La monotonía semanal de Boca se vio trastocada. Por un lado, debido a la denuncia de violencia de género contra Sebastián Villa, una de las figuras del equipo. Por otro, por la confirmación de la conclusión de la temporada futbolística que se llevaba a cabo. En base a esto, el cuerpo técnico xeneize dio un golpe de timón.
Al enterarse de la situación que estaba atravesando uno de sus futbolistas mimados, Miguel Ángel Russo se comunicó para llevar tranquilidad e intentar aconsejarlo de la mejor manera. El DT puso el oído para escuchar la versión de Villa, denunciado pública y penalmente por su ex pareja Daniela Cortés.
Más allá de la argumentación y los pasos a seguir dentro de esta circunstancia de gravedad, el extremo colombiano tuvo que mudarse de su casa en el country Saint Thomas de Canning y, en primera instancia, lo hizo al domicilio de Juan Fernando Quintero, futbolista compatriota de River que reside en el mismo barrio cerrado. Así como Marcelo Gallardo le sugirió a su pupilo que repensara la idea de alojar a Villa, Russo también le ofreció su punto de vista al suyo.
En la jornada de ayer, cuando el escándalo se había hecho público y había tomado notoriedad por las imágenes difundidas por la ex pareja de Villa y el propio jugador, que se defendió de las acusaciones a través de un video publicado en las redes sociales, el ex Deportes Tolima le envió un mensaje al grupo de WhatsApp del plantel de Boca. “Se los juro por mi madre que está mal de salud que en este tiempo no la he tocado y que yo voy a aclarar las cosas, les pido disculpas”, apuntó.
Miguel se puso a disposición y se mantiene en contacto con los directivos xeneizes, que aguardan novedades por parte de los representantes y abogados de Villa.
Por otra parte, el lunes pasado Claudio Tapia anunció que se pondría fin a la temporada futbolística en el país con la supresión de los descensos. La noticia se confirmó ayer y, teóricamente, después de esta determinación, hubo una modificación en la metodología de trabajo de Boca.
Desde que se dictó el aislamiento obligatorio y se suspendió el fútbol de primera división, el cuerpo técnico encabezado por Russo reformuló las tareas y las adaptó a la necesidad de turno. Se digitaron dobles turnos con ejercicios de movilidad y gimnasio por la mañana, de forma individual, con una reactivación por la tarde por medio de una videollamada, de manera grupal.
Hasta los últimos días este fue el régimen en el que se manejó Boca. Sin embargo, ahora se redujo el entrenamiento a un turno con trabajos individuales y grupales distribuidos a lo largo de la semana. Lógicamente, los futbolistas que creen oportuno sumar alguna tarea por su cuenta, son avalados por el preparador físico Damián Lanatta, coordinador principal de estas prácticas especiales.
Si se levanta la cuarentena en las próximas semanas y los futbolistas vuelven a entrenarse de forma presencial en el Complejo Pedro Pompilio o el predio que el club tiene en Ezeiza, se tomarán medidas específicas para evitar posibles contagios de coronavirus: movimientos por grupos separados, en lapsos no extensos y sin utilización de vestuarios.
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