Alphonse Tchami, aquel recordado delantero camerunés que Boca contrató a mediados de los 90 y tiró paredes con Diego Maradona, en el epílogo de su carrera, repasó su estadía en Argentina, las costumbres que adquirió y el fanatismo boquense que mantiene hasta hoy.
En diálogo con Enganche (Radio Club 947), el africano que reside en Rennes, Francia, contó: “Siempre sigo los partidos de Boca, cuando salió campeón, cuando jugó la final de la Libertadores. Veo sus partidos en África, en Francia, siempre sigo sus noticias. El club es como una familia. En todas partes del mundo siempre me encuentro con algún argentino y se acuerdan de mí, tienen un trato muy especial”.
Tchami explicó que jugar en el Xeneize fue entrar en un mundo nuevo ya que acostumbraba a disputar partidos en Dinamarca con 2 mil o 4 mil hinchas en el estadio y que, cuando llegó desde Río de Janeiro (ahí estaba haciendo la pretemporada con el Odense danés) a Ezeiza, fue recibido por hinchas de Boca y una gran cantidad de periodistas: “Fue algo especial, una sorpresa para mí”.
Guarda como un tesoro el gol que le convirtió a River en un Superclásico disputado en el Monumental y apuntó al Beto Márcico como alguien clave para que su estadía en Argentina fuera a gusto: “Era un lugar lejano para mí y pensé que sería difícil acostumbrarme, pero fue muy fácil. Estaba el Beto, que hablaba muy bien francés y era fácil entender el español, la segunda lengua que había estudiado en mi colegio. Lo difícil era para hablar”.
El ex futbolista que trabajó como jefe de equipo en la selección camerunesa después de su retiro y hoy se desempeña en una empresa propia destacó como figuras a Juan Román Riquelme y Carlos Tevez pero se centró en Diego Armando Maradona, con quien compartió plantel: “Era algo inexplicable. Después de Boca el club que más me gusta es Barcelona, soy hincha por Messi. Es un genio, pero para mí Maradona es más grande porque jugué con él”.
El dato de color de su entrevista fue el postre argentino que adoptó y prueba cada vez que se da la oportunidad en Europa: dulce de batata con queso. Después de mencionar que el Manteca Martínez estaba mañana, tarde y noche tomando mates y admitir que aunque es parecido al té no le gusta mucho, confesó: “Me gustaba mucho la carne, el bife de lomo. Y otra cosa que me gusta mucho es el dulce de batata con queso. Hay un restaurante argentino en París en el que lo compro”. Como si fuera poco, también aseguró que siempre tiene en casa un pote de dulce de leche, gusto que comparte con su hija. Tchami, un africano con corazón celeste y blanco.
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