fue para nada sencilla, pero fiel a su estilo rebelde fue en busca de lo que para muchos parecía imposible: ponerse enfrente de Beamount y hacerle fuerza hasta el final de la elección sumando todos los votos que podía.

El argentino Pichot dejó sentada
El argentino Pichot dejó sentada su posición para que haya cambios inminentes en el nuevo período (Shutterstock)

El recuento final

Los votos entonces fueron en el arranque tal cual se especulaba. El Seis Naciones y Europa votó por Beaumont y Sanzar, Uruguay y Sudamérica por Pichot, con lo cual el argentino arrancó cinco votos abajo (20 a 15). Y a medida que fue creciendo en su afán de unificar criterios y mostrar su plan de trabajo a futuro con los seleccionados de Tier 2 y los países no beneficiados por el establishment, entre el 26 y el 30 de abril se dio cuenta que su postura era la correcta y más allá de que resultaría muy difícil ganar, su oposición le dejaría sin lugar a dudas un reconocido prestigio de cara a lo que vendrá en lo personal y los beneficios que él pretendía al rugby mundial una vez finalizado el recuento de votos. Así poco a poco el argentino sumó a Asia, Oceanía, Georgia, Estados Unidos y hasta consiguió que Rumania que había presentado junto a Fiji -de la mano del francés Laport - la candidatura de Beaumont se diera vuelta. Samoa y Fiji se pusieron del lado del inglés y ante la sorpresa de muchos Norteamérica dividió su voto – 1 por bando – empujado por Canadá y sumó los votos que el inglés Beaumont necesitaba; en una decisión que terminaría siendo crucial para Pichot y sus aliados. De esa forma faltando un día para el cierre Beaumont se imponía 24 a 23 con los sufragios de Japón y África sin contar. Eran cuatro votos que podían definir la elección. Así fue que World Rugby comunicó que de común acuerdo y sin haber igualdad los candidatos no esperarían hasta el 12 de mayo para develar el ganador; sino que lo informaría el sábado 2 de mayo a las 15hs de Irlanda, 11hs de la Argentina el resultado de la elección. Así diez días antes de lo previsto se develó el resultado final que dejó ver que Japón votó y Árica sumaron sus dos votos para Beaumont. El resultado final de 28 a 23 no hizo otra cosa que demostrar la paridad existente hasta el final del recuento entre dos candidatos que la pelearon hasta el final a brazo partido, y subrayó aún más los cambios que deberán darse a la brevedad por el bien del rugby mundial.

El cambio ya llegó

Pichot luego de cerrados los comicios expresó en su cuenta de Twitter: “El hecho de que todos ustedes hayan estado tan involucrados en este debate sobre nuestro futuro, significa que el deporte nunca podrá volver a sus viejas costumbres, ahora todos son una parte clave del futuro de nuestro deporte. Cualquiera sea el resultado, este cambio significa que ya hemos ganado”. Eso es justamente lo que Agustín Pichot buscó con esta elección: demostrar que el rugby necesitaba urgente un cambio que le diera mayor participación a los países más débiles y un equilibrio en general. Seguramente ahora con este resultado en las próximas elecciones se podrá ver si se modifica el voto calificado por el que hasta ahora diez países deciden el futuro de las 208 uniones afiliadas. También Beaumont señaló: “Quiero reconocer el debate positivo y apasionado que Gus – Pichot - ha traído a la campaña. Se inició una discusión constructiva sobre las prioridades que fortalecerán el juego global”.

Y tras conocer el escrutinio final Pichot declaró: “Felicitaciones Bill. No se dio. Gracias a todos!!!! De corazón. #globalgame". Mientras que el reelecto Presidente de World Rugby señaló: “Me siento honrado de aceptar una vez más el mandato del Consejo Mundial de Rugby para servir como Presidente de la federación internacional y quisiera agradecer a mis colegas sindicales y regionales, miembros de la familia global del rugby y, por supuesto, a mi familia por su pleno apoyo y confianza. Me gustaría agradecer a Gus – Pichot - por su amistad y apoyo durante los últimos cuatro años. Si bien nos enfrentamos en esta campaña, nos alineamos de muchas maneras y le tengo el mayor respeto. Gus – Pichot - es un apasionado del deporte y su contribución ha sido significativa”.

Por último World Rugby en un comunicado en donde dio el resultado oficial de la elección señaló: “Beaumont, en asociación con Laporte construirán sobre bases sólidas para cumplir un mandato de reforma progresiva, uniendo a las partes interesadas para mejorar el juego para todos. Esto incluirá una reforma de gobernanza mejorada, un enfoque alineado e integrado al calendario internacional, priorización acelerada del bienestar de los jugadores, prevención de lesiones y variantes de contacto modificadas, promoción acelerada del juego femenino e inversión sostenible en el deporte".

El trabajo avanza en una competencia mundial de mujeres de 15 años y una competencia mundial de hombres emergentes de 15 años que, junto con un número récord de partidos contra las principales naciones, se dirige a las necesidades de la competencia sindical, brinda oportunidades para todos, mejora el rendimiento de la Copa Mundial de Rugby y ofrece un campeón anual.

Quedó claro, que con esta elección el cambió ya empezó y dejará sentado un antes y un después en el rugby mundial. Habrá que esperar estos cuatro años para ver las consecuencias…

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